Sueños y fantasías de un héroe

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Sus ideales, la forma que tenia de dominar con palabras, su fuerza y agilidad, eran impresionantes, no podía dejar de ver esas grabaciones que le había costado robar, si, las obtuvo de manera ilegal ya que no estaban a la venta.

—Guau es genial —esas cintas se estaban por arruinar por lo que debía hacer copias continuas —Stain es el mejor —Kaminari siguió sus pasos, no era su intención pero la fuerza de sus palabras calo profundo en su espíritu, él quería ser así, un salvador oculto en las sombras, bueno, ya no estaba oculto tras los acontecimientos de hace cinco años pero seguro estaba por ahí ‘enseñando’ a futuros alumnos.

—Otra vez Stain, ya estoy harta —las descargas de energía seguían doliendo pero Kaminari ya se había acostumbrado tras tantos años.

—Jirou eso duele, además no tiene nada de malo —gracias a su ‘héroe’ tenía una meta, antes de Stain solo quería ser un héroe solo porque sí, porque obtendría fama y las chicas le seguirían, tendría una buena vida, no tenía vocación verdadera por entonces.

—¿Qué has estado haciendo? —no tenía caso tratar de convencerlo de lo contrario, para ese tonto rubio Stain era una especie de meta a lograr, mientras no se volviera un criminal que mata héroes falsos por las calles estaba bien, hacia un favor a la sociedad con su trabajo, era un buen chico aunque ella no lo dijera de frente.

—Uhm no creo que te guste —Jirou era una bella mujer, no tenía mucho pecho pero a Kaminari le gustaba su carácter, su forma fuerte de ser, era dura pero dulce, no podía ocultarle nada, era su mejor amiga y la mujer que llevaba años amando en el más profundo secreto.

—¿Kirishima? —nunca fue su intención apartarlo del grupo, ella solo supo rumores de todo lo que sucedió, estaba de viaje en esos tiempos, sus demás compañeros se encargaron de exiliar al pelirrojo más bien sea  dicho Kirishima se exilió solo, desapareciendo del mapa sin dar explicación de la noche a la mañana regresando sorpresivamente tres años después y lo primero que hizo fue casi matarse a golpes con Midoriya, bonita forma de volver a la vida.

—Es mi amigo y antes de que digas nada pienso ayudarlo —Kaminari podía ser infantil y fácil de subestimar pero era leal, no era el idiota que aparentaba de otra forma no habría sobrevivido en la línea de trabajo que eligió.

—Has lo que quieras —No tenía ningún bando, ella era objetiva, más que ninguno de los hombres involucrados, había visto de primera mano el lazo que habían formado Kirishima y Bakugo en sus años de colegio y aunque no había presenciado su rompimiento sabía que el gran amor que los unía era mutuo dado que Bakugo Katsuki el joven prodigio de UA que se graduó con honores como el mejor de su generación nunca sonreía de verdad con nadie excepto él, las sonrisas sardónicas y prepotentes eran para el mundo pero su ‘verdadera’ cara estaba reservada para ese hombre que le adoraba con una devoción tan grande que era palpable, que le protegía y respetaba con la promesa de seguir haciéndolo hasta el último día de su vida porque Katsuki era el único hombre que llego a amar, era la luz que lo guiaba, el brillo que al alejarse lo sumió en la más profunda oscuridad—, pero ten en cuenta las consecuencias —Midoriya Izuku era una persona difícil de entender, podía parecer simple y común pero no lo era, a primera vista como muchos peco de creerlo débil y no apto para ser héroe, se equivocó, lo creyó un tanto estúpido por perseguir una causa perdida ¡no era secreto para ella! Su quirk le permitió escuchar…demasiado si le preguntaran sobretodo el último año, que el peliverde susurraba sin parar lo mucho que le gustaba cierto rubio y lo usara para sus ‘desfogues’ no era algo a lo que se hubiera acostumbrado por lo que le costó verlo a la cara los primeros meses hasta que acepto que esas ‘fantasías’ serian permanentes dado que solo eran eso, Izuku no tenía la más mínima oportunidad en su opinión de lograr esa clase de acercamiento con su explosivo y temperamental compañero, volvió a equivocarse, Izuku era un hombre que luchaba por lo que quería pero Kirishima estaba en el juego y tenía ventaja, el pelirrojo no cometería el error de hacer una estupidez, fue la última vez que aposto contra sí misma y perdió. Midoriya el actual héroe número uno era un gran hombre, un hombre que lucho día a día por ganarse el cariño de ese rubio histérico, por robarle el  novio a Kirishima Eijiro, las cosas por su nombre, Izuku no solo era el ladrón que robo el novio a un amigo sino que encima se casó con él tirando a la basura dos años de noviazgo con Uraraka, lo que no sabía fue por qué Katsuki acepto dado que si algo había aprendido en UA era que el rubio no toleraba que lo protegieran y parecía tener una especial rivalidad con su actual esposo pero las intenciones de Midoriya no estaban en duda, lo quería con cariño de amigos, con lujuria de hombre y deseo de proteger, lo amaba con una devoción profunda, era la luz que iluminaba su vida, Kaminari estaba metiéndose a terreno minado y ella no estaba segura de que pudiera salir entero, de lo que tenía certeza era que acabado el ‘juego’ uno de esos hombres perdería la luz que le impulsaba a seguir para siempre.

El origen del héroeWhere stories live. Discover now