Capitulo 4

25 2 1
                                    

Desperté, abrí los ojos, y me di cuenta que, el sueño era real, estaba en el bosque, y era un lobo.

No comprendía nada, no podía ser cierto,¿como era posible que sea un lobo? nunca me había pasado esto.

Pero sí, la otra noche, en la fiesta de Sam, me drogaron sí, pero ¿y luego?desperté en la cama y estaba lleno de pelos y pulgas, además me había crecido de repente el pelo, y la barba. Estoy asustado. ¿Que pasara ahora?¿sere lobo para siempre? necesito respuestas.

Mi padre, el se había estado comportando raro ultimamente, me preguntaba sobre el pelo, y si me gustaban los lobos, el si sabía esto, pero ¿como lo sabía?el tambien sera como yo?¿o lo fue? Empecé a llorar, a llorar desconsoladamente, quería volver a casa, a mi cama, no el bosque espeluznante. No, no tengo que llorar, mañana voy a despertar en casa, sí, y voy a hablar con papá, todo va a estar bien. No puedo dormir, no así, en el bosque, solo, asustado, la verdad es que no puedo. Empecé a buscar al lobo que había visto, corrí y corrí hasta que la encontré, era una loba marron medio rojiza, me fui acercando de a poco, pero se erizó, mostrandome sus  dientes blancos como la nieve, fui caminando hacía ella  pero más despacio, estaba ya al lado de ella cuando me lanzó un mordisco en la paletilla derecha, me fui para atrás y chillé, me asusté, no me la vi venir, además fue muy rápida, salté sobre ella jugando, ella se dio cuenta, y nos enroscamos cayendo por una sierra, era muy hermosa, bueno, para ser loba. Me di cuenta que el mordisco fue para advertirme, no ofensivamente ni nada por el estilo. Seguimos jugando por un rato, hasta que vi salir el sol, se me estaban cayendo los pelos, me di cuenta que me estaba volviendo a ser humano, me saqué a la loba de encima, e intente decirle chau y que quería volver a verla mañana, pero solo salió como un quejido amoroso y tierno. Largué a correr, ya estaba volviendomé humano, hasta que me di cuenta que tenía a la loba detrás corriendome, frené, me vi obligado a pegarle un buen mordisco en la pata trasera para que no se pueda levantar por un rato, de nuevo retomé el viaje dejando atrás a la bella loba hasta llegar al arbol caído.

WolfesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora