Tierra e Ilusión

Piñitas

Cuando la niebla rosa se disipó, Mukuro se dió cuenta de que estaba en una habitación grande e infantil con dos cunas en medio.

¿Que demonios hacia su yo ahí?

Escucho un llanto provenir de una de las cunas y se acercó curioso, sorprendiéndose con lo que había allí.

Un bebé de unos 5 meses de pelo rojo le devolvía la mirada. El bebé lo miró con grandes y llorosos ojos bicolores.

Ojos demasiados familiares.

Ese niño…

¿Era su hijo con Kenlla... Digo, Enma?

Otro llanto se escucho, este provenía de la otra cuna donde había otro bebé de cinco meses idéntico al otro, más sus ojos bicolores en un orden distinto (osea, un bebé tenía el ojo derecho rojo y el izquierdo azul, el otro bebé tenía el izquierdo rojo y el derecho de color azul)

¡Joder, no era uno sino dos hijos con Kenlla!

De pronto, todo se volvió oscuridad para el orgulloso Rokudo Mukuro.