Por algo el alcohol estaba prohíbido para ellos. Por algo debía estár prohíbido para lo ninjas. Su metabolismo acelerado parecía acelerar también los efectos del mismo, trayendo consigo la borrachera adelantada.
Lo cual traería consecuencias. Con no decir el peligro que eran los tíos de la chica cuando estaban molestos, ya ni decir estando realmente iracundos.
Se despertó con el salir del sol, la falta de un gallo practicando artes marciales mientras anunciaba el amanecer como lo sería usualmente. Pero pasó por alto el detallo por momento.
No se encontraba en una buena postura: estaba hecho un ovillo y abrazaba una almohada. Olían diferente las sabanas, no a algo específicamente desagradable. Tenía el pelo desamarrado -causando que éste le cubriera gran parte de la vista- cuando normalmente lo mantenía bien acomodado aún cuando dormía.
Estaba desnudo -primera mala señal-. Su dichosa almohada respiraba -segunda mala señal-. No estaba en su habitación -tercera y última mala señal-.
Se enderezó, el pelo azabache terminando por cubrirse la vista del todo. Sostuvo su cara entre las manos unos segundos, su corazón acelerándose en un pánico creciente mientras movía sus ojos de un lado a otro de la habitación, súdor frío comenzando a bajarle por la espalda.
Su mirada se detuvo de súbito en un punto de la pared, entrecerrando los ojos para enfocar mejor la vista. Era su cara. Había un cartel con su cara dibujada enmedio de un corazón rojo.
Perdió la fuerza de los brazos, quedándose pálido como el papel y con el corazón indesciso entre detenerse o acelerar como nunca.
Giró lenta y cautelosamente la cabeza, terminando por enfocarla justo sobre quién-ya-sabía dormía junto a él. Terminó por soltar un chillido de pánico apenas distinguió la mirada de esos ojos rasgados y una enorme sonrisa.
Pero la calma le inundó de pronto; no era una sonrisa traviesa como siempre. Era una sonrisa amable y cálida. Llena de sentimientos y afecto. Esta vez pudo distinguir el real cariño que sentían.
Era simplemente encantadora.
Sonrió apenas un poco. Internamente pensando en todas las consecuencias de su error mientras externamente volvía a dejarse caer sobre las sabanas rosadas en total serenidad.
...
—¡¿Qué hiciste QUÉ?!— Linguini ya levantaba a Garu del cuello del traje negro mientras lo amenazaba con un fideo extra largo. Dumpling comenzaba a afilar sus cuchillos tras de él mientras rechinaba los dientes. Ho literalmente ardía en fuego mientras sus ojos se encendían con ira.
Se suponía que los ninjas debían carecer de miedo.
Pero justo ahora estaba por morir rostizado, o extrangulado, o rebanado. El miedo a morir le pareció inevitable.
Pero como siempre. Ella llegó al rescate. Pucca sacudió el brazo de su tío con preocupación, emitiendo un rechinido de queja y miedo. El trío de hombres le miró mientras ella comenzaba a aguadar los ojos, la mirada de cachorrito quebrándoles el corazón irremediablemente.
—P-Pero... Pucca, ¿Estás segura...? Él...— comenzó Dumpling a intentar hacerla razonar. Su mirada seguía humedeciéndose aún más.
—... yo...— habló Ho con el corazón a punto de derretirse en la desgarradora mirada que les daba la chica —... No creo que pudieramos matar al padre de nuestro nieto...— suspiró.
Linguini dejó ir a Garu, este cayendo de sentón mientras temblaba a la falta de aire. Se arrodilló e inclinó frente al trío de hombres antes de comenzar a soltar algunos gruñidos y rechinidos ininteligibles.
Pucca, lo abrazó antes de sonreír satisfecha.
—Planeas hacerte cargo de la criatura, ¿Cierto, Garu?— habló mientras lo miraba fulminante, diciedo con veeno su nombre. Este asintió sin miedo ya, habiendo tomado la decisión antes de haber sido amenazado a muerte. Aunque la culpabilidad siguiera ahí por haberse deshonrado a él y a su familia.
Si tan solo supieran que nada había sucedido esa noche. Que el viejo traje que Garu portaba simplemente se había enganchado con un clavo salido al entrar por la ventana de Pucca y se había roto.
Que Pucca no había despertado desnuda, si no con su camisón rosado cubriendo su inocente y virginal cuerpo...
Que en realidad no había posibilidad a bebés en esa relación.
—¡Pero qué maneras, Garu!— Dumpling le pasó un pesado brazo sobre los hombros, logrando que volviera a encorvarse.
—Esa no es la manera correcta de unirse de por vida. Antes debería venir otra cosa— asintió Ho mirándole con una sonrisa complíce. Sintió una gota de súdor bajarle por la frente mientras tres símbolos de interrogación aparecían sobre la cabeza de Pucca.
—Tienen razón. Antes deben casarse...— y así como así, ya tenían a un Garu desmayado entre sus brazos y a Pucca dando saltitos por todas partes con una estelita de corazoncitos rojos y rosas.
~☆♡☆~
Quedó algo feíto, pero bueno. Algo debía hacer xd
El siguiente será algo más... "triste" :"v
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Beating Heart (Pucca x Garu) [One-Shot & Drabbles]
FanfictionEra algo inevitable el terminar de esa manera. Estaban unidos por algo más que obsesión o cariño. Era cuestión de... Era cuestión de un corazón latente por amor. //Información de participación en el interior//