-Te amo, Clark-

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Cada vez que lo hacía, era como la primera vez.

Su cuerpo era perfecto. Una belleza de otro mundo que lo tenía completamente cautivado.

Diana tenía razón. Había sucumbido ante aquel hombre sin importarle nada ni nadie más, sin desconfianzas.

Se había entregado en cuerpo y alma al kriptoniano, y al contrario de lo que pensó al principio, ese sentimiento, esa dependencia, le había hecho completamente libre.

Trató de esconderlo. Trató de mentirse a sí mismo, diciéndose que era compañerismo, que era sólo sexo con un buen amigo como con tantos otros. Que la conexión entre ellos surgió simplemente por tener vidas parecidas, y personalidades opuestas.

Caminó hacia Clark y le rodeó con sus brazos para devolverle el abrazo. Empezaron a besarse, embriagándose el uno con el sabor del otro, sin dejar espacio entre sus cuerpos.

Lo supo desde que ese nudo en la boca del estómago se hacía presente cada vez que le miraba. Desde que estar separado de él no le dejaba respirar.

Separó sus manos del cuerpo ajeno, para desabrocharse la camisa lo más rápido que pudo, y dejarla caer al suelo. Anhelaba sentir el roce de su piel caliente, de su esencia.

Le acarició la espalda recorriendo todo lo largo de su columna, en un constante mar de caricias mientras hundía su nariz en el cuello e inspiraba el suave aroma de su piel de otro mundo que cedía ante el roce de sus dedos, como antes jamás lo habría hecho.

Se quitó los pantalones y la ropa interior, sin dejar apenas distancia entre los dos cuerpos calientes.

Su miembro estaba alzado desde hacía mucho, ansiando introducirse en el cuerpo de su amante. Le quitó los bóxers rápidamente y lo puso de espaldas, dejándolo caer sobre un enorme sofá redondo de color blanco que estaba sobre el césped del jardín que rodeaba a la piscina.

Observó el cuerpo demandante de Clark que movía sus caderas arriba y abajo, deseando más de él.

Bruce empezó a rozar todo su cuerpo contra la espalda del kriptoniano, colmándolo de besos que dejaba caer por toda la columna de su amante. Ansiando complacerlo.

Recorrió todas sus cicatrices con su lengua, provocando en Clark el efecto deseado.

Gemidos de sonoro placer.


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Mis dibujos originales (hechos por mí) y las palabras que los inspiraronDonde viven las historias. Descúbrelo ahora