Uno

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[~‡★‡~]

Las chicas vienen y van sin parar, dan vueltas alrededor de un chico muy popular: Tooru Oikawa. Este sonríe amablemente a cada una de sus fans, no tiene otra opción.

—¡Hey, Toori!— uno de sus mejores amigos, Tetsurō Kuroo, se burla de él, llamándolo para lograr sacarlo de ese círculo de mujeres y perfumes embriagantes—. Perdonen, chicas, lo necesito.

Oikawa se deja llevar, desde que escuchó su voz su corazón no había dejado de molestarlo, podía sentirlo errático, palpitando hasta en sus oídos. Eso y muchas cosas más le podía provocar Kuroo con su sola presencia. Contando también que lo llevaba tomado del brazo, rodeando su muñeca con sus largos dedos.

—No sé como las aguantas— se ríe, burlón como siempre.

Oikawa gira los ojos, aparentando.

—No lo sé, Tetsu-chan, es algo que sucede desde hace tanto tiempo— los dedos de Kuroo le provocan cosquillas, más por los nervios que por las inexistentes caricias.

—Hajime podría matarte sí escucha eso.

—Iwa-chan...

—¿Yo qué?— el nombrado ya estaba allí parado al lado de Bokuto frente a las gradas que daban al lugar donde disfrutaban sus almuerzos.

Nadie más que ellos conocía como llegar a la azotea del edificio más antiguo de la Universidad de Fraskot, tampoco era como que el mismo estuviese tan a la vista, puesto que una enorme valla publicitaria de la calle y dos árboles enormes escondian al lugar en cuestión.

—Nada, Iwa-chan— Oikawa disimula, dando un rápido vistazo para estar completamente seguro de que Ushijima no los acompañaba—. Uf.

—Nuestro UshiBro tenía una tarea pendiente— cuenta Bokuto—, o un formulario de trabajo, no recuerdo, pero no vendrá a almorzar.

—¡Al fin paz!— grita Tooru.

Sus amigos le dan un golpe al lugar más cercano de su cuerpo. No importaba cuanto tiempo pasaran juntos ni cuanto Ushijima intentara agradarle, Oikawa simplemente rechazaba su amistad. Era demasiado necio con la idea de que Ushijima debía perder, por lo menos una vez, para que él le perdonara y lo considerara un amigo.

—¿Por qué no puedes dejar que Ushijima se sienta un poco tranquilo? Es de nuestro grupo ahora— le recuerda Iwaizumi, dejándose caer en su lugar usual, siendo seguido por los otros tres chicos—. No existe nada en lo que puedas ganar contra él.

Oikawa hace un puchero inconsciente, lo que abre paso a un movimiento impulsivo por parte de Kuroo, quien toma el labio sobresaliente para apretarlo entre sus dedos medio e índice.

El corazón de Tooru se acelera de forma violenta, dándole fuertes golpes en el pecho, sus ojos y los de Kuroo conectan por una fracción de segundo hasta que este lo suelta y regresa a su pose desenfadada. Solo Hajime nota toda la revolución de sentimientos que se forma en en interior de Oikawa, lo que le obliga a apartar la vista.

—Sé de algo donde ni Ushijima podría ganarme— se ríe, ocultando lo que verdaderamente siente, dándole un golpe discreto a Kuroo para controlar lo que quiere salir—. No podría conquistar a la chica que me gusta— afirma, sabiendo que dentro de él un frío gélido se extiende mientras los pequeños pedazos de su corazón caen silencio—, ni yo puedo hacer que se enamore de mi.

—¡Hoot, hoot, bro! ¿Esuchaste eso? ¡Alguien pudo con el imparable Oikawa Tooru!— Bokuto crea el mismo escándalo de siempre, riendo sonoramente para que los demás lo sigan.

—¿Quién es ella, pequeño Tooru-chan?— Kuroo también se burla descaradamente.

—No se los diría ni por ayuda— Oikawa se límita a masticar la poca comida que había escogido, en parte para cubrir su vergüenza.

Kuroo sonríe de lado, esa típica sonrisa de idiota que tanto le gustaba a Oikawa, no porque fuera precisamente linda o angelical, era porque realmente representaba lo que el chico sentía, porque era él y su entera y compleja personalidad. Eso le gustaba, le fascinaba, la facilidad con la que Kuroo podía mostrar sus intenciones, sin ocultar nada.

Nunca ocultaba nada.

—Iwaizumi seguramente lo sabe ya— ronronea Kuroo, juguetón.

—Eso es porque no soy ciego... Ni idiota— se burla el nombrado, haciendo a un lado el tema—. Igual de como me di cuenta de que a Bokuto le gustaba Akaashi.

Kuroo y Oikawa giran los ojos al mismo tiempo.

—Cualquiera con dos dedos de frente notaría que a Bokuto le gustaba Akaashi— interfiere Oikawa—. Y fue correspondido por la insistencia.

—¡Eso me recuerda algo importante!— Kuroo se levanta antes de que Bokuto pudiera avergonzarse o gritar algo—. Hoy en la mañana una chica se me declaró ¿Pueden creerlo? Aunque es realmente linda le dije que debo pensarlo, porque solo habíamos cruzado palabras en dos ocasiones, fue algo realmente inesperado.

Y allí íbamos de nuevo.

Un puñal se clava en el pecho de Oikawa, pero la barrera que se había colocado le ayuda a ocultar tanto el dolor como la desesperación.

—Ya era hora, Tetsu-chan— se ríe, dando paso luego a tomarse el jugo de la botella de un solo, dejando caer la cabeza hacia atrás.

—¿Le dirás que sí?— pregunta Bokuto, con los ojos brillando de alegría— ¡Obviamente le dirás que sí! Es el momento que esperamos por tres años.

Un nudo en la garganta de Oikawa le impide continuar bebiendo, así que se obliga a verlos, bajando su rostro para ocultar que no sonreía.

—Iba a pedirle ayuda a Oikawa para pensar en qué decirle— declara Kuroo, sintiéndose el hombre más inteligente sobre la faz de la tierra— ¿Qué opinas?

Ese era un dolor agudo, como si le abrieran la espalda para sacar sus pulmones, estaba reteniendo aire para que ninguna expresión fuera de lugar se notara frente a ellos. Iwaizumi era el único que notaba el dolor de sus ojos.

Cuando Oikawa iba a responder con una típica respuesta burlona para que todos se desviaran un poco de asunto termina por fijarse en la sonrisa de Kuroo una vez más. No podía impedirle que él estuviera ya enamorado de ella por el simple hecho de que se le había confesado primero. Además, Oikawa no tenia posibilidad de ganar ante esto.

Estaba dándose por vencido.

—Ve por ella, tigre.

Y le sonríe.

Aunque por dentro llora.

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Cᴏɴғᴇsɪᴏ́ɴ •KᴜʀᴏOɪ• YᴀᴏɪDonde viven las historias. Descúbrelo ahora