Oleaje sin fin

Profecia.

"Lo que no me mata me hace más fuerte" esta es la frase favorita de Lord Dragonblack o el pequeño niño llamado Jonh, el es un niño "feliz" se podría decir ya que el creció en el lugar más alejado y pobre, ni había comestibles cerca de ese lugar  sin nombre, había que ir a un lejano reino por ellos, tampoco había trabajo ni hogares solo zonas militares donde los soldados y generales se alimentaban como cerdos recién nacidos, Jonh tenía que robar  esa comida que comían los perros para sobrevivir, Un día a Jonh le ofrece un trabajo, el anciano era extraño, pero el prefirió trabajar que seguir robando.

El se puso feliz al ver que lo llevaban a la capital donde esta el rey.

—oye, procura divertir a los amos
Lo dice con voz burlesca

Jonh llega donde el Rey, se inclina ante el, todo parece calmado, pero en la cara del Rey se ve un gran asco con Jonh.

El rey le pregunto:
—¿Le eres fiel ha tú Rey?
—¡Sí señor!
Jonh siempre ha anhelo ser la mano derecha del Rey.

El Rey sonríe y dice:

—Entonces no te molesta ser el juguete humano de mis hijos ¿No?

Los ojos de Jonh cambian a miedo y asco, no duda ni un segundo en salir corriendo pero de repente un guardia lo patea y lo deja noqueado.

******

Jonh despierta encadenado en un lugar oscuro donde cada grito era un disparo que penetra a el alma, el movimiento constante de las cadenas se volvió algo normal con el tiempo, aunque el tiempo era lo que menos quedaba, la mayoría de nosotros eran personas que estaban condenadas a muerte, yo era de la minoría, los que eran esclavizados.

Yo era el único que no acepto ser el esposo de la hija del rey, me "invitaron" a ser el esposo de ella ya que mi sangre era del antiguo Régimen. Claramente no tengo idea qué es eso del antiguo Régimen, solo me queda la opción de investigar que es la sangre del antiguo Régimen.

******

Pasadas dos noches y tres días pude obtener la información necesaria para poder obtener información sobre mi sangre, estando en la celda, llamé al guardia, acudió rápidamente y dijo:

—¿Mi señor quiere ir donde su princesa?
—Llevame a ella.

Ese guardia no era cualquiera, era un almirante muy conocido, lo llaman el Rey de los mares.