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Después del acontecimiento con Tiberius, la vida académica para ambos no había sido tan tranquila como en los últimos días. Rogers inclusive agradecía que las cosas hubieran transcurrido de aquella forma puesto que, el repentino temor a su persona, les había permitido a él y a Anthony disfrutar de unas mañanas y tardes sin acosadores e imbéciles que los molestasen. No obstante, eso no dejaba que Steve se recriminara el no haberle dado un golpe a Tiberius mucho antes de que este trasgrediera en Anthony. Aunque dicho castaño no le diera tanta importancia al asunto.
"Me dejaría golpear otra vez si de esa manera puedo verte golpear a Tiberius" Había dicho. Steve llegó a pensar que el golpe de Tiberius lo había vuelto estúpido.
Pero regresando al inicio. El suero parecía estar haciendo su trabajo.
Anthony le había planteado comenzar cuanto antes con el entrenamiento, alegando que "El efecto de super soldado", que era como había llamado al inusual temor que causaba, duraría solo hasta que Tiberius reconstruyera su orgullo. Steve no puso ninguna réplica.
"Es mejor estar listo para eso" Pensó.
Fue así como dieron inicio un viernes después de clases. La mayoría de los alumnos ya habían partido a sus casas dejando solo a aquellos que formaban parte de clubes o talleres. Steve, quien era el que más conocía de la reputación de Anthony como entrenador, no se espero que el entrenamiento fuera tan o más salvaje a lo imaginado. Ahora era cuando comprendía el apodo utilizado por el entrenador para referirse a Stark.
"El diablo" fue lo que vislumbró en sus pensamientos.
_ Yo soy el que se encarga de armar los entrenamientos del equipo de rugby _ Stark había soltado como respuesta a la muda pregunta de Steve mientras le obligaba a levantar un saco de desconocido peso. _ El entrenador me dio esa tarea luego de que viera mi genialidad para crear tácticas militares.
La expresión de Rogers debió haber sido de lo más graciosa como para que Stark soltara una carcajada.
_ ¿Creas... tácticas militares, Tony? _fue todo lo que se le ocurrió preguntar. Sin duda alguna, ese muchacho no era otra cosa más que el mismísimo diablo.
_Te sorprenderías de todo lo que puedo hacer, Stevie _ soltó con un claro doble sentido que ocasionó que el pobre Rogers se llegara a preguntar si moriría primero por el entrenamiento o por la vergüenza. Ninguna era agradable de todas formas.
Tuvo que pasar unas semanas más de espartano entrenamiento para que la segunda dosis de suero llegara.
Steve podía relucir con orgullo que había sobrevivido a un entrenamiento del diablo Stark. Aunque era una pena que aquello se deba más al suero que a su propia fortaleza. No obstante, el hecho de encontrarse todavía vivo -con suero o sin el- ya podía considerarse un gran logro.
Por supuesto que, percatarse del alcance del suero en su sistema fue simplemente increíble.
Aquel líquido de un azul resplandeciente le había sanado en tan solo unos días cualquier dolencia o enfermedad que en antaño padeciera. Y ni hablar de la nueva fuerza que había adquirido y que no se comparaba a la utilizada con Tiberius.
"A este paso, podrías convertirte en un arma humana" Dijo Anthony mientras caminaban a la salida. A Steve aquel comentario no le generó la misma gracia.
Su cuerpo, por otro lado, había conseguido hacerse de una pequeña musculatura. Seguía siendo enjuto y pequeño, aunque, según los cálculos realizados por el castaño, solo sería cuestión de tiempo para que su desarrollo finalice por completo. "Carter enloquecerá cuando te vea" Le había comentado.
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A Hit of Love
FanfictionPara un omega como Anthony Edward Stark, la vida es una constante de situaciones tumultuosas y descabelladas que -en tan solo unos cuantas semanas de iniciado su segundo año en el Everglades- lo ha puesto a prueba una infinidad de veces. Y no es so...