La caída del héroe

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Ser un héroe no era tarea fácil peor aun siendo el número uno pero se veía recompensado al ver las caras de agradecimiento de quienes lograba rescatar del peligro, seres que le miraban con ojos alegres, llenos de esperanza y admiración hacia su persona, era un buen trabajo lástima que venía con deberes de oficina monótonos y aburridos comparados con la acción, sin embargo era necesario hacer los reportes de todos los casos por más insignificante que alguno pareciera dado que hasta una pequeña "piedra" podría formar parte de una "montaña" y los villanos eran expertos en hacer parecer un caso importante como uno cualquiera, Midoriya Izuku lo sabía más que nadie, hacer minuciosos reportes de los acontecimientos cuando los recuerdos estaban frescos era importante así mismo como archivarlos en los lugares correctos. La mayoría de héroes tenia a un ayudante al cual dictar minuciosamente los acontecimientos para que este se encargara de papeleo ya sea por algún impedimento físico producto de su trabajo como héroe o por simple comodidad, el héroe peliverde prefería hacerlos por sí mismo pese a tener un ayudante asignado, después de todo lo hizo por mucho tiempo para otros aun teniendo su propio papeleo, fue un trabajo duro y monótono tomando en cuenta la cantidad de héroes en esa compañía y lo detallista que era él en sacar información y apuntarla en uno de sus fieles cuadernos que había pasado de ser un objeto de su afición a guardar información importante de los casos en contra de la justicia, sin embargo no todo había sido sacrificio ya que gracias a ese esfuerzo podía reconocer a cualquier villano sin conocerlo solo en base a su apariencia y habilidades, fueron estos conocimientos junto a su poder para detenerlos lo que lo había llevado a la cima, llegar a ser el mejor no había sido tarea fácil y se lo había ganado sin buscarlo ocupado en ganarse otro premio que por entonces le parecía inalcanzable.

Izuku se llevó una mano a la frente al sentir la presencia de ese sujeto a sus espaldas, por su aura buscaba pelea como siempre, miro al reloj de entrada, era casi la hora del almuerzo y por ende ir a casa, estaba de buen humor y no pensaba dejar que nadie lo arruinara.

—El gran héroe DEKU no logro rescatar a todas las victimas —imposible, el joven de cabello negro tenia las palabras para irritarlo, ni Kacchan hacia tan buen trabajo en el pasado, un punto extra era oír su nombre de héroe remarcado con burla—, que pena aunque no es la primera vez que sucede, tu maestro estaría decepcionado —Izuku apretó los puños al pensar en All Might su maestro y amigo y sus últimas palabras que lo atormentaban hasta la actualidad, su última voluntad que aún no era lo suficientemente hombre como para poder cumplir, lo apostaría todo cuando lo hiciera temiendo perder, relajo los puños, aun no tenía el valor—, al igual que tu esposo —un golpe bajo, Midoriya acepto la mirada desafiante chocando de frente con esos ojos rojos que ardían en espera de un enfrentamiento pero Izuku no era idiota para caer tan fácil.

—Mi ESPOSO es problema mío —Sonrió con suficiencia al remarcar el nivel de parentesco que tenía con el hombre que ambos amaban—. Agradezco tu preocupación —pronuncio gentilmente dado que el lugar estaba relativamente lleno, tener que tragarse los insultos desde que era niño para evitar ser lastimado por otros con Quirk lo hacía con maestría, agachar la cabeza y dejarlo pasar aunque ardiera por dentro lo tenía controlado, siempre fue menospreciado por haber nacido sin ninguna habilidad, los demás lo veían como un ser inferior no merecedor de una buena palabra o de ser tomado en cuenta empezando por Bakugo el niño que más había admirado desde que lo vio por primera vez, no necesito ver su Quirk para eso, basto con ser observador de su fuerza de voluntad, verlo pelear y no rendirse aun cuando su enemigo fuera mucho más grande y fuerte, eso fue lo que tanto admiro Izuku de él, le tenía admiración en el mismo grado que le envidiaba, no quería hacerle daño pero quería ser como él, nunca retrocedió pese a los rechazos, insultos y golpes del rubio aguantando las ganas de responderle no por cobardía cuando infante sino porque de hacerlo Katsuki le vería como un ser que lo desafiaba y lo alejaría de él esta vez en serio y no como un juego del gato y el ratón masoquista que vuelve una y otra vez a ser arañado de nuevo mientras aprende como ser como él, de adolescente dejo de huirle aceptando por primera vez al obtener su Quirk que jamás podría ser amigo de Kacchan, renuncio a él pese a seguir sus pasos, Kacchan siempre estaba un paso adelante e Izuku no pudo evitar seguir admirándolo y temiéndolo por igual desarrollando una falsa tranquilidad que servía muy bien en esos casos—, aunque no puedo decir lo mismo de él —a la vez que aprendió cómo 'golpear' donde dolía, hecho confirmado una vez más al ver a su acompañante apretar los dientes y su mirada prenderse en llamas.

El origen del héroeWhere stories live. Discover now