El inicio

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"-¿Puedes escuchar como late mi corazón?-susurra exhalando un suave suspiro por mi cuello

-si- digo dudando a la respuesta

-todo lo que late justo ahora...es por ti- tomo mi mentón haciendo que lo mire"

Ahora estaba en mi balcón mirando a las estrellas, con las piernas flaqueando cada vez que recordaba aquel chico de ojos intensos y unos labios que causarían el paro cardíaco en cualquier mujer que lo besara... y es que, en unas horas ese "chico" regresaría por la fiesta que se anticipaba en la familia y de nuevo nos separaba él y mi familia, sin mencionar el contrato que firme para salvar su vida...

-Ha llegado- anuncio mi madre desde el umbral de la puerta de mi habitación, más molesta que de costumbre, la presencia de él la ponía así.

-Enseguida bajo- suspire limpiando mis lagrimas 

-No sé porque te empeñaste en hacer que viniera a la fiesta, sabes cuanto me fastidia que se te acerque y que este en la familia- suspiro mientras bajaba las escaleras

-Por mucho que desees negarlo, el formo parte de esta "familia" alguna vez-la rete con la mirada —Sabes que ella lo ama como a un hijo, no podía dejarlo fuera— la miro sobre mi hombro para dar por terminada la discusión.

-Y gracias al cielo ya no lo es- sonrie  solo como ella sabia... Con esa sonrisa que me recordaba que yo jamás podría acercarme a el. ¡hipócritas! así puedo definir a mi hermosa y prestigiada familia. Lastimar a unos niños es la mayor de las crueldades humanas.

-No lo puedes ocultar madre, aún quedan los recuerdos- la mire fijamente pausando mi caminar al borde de la escalera —Y esos no me los puedes quitar— la mire con satisfacción, esa que ella tanto odiaba.

-Sigues siendo tan ingenua y estúpida- tomo con fuerza mi muñeca y me acorraló  -Donde me entere que tú y ese- señalo la sala en donde él esperaba -Salen juntos de nuevo, olvídate de que esta familia escondió los recuerdos y todo saldrá a la luz- me miro triunfante. De nuevo con sus amenazas bastardas, como si está familia no tuviera el apellido de escándalo.

-No te preocupes- sonreí desprendiendome de su agarre -Hace mucho tiempo que él dejo de seguirme gracias a ti...- empuje su cuerpo para salir y caminar a la sala

En el sofá y con un elegante traje se encontraba el chico que años atrás me hacia suspirar y rogar porque nada malo le pasara, el chico que lograba hacerme romper el autocontrol y las reglas familiares, ese por el que ahora estaba jugandome la vida.

-Weny Less- sonrió con esa característica picardia al encontrarse con mi mirada -¿O ahora debo llamarte miss Wen?- su mirada se desvío a la de mi madre esperando no causar una guerra por su simpatía. Conocía bien esa mirada, la misma que ponía cuando mi madre le negaba los dulces de la cocina por ser un "bastardo" que no pertenecía a su familia.

-Solo Weny- suspire cortando la tensión entre ellos  —Hace mucho que no te veía— trague despacio —Creí que no vendrías— Camino unos pasos más para quedar de frente, por supuesto que mi madre también lo hace.

-Bueno Weny, ser un hombre de negocios es agotador- sonrie ampliamente manteniendo esa emoción en la mirada -Tú padre debe saber de ello- dice mirando a mi madre de nueva cuenta, ¡Oh mierda, el odio es mutuo!. Él sabe bien como hacer que la cólera mate a mi madre. Sabe que ella no le gusta que le recuerden que su esposo la dejo y la abandonó por un hombre.

-¡Déjate de estupideces Adam!- dice mi madre mirándolo mal -Ya sabemos que el hombre rico que adopto al pobre huérfano- habla con ese toque curioso en su voz para lograr el mismo efecto de colera con él. Quiere hacerlo rabiar cómo cuando era un niño. Mi madre suele ser perversa. -Fue quien te heredo todo- eso era un golpe bajo para Adam, yo podía intuirlo.

Do you want learn to live?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora