Cómo hacer tu OTP Cannon -Lenku-

-Ustedes son Almas Gemelas-

La alarma me despertó.

Era de mañana, quizás demasiado temprano.

Vi en mi celular la fecha.

Miércoles 27 de diciembre.

¡Hoy es mi cumpleaños!

Me metí a la ducha, me vestí y peiné rápidamente y salí corriendo de mi departamento.

Por suerte, la casa de Miku y Len no quedaba tan lejos de la mía.

Al llegar algo agitada por la corrida, toqué la puerta y esperé a que abrieran.

—¿¡Quién demonios toca la puerta a las siete de la mañana!?—Preguntó Miku, abriendo la puerta de golpe—Ah, hola Rin.

—Miku, Miku, Miku ¿Dónde está mi hermano?—Pregunté emocionada.

—Está en la cama, es temprano.

—Pues lo iré a despertar—Dije—¿No te molesta?

—Claro que no, ¡Ve, Rin y despierta a tu hermano!

Fui a la habitación de Len y Miku, Len dormía tranquilamente. Me subí a su cama y él, aún sin abrir los ojos, habló.

—Oye, Miku, tengo ganas de seguir con lo de ayer—No me digas que se refiere a...

—¡No soy tu esposa, baka pervertido!—Grité y él se despertó de golpe.

—¿¡Rin!? ¿Qué haces acá?

—¿Lo has olvidado? Hoy es nuestro día.

—Hoy es... ¡Nuestro cumpleaños!

Len me abrazó con su torso desnudo.

—Dime ¿Qué hacías ayer con Miku?

Len enrojeció.

—N-na-nada.

—¡Tener relaciones en el embarazo hace mal!—Lo regañé.

—Rin, cállate, y no, no hace mal, mientras sea con cuidado.

—Chicos—Llegó Miku, que cabe recalcar, ya se le nota el embarazo—Sé que es su cumpleaños, pero son las siete de la mañana.

—¿Y?—Preguntamos al mismo tiempo.

—¿Dónde rayos compraré un pastel a las siete de la mañana?

—No importa el pastel.

—Pues, bajemos a desayunar.

En la mesa había un montón de mermeladas y dulces.

—¿Qué rayos con lo dulce?

—A Len le encanta la mermelada.

Comimos en silencio.

—¡Llamaré a Gumi!—Dije.

—No es buena idea—Mencionó Miku.

—Recuerda que ellos...

Ah, ya recordé. Un aire de pena pasó por mí.

Gumi y Mikuo se habían casado pocos años después de acabar la escuela, después de que yo les dije que debían ser felices juntos, ellos lo fueron y lo son.

—No estés triste, Rin, algún día dejarás de estar sola.

Me encanta el apoyo moral que me dan.

Len fue a su habitación a arreglarse, mientras que Miku y yo hablábamos.

—¿Qué tienes planeado, Rin?—Me preguntó.