JungKook estaba dispuesto a hacer lo que sea para que su nuevo profesor de matemáticas sea su daddy.
➡Historia completamente mía
➡Prohibido copias o adaptaciones
➡Menciones de otros ships
La insistente alarma no paraba de sonar y eso me hacía imposible poder ignorarla, hoy era uno de esos días en los que desearía poder faltar a la escuela y quedarme a dormir hasta la mañana siguiente. Continúe ignorando el sonido mientras me cuestionaba si existía algún motivo por el cual en serio no tuviese que faltar hoy, y como si fuera cosa del destino, el recuerdo de la noche anterior con mi mejor amigo se hizo presente.
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Nos encontrábamos sentados en mi cama terminando nuestra tarea de matemáticas. Algo cansado del ejercicio en frente mío, levanté mi vista encontrando la de mi amigo, la cual me ponía bastante incómodo.
-TaeHyung... Deja de mirarme así y termina tu tarea- Dije dándole un leve golpe con mi lápiz en su frente.
-Hablando de tarea y matemáticas- Noté como dejó a un lado sus carpetas, rodé mi ojos sabía que saldría con cualquier chisme para poder distraerme -¿Escuchaste el rumor?- Se acercó intentando captar toda mi atención.
-Tenemos que terminar esto, luego me cuentas sobre ese rumor- Dije desviando mi vista de nuevo hacía la hoja entre mis piernas, pero muy poco duró cuando fue arrebatada por el chico en frente -Tae...- Dije algo molesto por su acción.
-Es sobre el nuevo profesor de mate- Una pícara sonrisa apareció en su rostro mientras sólo asentía para que continuase hablando de una vez -Dicen que está más bueno que un helado en verano -Se mordió su labio inferior -Creí que te interesaría por tus gustos... -Sí, él sabía por mi preferencia hacía hombres mayores y más si eran sexys.
-Me da igual- En un rápido movimiento volví a tomar mi hoja pero sólo podía mirarla, mi mente estaba analizando todos los posible físicos que pudiese tener el nuevo maestro, y como podría acercarme a él y hacer que caiga en mi red.
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Automáticamente me levanté, revisando la hora en mi teléfono, 6:31 am, aún tenía tiempo de alistarme. Me encaminé hacía al baño para poder cepillar mis dientes y tomar una rápida ducha, en menos de diez minutos ya me encontraba saliendo con la toalla envuelta en mi cintura y las gotas de agua de mi cabello siendo esparcidas por el suelo; me puse mi uniforme y sequé mi pelo para luego poder peinarlo, me miré en el espejo y sonreí, me veía bien. Bajé las escaleras y me dirigí a la cocina, ya dispuesto a desayunar, encontrando a mi madre de espaldas sirviendo lo que parecían ser huevos fritos.
