Delirio

49 3 0
                                    

Querida extraña a la que no le importo, pero me vió a los ojos durante cinco largos y eternos segundos:


No sé que haya querido decir su mirada, pero definitivamente no fue una mirada incidental, la vi abrirse paso de entre las demás cabezas y mirar la mía; y se quedó más tiempo de lo que su cadencia citadina le permitía.


¿Con qué fin ulterior escudriñaba el túnel infinito de mi pupila?

Jamás me voy a casar con usted y eso se lo puedo jurar. Ni aún cuando la ame más que a nada en mi universo y ese amor me rebase y se convierta en un hoyo negro, en el que nada fuera suficiente para llenar mis ensanchadas ganas de amarla.


Quédese el tiempo que se tenga que quedar, quédese lo que quiera. Quién sabe cuándo y cómo termine esto. Pero, lo que sí le prometo es que mi intención jamás buscará herirla o intensionadamente limitarla, aunque a veces los resultados sean catastróficamente contrarios.


Y permítame revocar mi promesa antes que comience a siquiera tener escenario para usarla, tal vez me termine buscando el arrebato y enamorándome el caos.


Gracias por detenerse a verme y alejarse sin engaños.


(Un día, un señor, en un parque, en mi imaginación)

Capricho Donde viven las historias. Descúbrelo ahora