Capítulo 20

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Con casi una semana de anticipación a las fiestas navideñas y muchas ganas de conocer a los integrantes de una nueva familia emprendió un viaje de aproximadamente cuatro horas junto a el odioso, dirigiéndose a las afueras de la ciudad, en donde el aire era puro y más ligero, el paisaje mucho más verde por donde se le mirara y el sol brillaba a mayor intensidad –o por lo menos eso le parecía-

No había parado de mirar por la ventana para dejar que el aire despeinara sus cabellos, eran pocas las veces en las que podía hacerlo y le alegraba que justamente fuera al lado de la persona de la que estaba enamorada.

Cuando el odioso detuvo el auto en las afueras de una gran casa campestre parecida a una hacienda sintió los nervios a flor de piel, estaba claro que le emocionaba el tema de conocer a su familia y entablar relación con ellos pero la ansiedad era imposible de contener. Una mujer mayor bastante guapa salió de inmediato para abrazar a Donghae en cuanto puso un pie fuera del auto, ella era Hyun, su madre.

--¡Amor! ¡Ya estás aquí! –lo abrazó con tanto anhelo que sintió mucha envidia. Donghae tenía una madre que lo esperaba cada vez que se le ocurriera volver >>Seguro tú eras igual mamá, puedo apostarlo<< una lagrima resbaló recordando de pronto a Tania, su propia madre. Jamás imaginó que ver aquel efusivo encuentro le provocará esa sensación, secó la gota en su mejilla de inmediato volviendo a sonreír- ¡Mira nada más como has cambiado! –Donghae era más alto y sintió algo de gracia al ver como la pequeña mujer se aferraba a él con tanto amor- Estas mucho más delgado ¿No has estado comiendo bien verdad? Te alimentaré tanto en estos días que volverás a tu casa con un peso distinto.
--Mamá –susurro él algo avergonzado por sus regaños- estoy comiendo perfectamente, mi peso es bueno y los chequeos del médico dicen que todo está en su lugar –ella suspiró orgullosa-  estoy muy contento de volver a verte –le besó la frente de forma protectora y se preparó para iniciar con las presentaciones-
--La trajiste… -Los ojos de Hyun brillaron en cuanto vio aparecer a Emily tras el auto, avanzando con cuidado y lentitud para no arruinar el emotivo momento madre e hijo, sintiendo algo de timidez- ella ha venido contigo –miró a su muchacho como si no pudiera creerlo-
--Si, te lo había prometido… -la mujer se apartó, observando fijamente lo bonita que era-
---Cielos, que guapa es, justo como tú mi amor. –él asintió orgulloso, extendió una mano hacía la mocosa para pedirle silenciosamente que se acercara, ella corrió hacía él sintiéndose más segura a su lado-
--Mocosa…-luego lo pensó mejor- digo… Emily... –Ella se enredó en su brazo, tratando de perder un poco la pena- Ella es mi madre, Hyun. Mamá, ella es Emily, mi novia.
--Mucho gusto Emily –le estrecho la mano, ella sonrió por fin- estoy encantada de conocerte y tenerte aquí, no sé si humilde casa sea de tu agrado pero está a tu disposición. Gracias por cuidar de mi pequeño cuando no estoy cerca –ella río suave- de vez en cuando es un poco amargado –el rodó los ojos-
--Es un odioso –Hyun la miró sorprendida, luego río-
--Así es, es muy odioso…
--Su casa es bonita, la mejor que he visto hasta ahora. Me ha gustado porque parece un hogar –Hyun suspiró orgullosa-
--Gracias cariño, espero que te sientas como en casa –Donghae miró como ambas conversaban de cosas irrelevantes, se veían muy bien juntas-
--¿Por qué no van dentro mientras yo saco un poco del equipaje? Emily se ha traído media ciudad en el auto.
--Claro amor, llamaré a Donghwa para que te ayude con eso. Ven Emily, te mostraré el interior de la casa.

El lugar era hogareño y hermoso por dentro, muebles grandes con una chimenea ocupaban espacio en la enorme sala junto amuchas foto retratos de los hermanos de Donghae, sobrinos y hasta algunos primos –eso le había dicho Hyun-. Tres niños llegaron hasta ellas corriendo uno tras otro, dos varones y una niña, la última detuvo el paso rompiendo la fila en el juego para mirarla fijamente. Era castaña y bastante bonita como Donghae, su aspecto era similar y sus ojos estaban tan sorprendidos que por un momento creyó no agradarle.

Mi MocosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora