3 ;

193 37 55
                                    

Sanha no supo qué hacer o qué decir, cuando de repente, estaba acorralado. Su cuerpo temblaba, sus ojos ardían y estaba sufriendo un ataque de pánico. Comenzó a gritarle a los chicos a la vez que su espalda chocaba contra la pared al intentar huir de ellos caminando hacía atrás.

Se quebró. No aguanto más el dolor de su pecho y presión que el resto estaba ejerciendo en él para que se deshiciera de su suéter. "¡No se acerquen! ¡No me toquen! No quiero quitarme el suéter, ¡No me lo voy a quitar! No voy a dejar que me vean, no voy a dejarlos."

Sus palabras se arrastraban entre sí, y a su vez, chocaban unas con otras. Ninguno de los presentes da crédito a lo que está ocurriendo, porque nunca habían visto al menor de ellos de esa manera. Rocky, el que parece estar un poco más afectado que el resto por lo que está sucediendo, dá un paso brusco hacia adelante y toma la mano de Sanha, obligando a este a mirarle unos segundos. "No me toques, Rocky. No- no quiero que nadie me toque, mucho menos tú" 

"¿Qué es lo que pasa, bebé?" Jinwoo también toma cercanía y acaricia su cabello blanco. Todos suavizan sus acciones, porque saben que es la única forma de hacer que Sanha se abra hacía ellos.

La habitación se llena de palabras cálidas y caricias, mientras el suave llanto del menor empieza a oírse a la par. Se dirigen al sofá, de forma lenta todos se ubican en uno de ellos, y Rocky, una vez sentado en su sitio, se sorprende al sentir una presencia extra en sus piernas. El peli-blanco estaba sentado sobre ellas, moviendo sus brazos por su cuello y escondiendo su rostro en el pliegue de este.

No quería que nadie lo viera, solo quería estar con el rostro escondido por siempre.

El hipar de Sanha comienza un poco después, cuando las lágrimas son desplazadas por palabras. "Lo arruine, Hyungs. Todo es mi culpa"

Rocky va a decir algo, pero la voz suave lo detiene para seguir. "Ellos, Dios, son tan crueles conmigo. Y siento que lo merezco, ¿Saben? Las cosas que me hacen, o lo que me dicen, he comenzado a creer que tienen razón. Que hay un motivo."

Todos se miran entre sí, con el ceño fruncido, ninguno puede ocultar su enojo. ¿Alguien lo estaba lastimando? ¿Quienes? ¿Por qué? Tienen tantas preguntas, quieren hacerlas. Jinwoo toma la mirada de todos y se apresura a hacer lo que cree correcto, siendo la voz que todos querían alzar. "¿Que hay debajo del suéter, Sanha? ¿Que es lo que hay que no quieres que lo veamos?"

"Golpes." sonríe. Pero la sonrisa no contiene ni un poco de felicidad en ella, es pequeña y sin luz. Sus mejillas comienzan a mojarse por las lágrimas que repentinamente aparecen otra vez, sin ser llamadas, solo están ahí, con ello, también moja la playera de Rocky, quien lo obliga a salir de su escondite para que mire a los demás a los ojos. Lo hace. Mira a todos con expresiones furiosas en sus rostros, apretando los puños y frunciendo los labios. "Muchos golpes, todos en mi abdomen, o en mis brazos. Unos cuantos en mis piernas, quizá también algunos cortes, a ellos no les gustaba cuando hacía mucho ruido, me castigaban si me quejaba mientras era golpeado."

"¡Dios! ¿Qué mierda, Sanha? ¡Como pudiste ocultarnos algo así! Nosotros- Dios, ¿Por qué no nos dijiste?" Jinwoo era un caos total, la ira estaba haciéndolo perder la razón y ya no podía hablar más que a gritos. Rocky, sin embargo, prosiguió a, sin permiso alguno, tomar las manos que estaban en las caderas de Sanha y levantar el suéter para dejar ver su abdomen. Se inclinó un poco, para tener mejor visión del área. 

Lo que vieron los dejó a todos con el corazón pendiendo de un hilo. Ahí estaba, su piel, algo pálida, se hundía en la zona de las costillas y las dejaba ver de forma notoria, mientras que alrededor, grandes manchas violetas demasiado recientes crecían desde su ombligo hasta su pecho. "No puedo creer esto, bebé. Solo no puedo creer que te hayan hecho esto y que no hayas dicho una sola palabra."

「 why so lonely? 」Where stories live. Discover now