El amor en decadencia

10 0 0
                                    

Un joven sin esperanza, lleno de decadencia, con un completo vacío donde solo habita la nada, deseaba aunque fuese un solo rayo de esperanza.

Vivía su propia odisea, un mundo que solo el comprendía, solo el sabia mantener, un universo maravilloso, pero a su vez, una pesadilla hecha realidad.

Sin esperarlo la casualidad llamo a su puerta; cerró sus ojos y abrió su mente, y conoció un ángel un rayo de luz para un corazón que habita en tinieblas.

Una sonrisa, significaba más que un simple gesto, una sonrisa ya no sería lo mismo, una tontería que se convertiría en locura, una palabra que se convertiría en sentimiento.

El tiempo se iba sin dar señal alguna, todo se veía diferente y solo bastaba con un simple saludo, el ver a alguien como amiga tomaba un nuevo significado, el tener a un ángel sin que se entere se habría convertido en una odisea de sinsentidos.

Aquel joven chico decidió dejarse llevar por sus impulsos, abrió su corazón y dejo que su alma hablara por él, no era la perfección, pero era lo mejor que él le podía entregar.

Su corazón había sido su mayor regalo, la ambición su mayor pecado, la esperanza su mejor error, solo quedaba ver que sucedía, la vida le habría dado otra oportunidad para volver a sonreír.

Este ángel lo hizo hecho sentir feliz, lo hizo hecho sentir vivo de nuevo, este chico volvió a soñar, sin pensar en nada solo se entregó.

El tiempo fue cobarde, corría a pasos desmedidos y ocultaba realidades inciertas, el chico se encerraba en una burbuja hecha de sonrisas y lágrimas; un mundo para aquel ángel.

La noche fue testigo del amor, les entrego su frio y oscuridad, para que estos compartieran su calor y sus corazones iluminaran su camino, mientras corrían en contra del destino.

Los minutos no tenían significado, solo importaba el ahora, sus sonrisas y palabras encendían una llama de cordura, estúpida cordura que acalla tantos pensamientos, tantos sentimientos.

Pero aquel ángel debía volver a su mundo, “te amo” fue lo último que pudo decirle, mientras ve su amor correr por la carretera, una despedida, que difícil es decir adiós, más sin saber que sería para siempre.

De la nada las sonrisas se fueron tornando en discusiones, o tal vez así fue siempre, la simpatía del engaño oculta muchas realidades,
“desperdicias tu tiempo” le gritaba su voz interior, mientras este sin saber destruía sus propias alas que usaría para volar junto a su ángel, quien se alejaba en silencio.

Aquella luna que un día vio dos almas unirse ahora se preguntaba “¿Por qué?”; la vida es dura y el tiempo es injusto.

El disgusto, la amargura, la decepción, que difícil es caer ciego en un mundo lleno de silencio, donde solo oyes los gritos de tu conciencia discutiendo con tus sentimientos, con la constante incertidumbre de “donde estará”.

Al final la cobardía vence al orgullo, aquel chico decidido a buscar a alguien en aquel silencio, se daría cuenta que ya nada es lo mismo, aquel ángel que tanto amor le entregaría de vuelta su corazón, roto en mil pedazos, pero se quedaría con uno de ellos.

Hoy, pasados ya dos meses, aún sigue pensando… aún sigo pensando, que será de aquel ángel, solo desearía volver a escuchar su risa una vez más, “¿por qué sigo llorando?” no lo sé, solo me queda pedirle a la luna que me recuerde, y si algún día la ve, que le recuerde que algún día alguien la amó, que al día de hoy, me mata el insomnio solo por querer decirle, aunque sea por última vez
“TE AMO”

Historias cortas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora