V e i n t i s e i s

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Louis deseaba marcharse. Ahora. Ya. No soportaba absolutamente nada más. La música le estaba haciendo doler la cabeza. El intolerante olor que se compenetraba allí ya era sofocante. Necesitaba salir. Necesitaba un cigarrillo. Pero no quería apartarse de su lugar junto a Harry, en lo absoluto.       

Se había pedido un trago como para poder sobrellevar mejor la situación, mas ni eso ayudaba.         
  
Y recién llevaban quince minutos. Quince minutos y Louis ya ansiaba matar alguien. Desde el primer segundo lo detesto e, hiciese lo que hiciese, no podía quitarle su fulminante mirada de encima a ese imbécil que se había atrevido a provocarlo. Quería acabarlo. 

—Lo que dijo el tonto de Trav no es verdad, despreocúpate y deja de mirarlo como si quisieras asesinarlo —le dijo Harry cerca del oído, con uno de sus codos apoyados en el hombro de el, aprovechando que estaba a la misma altura puesto que se encontraba sentado sobre una mesa, aguardando a que sus amigos terminaran la partida del billar.

Louis había decidido quedarse de pie junto al omega sentado, pues debía estar alerta de cualquier cosa que pudiese pasar.  

—Es algo irritable, lo sé. Pero no es malo, es como mi hermano mayor —continuó Harry luego de haberse dado una pausa para beber un trago de la limonada que se había pedido—. Con su actitud de idiota depravado me ha sacado de varios apuros con alfas que se volvían insoportables conmigo.

—De igual modo, mi instinto lo siente como una amenaza —declaró Louis, tensando su mandíbula.

—Pues, dile a tu instinto que se esta equivocando, porque él no está interesado en mí de esa forma. Para empezar, ni siquiera prefiere a los omegas varones, le gustan las hembras.

—¿Y tú qué sabes? Quizá le gustan en secreto, quizá le gustas en secreto. ¿Por qué otra razón me habría mirado con tanto desprecio? Mi instinto no falla.

Harry rió, negando con la cabeza.

—Eso no podría ser posible. ¿Y sabes por qué? Porque a mi me gustaba cuando era más chico y yo de tontito se lo dije y me tocó quedarme con mi corazoncito roto en la no tan bonita zona de amigos —confesó riéndose de su propia anécdota—. Si me habría querido tener me habría tenido. Pero nunca pasó.

El omega suspiró con una ligera pizca de amargura.

—Además, recuerdo que para "consolarme" me había dicho que algún día conoceria a ese alfa que amaría estar conmigo y me valoraría como me lo merecía y bla bla, la típica cursilería barata que siempre utilizan para salir de la situación incomoda... Pero, ¿sabes? Tenía razón y estoy feliz porque ya he conocido a ese alfa... Mi alfa.

Louis esbozó una enorme sonrisa al oírlo decir aquello. Una muy grande sonrisa que anunció lo contento que se había puesto. Harry lo miraba con la felicidad marcada en sus preciosos hoyuelos. El dejó su limonada en un costado de la mesa para luego tomar con ambas manos el saco del mayor, atrayéndolo, obligándolo a ponerse entre el espacio que formaba sus piernas abiertas.

Fue entonces cuando, envolviendo sus brazos en el cuello del otro, Harry lo besó con deseo, con alegría, con pasión. El alfa no dudó en devolverle aquel ansiado contacto, dejando a tientas su trago en la mesa para situar sus manos en la cintura del más joven. 

Sin embargo, al separarse, el omega percibió cierta preocupación en los azules ojos de su alfa. Llevó una de sus manos a su mejilla, acunándola.

—¿Qué pasa? —preguntó, observándolo con intranquilidad.

—¿Y si fuera posible...? ¿Y si ese alfa en lo profundo si siente algo por ti pero él mismo se obliga a no aceptarlo? Algo no me cuadra de él, Harry. Me has dicho que nunca has tenido alfa, por lo que asumo que él nunca antes se tuvo que preocupar de ti encariñándote con otro. De la nada aparezco yo y es como si ansiara espantarme con su prepotente mirada y sus atrevidos comentarios. Está celoso y sé que, para él, yo soy la amenaza. Sabe que puede perderte de alguna manera si te quedaras oficialmente conmigo, ¿entiendes?

Sublime Dominación | LarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora