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Eran las 4 am y yo aún no podía dormir.

Me quedaban como máximo tres horas antes de que tuviera que levantarme e irme a entrenar.

Maldito insomnio... si al menos tuviera algo pendiente que hacer.

Mi teléfono vibro indicando que un mensaje había llegado.

-Te llamo cuando llegue a casa, te amo- leí en voz alta, mi novia recién se había dignado a contestar mis mensajes, siendo que hace horas se los había enviado- Mejor que se te olvide Sun...

Mi estómago gruñó en protesta por no comer antes de acostarme, había llegado tan cansado del estudio que me bañé y acosté inmediatamente.

Me pase la mano por mi pelo desordenado mientras bajaba las escaleras hasta la cocina, un emparedado o algo de la cena era lo primero que se venía a la mente.

Caminaba por el pasillo cuando unos sollozos me hicieron parar, venía de uno de los cuartos de las chicas, ya que eran los únicos dormitorios en la primera plana.

Retrocedí un poco y me acerqué a la puerta de Jiwoo, mi oído no captó ni un solo sonido a parte del de sus ronquidos.

Eso significa que Sominie...

Lo confirmé, el llanto se hacía más intenso y mi corazón más pequeño.

Ella no debería estar llorando, no se merece nada que la haga sufrir.

Dudé en golpear su puerta antes de abrir, quizás necesitaba un momento a solas... No, conocía a mi mejor amiga y ella necesitaba contención.

Abrí despacio, la pequeña luz que entraba hasta su cuarto me dejaba ver su pequeño cuerpo en posición fetal y de espalda a la puerta.

-¿Qué pasa pequeña?- susurré amablemente y ella lloriqueó más fuerte- Estoy aquí, tranquila.

Me acerqué a su cama, sentándome y estirando un poco mi mano para tocar su hombro cubierto por las sábanas.

-Habla conmigo Sominie... dime quien te tiene así y lo mato- dije y ella paró de llorar, reemplazando el llanto por una pequeña risa.

-¿BM... puedes simplemente abrazarme?- preguntó con su voz de niña pequeña, voz que ponía cuando algo le cohibía o avergonzaba.

-Claro- dije mientras tomaba las sábanas y me metía a su cama, sin olvidar arropandonos nuevamente.

Su espalda la pegó a mi pecho y yo sequé los rastos que habían dejado sus pequeñas lágrimas.

Ella puso mechones de su pelo detrás de su oreja, los mismos que antes le cubrían su bello rostro.

-Hey! Este poleron yo lo reconozco...- dije mientras lo tocaba y analizaba en plena oscuridad.

-¿Ups?- dijo riendo, era típico de ella sacar ropa de mi closet y no volvermela, al principio me preguntaba pero ahora simplemente lo abría y hurtaba.

Acomodé mi brazo derecho para que ella lo usara de almohada y el izquierdo lo coloqué en su cintura de avispa.

Su respiración se fue calmando de a poco, y yo sentía como los ojos se me fueron cerrando al sentirse cada vez más pesados.

-Gracias...- murmuró más para ella y yo apreté más a mi cuerpo.

-No hay de que, Sominie- respondí yo y besando su coronilla a la vez que inspiraba el aroma de su cabello, me dormí.

Insomnio (BMIN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora