Celia aún no terminaba de comprar los regalos para esta navidad, quedaban solo tres días. Cogió cien dólares para llevar al centro comercial, sería una tarde dedicada al regalo de su hermano mayor; este año es especial; él vendría a casa después de un año y un par de meses de servicio que brindó al gobierno. Sus tíos, abuelos por parte de su madre y padre fueron invitados a pasar las fiestas en casa. Esperaba que pudieran estar todos presentes.
Su abrigo, algo grande, la protegía del frío y la nieve. Hace tiempo que quería esto; el invierno es su estación favorita y la disfrutaba al máximo. Puso bien el gorro de lana que su madre le tejió, las botas largas cubrían lo que su falda no. Amaba la moda y la temperatura no le impedirá ir como le gusta.
Entró y una oleada de calor por el tumulto de gente la golpeó. En estas fechas, los sitios comerciales se llenaban. Gente desesperada de aquí a allá buscando el regalo perfecto, las cosas que pedían los niños que se repetían y costaba un mundo encontrarlas. Esa sensación de satisfacción al realizar la compra.
Se dio varias vueltas, tal vez los gustos de su hermano cambiaron en esos meses fuera de casa. Pensó en algo pequeño, el crédito no lo podía usar por ciertas cosas que pasaron hace un tiempo y su madre obligó a que trabajara si iba a regalar algo. Este año fue muy extraño sin su hermano y su padre más estricto que nunca; supuso que haberse tomado sabático traía consecuencias. Entraría a la universidad el que viene y estaba todo listo, trabajó tres meses aproximado y ahorró para esto, sin embargo, no era suficiente.
Connor solo le anunció a ella mediante una llamada que estaría aquí por más de dos meses, sus padres estarían muy felices por la sorpresa. Ellos habían guardado los regalos de la navidad pasas y de su cumpleaños con la esperanza de verlo. Definitivamente la emoción reinaría ese día.
No encontraba nada que valiera su presupuesto, antes de irse le encantaban las cosas finas y caras, pero el no tenía idea de lo que pasó en el transcurso. Este centro comercial es particular, vendían cosas de altos costos y cometió un error al venir.
Resignada montó su automóvil de nuevo, paró en el target más cercano y se adentró al lugar. Algo vino a su mente; videojuegos. Eso era algo que su hermano nunca dejaría. Debe de extrañar pasar horas frente al televisor de su habitación jugando. A decir verdad, a él le gustaba el servicio militar. La mayoría de los juegos que poseía trataban de eso; guerra, pistolas y encuentros agresivos. Obviamente es diferente la vida real con la virtual, tal vez ahora, sentía esas emociones y ya no las deseaba.
(***)
Pattie no podía creer lo que veía; su hijo había vuelto de la calle con un par de billetes en su bolsillo. Ella estaba al tanto de que iba a cantar frente al teatro para juntar el dinero, el trabajo era un tanto complicado de conseguir cuando sus antecedentes laborales son nulos. La mujer de vez en cuando limpiaba la casa de una familia en Manhattan pero nunca buscó algo estable. Poseían lo suficiente para mantenerse los dos, sin embargo, podrían hacer más. Los ánimos de Pattie no eran suficientes para levantarse temprano a diario.
— ¿Por qué lo haces? —Le preguntó.
—Estoy harto de la miseria ¿sabes? —Se dejó caer en el sofá—. Tu no pones nada de tu parte, nunca vamos a olvidarla pero tenemos que seguir adelante y dos años es suficiente tiempo para dar un paso más. Quiero lo mejor para ti y para mi pero soy el único que coopera. Celebraremos navidad, decoraremos la casa y te haré un regalo.
—Justin, no es necesario —se acercó a su hijo—. Un regalo es demasiado dinero y no quiero que dejes tus cosas por mi.
—Fui a congelarme por esto, nadie ni nada me echará para atrás. Extraño la navidad y estoy seguro que tu igual —besó la frente de su madre y salió.
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Everyday is christmas © O.S.
Fanfiction'No quería recibir nada de ella pero terminó en su casa junto a su familia' portada por: rauhlbooty biebsirenz 2017 ©