Esta historia no es como las que has leído hasta ahora (o tal vez sí, quien sabe). Ésta trata de un joven, Kuro, que vivía con sus abuelos para estar más cerca de su trabajo a tiempo parcial.
Un día, se encontró con que la puerta de su casa estaba abierta y... Lo que encontró en la entrada fueron sus abuelos que yacían desangrados en el suelo. El joven retrocedió asustado hasta el rellano, y para su desgracia, la vecina estaba observando a los dos cadáveres y al chaval, al que lo confundió con un asesino. La mujer fue rápida a llamar a la policía y le llevaron a juicio.
Cuando Kuro fue llamado al estrado, reconoció a la jueza encargada de su caso.
— Shiro, soy yo, Kuro. Somos amigos de la infancia, tú sabes que yo nunca les haría daño a mis abuelos.
—Guarda silencio, ahora solo eres un criminal más intentando demostrar su inocencia.
— Pero...
— ¡He dicho que guardes silencio!
La policía investigó toda la zona e interrogó a la vecina, pero todo apuntaba a que Kuro era el culpable y lo mandaron al calabozo.
Shiro fue a visitarle a su celda para contarle sobre su traslado a la cárcel de la ciudad, pero antes de que ésta pudiera hablar, Kuro le comenzó a decir:
— ¿Sabes, Shiro? Cuando íbamos juntos a la escuela... Me gustabas. No, me gustas. El único que lo sabía era mi abuelo. Él me apoyaba en todo, aunque seguramente lo hiciera para que superara la muerte de mis padres.
— ¿Qué te crees que vas a conseguir diciéndome eso? se sonroja
— No creo que vaya a conseguir nada, pero no quería irme a la cárcel sin decirlo.
— ¿Cómo es que sabes que te van a trasladar allí?
— Era de esperar que me llevaran, estoy acusado de asesinato. Me alegro de haberte visto una vez más.
— N-no creas que me vas a poner de tu lado solo porque me digas cosas bonitas. (La vieja y buena tsundere)
Shiro siguió visitando a Kuro hasta que por fin le llegó el día del traslado. Fue la chica la encargada de sacarle del calabozo, pero lo que hizo fue abrir la celda y quitarle las esposas.
— ¿Por qué me ayudas?
— Porque tú no eres el culpable.
— Entonces, ¿me crees?
— Pues claro, pero eso es porque quien mató a tus abuelos fui yo.
— ¿Eh?
— Verás, la verdad es que siempre me has gustado tú también a mí, pero tus abuelos estaban siempre contigo y eran un estorbo, así que me desice de ellos. Y si te inculpaba podría tenerte para mi sola en el calabozo, pero te querían llevar a la cárcel y alejarte de mí.
— Shiro, estás loca.
— No, tan solo te quiero para mí.
— Aléjate de mi, eres una asesina.
— ¿Eh? Creía que te gustaba...
— ¿Cómo me va a gustar una asesina?
— Entonces... ¿Ya no me necesitas?
— ¡No! ¡Déjame!
— Si tu alma no me quiere... Al menos me quedaré con el cuerpo.
Shiro sacó un cuchillo de su bolsillo y se lo clavó a Kuro en la espalda.
— No te preocupes, mantendré hidratado tu cadáver.— dijo la chica trastornada mientras sonreía.(como cuando pasa de tsundere a yandere)
La joven escondió el cadáver y le dijo a la policía que había escapado antes de que ella llegara al lugar. Esa misma tarde se llevó a "su amado" a su apartamento y lo metió en un baúl lleno de hielo junto a otra pareja de muertos... Sus padres.