EPÍSTOLA A LOS MENDIGOS

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Los mendigos piden al cielo
No morir en el olvido,
No se esconden
Bajo el asfalto para
Asfixiarse en la mezcla
De una muerte mineral.

Los mendigos son solitarios
Que se abrigan con sus brazos,
Que se exponen al peligro
De la noche, del día,
Guardando en sus adentros
Sus sueños drogados...
Recogiendo pa' sus almas
La esperanza con el poco
Aliento que respiran...

Los mendigos no rechazan
No discriminan, no asechan,
Piden con sus voces frágiles
Un pan, otro pedazo de vida
Que les retroalimente sus corazónes
Para andar por el inframundo
Aún con sus ojos desiertos...

Los mendigos cultivan con proeza
La humildad entre la codicia
De la muchedumbre...
Ten misericordia de ellos,
Apiádate de sus plegarias
Las que recitan con lágrimas
Gruesas y descarriladas
Como mis penas acuosas
Al inalcansable viento.

Los mendigos, así como yo,
Que nacen presos de lo inefable,
De lo que no se discute,
De lo imperfecto y sin vida,
Porque adultera el sentido
Común de las cosas que
No nos sirven para subsistir,
También tienen sus derechos,
De ser libres, de amar y opinar
Como tú, como él, como ellos...

Simplemente,
Lee esta carta
Y ablanda tu corazón calizo.

[Culminada]Polvos Al Viento Y Versos Al Mar...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora