Hoy me siento bien.
Callejeando por las calles estrechas de la ciudad, adornos de navidad hacen luz en plena oscuridad.
Un señor mayor está parado de pie en medio de la plaza redonda con su regalo de navidad. Haciendo fuerza, esta intentando colocar bien la cuerda de la dicha bolsa.
Su cara lo dice todo. No puede. Su fuerza no es lo suficiente para que esa cuerda sea correctamente adaptado.
Le miro con atención, admiración. Me acerco a ayudarle y lo he conseguido. He conseguido sacarle una sonrisa. Después le he mirado a los ojos. A esos ojos pasajeros de tanta vida. Tan veteranos. Tan desgastados. Le he devuelto la sonrisa. Esa sonrisa sincera, una sonrisa limpia. Y le he deseado un Feliz Navidad. Sus ojos han brillado más que nunca. De sus ojos protagoniza la gratitud. Esa gratitud sincera.
Mientras que le observaba me he imaginado cómo sería él de niño. Cómo sería de estudioso, o si no iba al colegio. Me he preguntado, mentalmente; si sabría cantar, tocar algún instrumento o bailar.
Me gusta observar a la gente. No juzgar, no os confundáis.
La clave está en echar la imaginación. En crear una historia ficticia. A tu gusto. En imaginar su pasado, quién es, de dónde viene y hacia dónde va. Todo en milésimas de segundos. Es tan mágico cómo es nuestro mente.
Después de Felicitar la Navidad, con otro aspecto, más feliz, se despide de mí y yo de él.
¿Ya he repetido que hoy me siento bien?
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Todo pasa por algo.
Short StoryHistorias cortas en las que te sentirás identificado/a o no. Historias cortas en las que te harán llorar o reír. Historias cortas en las que amarás u odiarás. TODO. Absolutamente todo puede pasar al leer una historia corta. Solo sabemos una cosa: Q...