Cuando Los Ángeles Caen

Malas decisiones

• Aveces miro el cielo y me pregunto que se sentirá estar muerto •

Estuve la mayor parte de la noche sin cerrar los ojos, pasaron las horas, Allison terminó y vi como se acostó a dormir. Jonathan y Jason habían llegado a las 9:00 tal como lo pensaba, las luces de la calle se ensendieron. La gente entró a la comodidad de su casa para descansar una vez mas.
Tuve una extraña sensación–Me dije a mi mismo– mis ojos se sentían pesados, el sueño era una palabra concreta en ese momento. Pero cuando cerraba los ojos el sueño desaparecía. Era algo muy extraño.
Al amanecer tenia unas ojeras terribles y algo de migraña pero eso no fue impedimento para ir a mi clase de hoy. Los ánimos estaban bajos pero algo me decia que era un buen dia para aconsejar.

La rutina de siempre comenzaba, encendí el auto para irme a trabajar. Mi ropa hoy no era tan oscura salvo por los zapatos que era lo único negro. Todo marchaba bien hasta que sin darme cuenta por poco atropellaba a unos chicos que iban para el colegio.
No imagino lo que hubiese sucedido si no me hubiera frenado en seco, supongo que debo de ser mas precavido para no causar un problema.
Por el cansancio de no haber dormido durante toda la noche olvidé mi maletín, la clase de hoy tendrá que ser algo improvisada. Me dio algo de frustración pues suelo ser una persona bastante organizada y eso alteraba el orden de mi dia.

Entré por la parte trasera de la escuela, algo inusual pues siempre suelo estacionarme en la parte de enfrente. Dejé mi auto en el estacionamiento y me dirigí hacia el Salón de clases, mis alumnos me esperaban sentados. Me acerqué a mi escritorio, todos me miraban extrañados. Será que mi aspecto cambió por el simple hecho de no tener una noche buena.
Miré todos los lugares y había uno vacío.
-¿Quién faltó?
Nadie dio respuesta a mi pregunta, parecía ser que todos estaban bastante distraídos.
Hice memoria, para recordar quien me faltaba el dia de hoy ¿Será que me sobran asientos? –Dijo Dylan bastante extrañado–
Verónica.
Verónica era la chica que no asistió al dia de hoy, me pregunto ¿por qué? Tal vez ya no le interesa la clase.

Dejé la actividad apuntada en el pizarron, la cual era hacer un proyecto de que es lo que quieren hacer de sus vidas. Que sentido querían darles, esto lo hice para darme una idea si les he enseñado bien como ser una mejor persona y siempre tener en mente que no hay limites.
Salí un rato del salón solo para despejar un poco mi mente sobre esta chica "Rara".
A unos dos salones al lado se encontraba el profesor Nicolás quien da clases de Historia. Me acerqué para conversar un poco con el.
-Buenos días Nicolás
-Buen día –Respondió en un tono bastante alegre–
-¿Qué tal vas con los jóvenes?
Hice esta pregunta solo para sacar un tema de conversación, para después decirle algo.
-Hasta Ahora ha ido todo bien –Se recargó en la pared mientras una sonrisa se dibujaba en su rostro– Me gusta mucho que a los alumnos les guste la historia.

-Me alegro mucho. Estoy algo preocupado por una de mis Alumnas, Tiene comportamientos raros en las clases.

-¿Cómo es que se llama?–Hizo esta pregunta con una expresión algo rara en su cara–

-Verónica, Verónica Paola.

-¿Verónica? Ese nombre me suena, creo que era una de mis alumnas pero no recuerdo muy bien exactamente. Si es la Verónica que recuerdo tiene un pasado muy duro.

-¿A que te refieres? –Pregunté preocupado–

-Su madre los abandonó cuando cumplió los 11 años, la dejó con su padre, ahora ella tiene 18 y pues... Ya sabes, creció sin esa figura materna.
Ahora habían dos cosas que no me cuadraban en lo absulto. Ayer en la clase me dijo que sólo asistía a mis cursos por que su madre le decía que no era una chica como las demás. Decidí no mencionar ese comentario, pero si había algo que no podía dejar pasar.
-Dijiste ¿Los? ¿Hay más?