Capitulo Único.

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ELLA NO ES EL GRINCH.

Había sido una mañana agotadora, pero entretenida.

Hokkaido, sin duda, había sido el mejor lugar que visitaban como familia.

Cansados y cargando los pesados aparatos para esquiar, llegaron a la cabaña que el hotel de la zona os había asignado.

― Estoy tan cansada que creo que me daré un baño, pido el primer turno ―emitió Yodo, mientras dejaba caer sus esquís y demás equipo en la sala, para luego correr dentro del lugar.

― No, tu tardas demasiado, deja que yo entre primero ―Shinki la siguió, todo alterado, imitándola en tumbar su equipo y correr detrás de ella.

Araya, el último de los hermanos, hizo lo mismo, pero en silencio, para luego correr detrás de estos.

Gaara y Shijima entraron de último, con semblantes tranquilos, pero cansados.

― La excursión a esquiar fue divertida, pero estoy agotada ―expresó esta última, mientras se libraba de su equipaje, lo acomodaba en un lugar que no estorbase y hacia lo mismo con los que habían dejado tirado sus hijos―. Y parece que somos los últimos, en la cola para una ducha...

―Hum, tendremos que esperar ―el pelirrojo se acercó a donde ella y la ayudo a recoger el desorden de la sala―. Sabes, podríamos aprovechar el tiempo que tenemos a solas... ―sugirió con un aire conspirativo.

― Ah sí... ¿Qué sugerencias tiene el señor Gaara para ello? ―le respondió Shijima, mientras se sacaba los googles de nieve que tenía puesto y los cambiaba por sus lentes comunes de marco grueso, para luego esbozar una sonrisa cómplice.

― Bueno... la cabaña tiene una chimenea como calefacción ―se acercó a ella y le tomó una mano―. Me gustaría que sentados en el sofá...

El ambiente fue quebrantado por la llegada de una pequeña rubia.

― Mamá, no encuentro mi ropa en ninguna de las maletas ―dijo de manera fresca, Yodo, mientras andaba descalza, en bata de baño, y con una toalla estrujando su húmedo cabello―. Por cierto, tengo hambre, todavía no hemos almorzado ¿vamos a salir para ello?

― ¿No que acababas de entrar a bañarte? ―inquirió un tanto intrigado su padre, mientras seguía agarrando la mano de su esposa, quien se mantuvo en silencio.

― Si, pero tomé una ducha ligera, Shinki y Araya entraron juntos, para ahorrar tiempo y que ustedes no tengan que esperar tanto ―dijo con orgullo esta, ignara de que había quebrantado un momento de sus padres―. Mamá, ven ―se acercó y la tomó de su mano libre, para halarla―, ayúdame a encontrar mi ropa...

― Esta bien, será mejor que nos apuremos, no queremos que te resfríes ―emitió Shijima, mientras soltaba con delicadeza la mano de Gaara, para seguir a Yodo―. Querido, ¿puedes llamar a los del servicio del hotel, para informarles que estamos esperando el almuerzo? Ya volvemos ―terminó diciendo, mientras se alejaba, arrastrada por la mini rubia, y volteaba para guiñarle un ojo, para darle a entender que no se olvidaba de "la sugerencia".

Pero el pelirrojo no pudo evitar mostrarse un tanto afectado. Su expresión era de frustración.

― Supongo que no tengo opción ―fue lo único que emitió, mientras ponía cabizbaja la cabeza, de manera graciosa a la vista y tomaba el teléfono que tenía a centímetros, para llamar al servicio.

*~*~*~*~*~*

Toda la familia, ya bañada, se encontraba sentada, en los sofás de la sala, en espera del catering del almuerzo.

© ELLA NO ES EL GRINCH.Where stories live. Discover now