Luego de un accidente que se llevó mucho más que la chapería del auto de Stan, Dipper hace un trato con Bill Cipher, que terminaría con el joven Pines de dieciocho años, en la mansión del demonio como su sirviente por unos largos seis meses.
El panorama se veía horrible para la familia Pines.
El tío Stan acababa de tener un accidente, Dipper y Mabel se encontraban en el asiento de atrás, ambos inconscientes.
La razón por la que conducía tan rápido, era porque la policía lo estaba persiguiendo, ya que el famoso dueño de la "Cabaña del misterio" había robado artículos de pirotecnia.
Stan bajó del auto para hablar con los policías.
Uno de los gemelos, despertó.
Al este abrir sus ojos, todo se veía borroso, como si una capa de niebla estuviese cubriendo sus pupilas.
Dipper, se encontraba totalmente mareado y un pitido agudo resaltaba presencia cada vez más fuerte.
Los párpados le pesaban, pero al girar levemente su cabeza, se exaltó y perdió todo sentido de despiste al ver que su hermana aún estaba inconsciente y no presentaba signos de que se levantaría pronto.
—¡Mabel! ¡Despierta!— Gritaba Dipper desconsoladamente mientras la colocaba sobre sus piernas.
Los ojos de la chica no se abrían, el gemelo acercó la cara a su rostro, para cerciorarse de que esté respirando.
Stan solucionó todo el problema con los policías, inventando una historia de el por qué había robado los fuegos artificiales.
Los hermanos seguían en el auto.
—No hay pulso.— Susurró Dipper, sus palabras se ahogaban, las lágrimas caían, pero no podía moverse, estaba en un total estado de shock.
—No te preocupes Mabel, ya sé como traerte de vuelta.— Se limpió las lágrimas y bajó del auto.
El chico corrió hasta su tío para avisarle que se iría y que cuidara a su hermana.
—Vuelvo enseguida, cuida a Mabel, todo se solucionará.— Y así se adentró al bosque, dejando a Stan sin respuesta.
La mente de Dipper estaba en blanco, tanto, que siquiera podía asimilar todo lo que estaba pasando y lo que haría.
Mientras corría por el bosque, sentía como si la sangre que debería de estar en su cabeza, bajara totalmente, causando que se detuviera y se arrodillase.
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—¡Bill Cipher!— Gritó Dipper con todas sus fuerzas, medio bosque pudo escucharlo. —¡Quiero hacer un trato!—
En un momento, todo color del bosque había desaparecido y la luz del demonio se dejó ver.
—¿A qué se debe el placer de haber sido llamado? ¿Al fin me regalarás tu inútil cuerpo de humano para poder vivir en Gravity Falls?—
