PROLOGO

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Resonancia: Excitación que se produce a distancia, sin contacto, en un cuerpo sistema por la acción de ondas acústicas, electromagnéticas, etc.

PROLOGO

Alcohol, solo alcohol y más alcohol, que se jodiera el mundo entero junto con el rubio musculosos que no le quitaba la mirada de encima, su insistente mirada quemaba en su trasero provocándole un cosquilleo en el estomago, enserio, ahora que su sexualidad fuera expuesta de aquella manera tan vergonzosa resultaba que cada hombre más o menos bueno lo mirara de aquella manera solo era la jodida cereza del pastel.

Lucy no soporto su rechazo y como pago ella divulgo su homosexualidad en todo el campus; un buen momento y una conversación jugosa con uno de sus amigos que como el compartía sus mismos gustos sexuales, una pequeña discusión que por desgracia ella escucho.

Lo único bueno era que estaba en su último año de escuela y podría dejar de ver la cara de asco de todos esos cretinos reprimidos, porque a pesar de que él no era gay reconocido nunca había reprimido nada referente a su sexualidad y con mucho orgullo ahora podría contestarles con libertad cuando le preguntara: "¿eres gay?" el respondería "Si, ¿algún problema?"

Porque a pesar de haber estado rodeado de metrosexuales hombres varoniles el tenia mejor físico, mejores músculos, mejores abdominales, mejor condición física, hasta tenia la polla mas grande, en fin el estaba mejor, y ligaba mas con las mujeres a pesar de no gustar de ellas.

Lo único que realmente le dolía y sabia que no lo olvidaría en un buen rato era la mirada con desdén de su único y mejor amigo heterosexual del cual había estado enamorado en secreto, Abel, valla que era un hermoso hombre de tez blanca, cabello negro, puro musculo, solido y fuerte, Dios nunca un cuerpo tan firme y duro le había excitado tanto como él, siempre soñó con ser follado, sometido y jodido por él, soñaba con tomarlo profundamente en su culo, mientras que el lo retenía con sus fuertes brazos. ¿Y que obtuvo? solo su frio desprecio.

Con manos torpes busco su billetera para pagar la botella de vodka, miro hacia a su izquierda de forma disimulada mientras esperaba el cambio, "Sr. Musculitos" aun lo miraba fijamente, su estomago se revolvió, cuando el chico de la barra le tendió el cambio lo tomo deprisa, al ponerse de pie el piso se movió, respiro profundo y continuo con su camino hasta la salida, afortunadamente la línea de apartamentos donde vivía estaba a 4 calles del local donde se encontraba, afuera estaba fresco ayudándole a marearse un poco más de lo que ya se sentía.

Joder, y ¿Danny?, primero lo acompañaba a embriagarse y ahora resulta que el muy golfo se largaba a follar, que le dieran entonces él ya se iría.

No traía chaqueta, vivía solo y trabajaba los fines de semana en un pub, la carrera nunca le había dejado tiempo para sí mismo, así que los momentos que pasaba con Abel eran los únicos que se dedicaba sentimentalmente, ahora todo se había ido a la mierda.

Busco las llaves en su bolsillo, sus manos patosas las encontraron, subió unos cuantos escalones hasta la puerta del edificio, un estremecimiento le comprimió los intestinos, había tomado demasiado, con torpeza se apoyo contra la pared.

-¿Quieres que te acompañe?

Miro en dirección de donde provenía la voz a su espalda, le regalo una señal obscena con su dedo índice.

-No.

Jodido acosador, aventó la puerta con sus manos, el portero al verlo entrar trastabillar hizo un movimiento reprobatorio con la cabeza para después continuar leyendo el periódico, llego hasta el ascensor, pulso el botón y espero hasta que se abrió la puerta, ingreso con dos pasos largos y las manos firmemente apoyadas de la pared tratando de mantener el equilibrio, miro en dirección a la entrada, el idiota Sr. musculitos aun estaba en la puerta mirando en su dirección, pulso el botón de su piso y las puertas se cerraron.

Un estremecimiento revolvió su estomago, maldito ascensor, maldito alcohol, maldita Lucy, las puertas se abrieron y salió de la misma manera en la que entro, dos pasos largos apoyándose de la pared, ok solo era la puerta del vecino que no tenia y la suya, ubicada a la izquierda, el pasillo estaba obscuro, tenía que seguir la pared que sus manos no podían ni debían soltarla si no quería irse directo al suelo, jodido portero porque en vez de estar sentado leyendo el periódico no se ocupaba en poner lámparas en los pasillo, todo demasiado obscuro y su cabeza dando vueltas no le ayudaba en lo más mínimo.

Estaba a la mitad, unos cuantos pasos más y llegaría, pero no llego a ningún lado, se tropezó araño la pared intentando detenerse de esta, algo golpeo su estomago luego se cabeza, escucho el suave gemido que salió de su boca, antes de que el aire abandonara su cuerpo.

-Joder.

Inhalo aire con fuerza pero no funciono, estaba sepultado por un montón de cajas pesadas, ni siquiera podía moverse.

-¿Quién dejo esta mierda aquí?

Su voz salió pastosa, aventó una caja después otra pero otras volvieron a su posición, esto era el colmo, que mejor manera de terminar su día, aplastado por un montón de cajas, apoyo la cabeza contra el suelo, algo caliente bajaba por sus mejillas mojando el piso bajo su cara, ¿Qué había hecho para que el karma lo jodiera así? ¿Ser Gay? Un sollozo, después un gemido para continuar con un estremecimiento que lo llevo a convulsionarse en llanto.

-¿Estás bien? ¿Te has hecho daño?

No contesto, su cuerpo se convulsiono en llanto que no podía detener, poco a poco el peso que lo aplastaba comenzó a desaparecer, intento ponerse de pie y lo único que consiguió fue ponerse a gatas.

-Te ayudare.

El hombre tas él lo tomo de un brazo y de la cintura, lo puso de pie en un segundo, respiro profundo intentando contener el llanto, no podía ver su cara, la luz del departamento salía iluminando su contorno, lastimándole los ojos, él era alto y fibroso mucho más que él, sabía que no podría dejar de llorar, los sollozos se habían detenido pero las cálidas lagrimas aun bajaban por sus mejillas, estaba borracho, enojado y triste, así que era demasiado difícil poder detener la ola sentimental que se había desatado.

Lo ignoro pasándolo de largo, aun tenía las llaves de su apartamento fuertemente agarradas, con pasos torpes llego hasta su puerta.

-¿Estás bien?

-Si-

Contesto con un suave susurro, a comparación de la voz profunda y ronca que tenía ese hombre.

-¿Necesitas ayuda?

-No.

La llave entro dio dos vueltas y se abrió, se estaba mareando tenía que darse prisa a entrar.

-¿Te lastimaste?

-No.

Dios que lo dejara entrar ahora o terminaría inconsciente a mitad del pasillo, sus ojos estaban a punto de cerrarse y su mente se estaba nublando, una mano enorme se poso en su mejilla limpiado el agua salada que no dejaba de brotar de sus ojos.

-¿Entonces porque lloras?

Cerró los ojos con fuerza, el aliento frio del hombre golpeo su rostro y fue lo último que reconoció entre la intensa neblina que comenzaba a formarse, después todo se volvió obscuro.

bِ2,*

RESONANCIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora