Patricia llegaba algo tarde al colegio, para variar. La noche anterior se había quedado despierta hasta tarde escuchando música de su grupo favorito y por consiguiente, esa mañana le había costado más de lo debido levantarse. Prácticamente había salido de su casa escupiendo el enjuague bucal a una viejecilla que pasaba por ahí.
Llegó a clase en un soplido, teniendo en cuenta la hora a la que había salido de casa. Parecía ser que el profesor llegaba algo tarde y levantó el puño en señal de victoria, sin darse cuenta de que su amigo Louis la observaba apoyado en el marco de la puerta del Social.
-¿Llegando tarde otra vez?- dijo con una media sonrisa acercándose a ella y siguiéndola hasta su pupitre.
- Sabes que no puedo evitarlo - contestó ella mientras se sacaba la chaqueta y sacaba los libros del bolso- aunque me levantara dos horas antes llegaría tarde.
Patricia estaba medio agachada en su sitio mientras guardaba sus cosas, cuándo Louis la abrazó por detrás y apoyó la cabeza en su hombro.
- Sabes que no tienes que darme explicaciones- dijo en un susurro a su oreja- es conmigo con quien te quedas dormida hablando.
Patricia sonríe, acordándose de porque tuvo un enamoramiento con el que ahora es (y siempre ha sido) su mejor amigo. El chico sabía cómo hacerla temblar, pero pensó que si esta situación iba en los dos sentidos, ella podría beneficiarse, podría ponerle tan nervioso como él la ponía a ella, como amigos claro. Así que se dio la vuelta y apoyó la cabeza en su pecho.
- La verdad es que estoy muy cansada Lou. - prácticamente bostezó la frase.- no creo que pueda aguantar todo el día sin un incentivo. - coqueteó ella, sabiendo que el conseguiría hacerle reír y despertarla un poco.
El chico sonrió y le dijo:
-Esta tarde los dos tenemos entreno pero, ¿crees que podríamos quedar cuando acabemos? - dijo hablando por primera vez con algo de timidez.
-¡Claro! De todas formas no tengo mucho que hacer- contestó ella.
-Genial, pues te veo a las 17:00 en la puerta del polideportivo ¿vale?
-Okeey, hasta luego.- Patricia lo empujó fuera del aula en cuánto vio que Emma, la profe de filo, se acercaba a la zona de segundo de bachillerato, sabiendo que a él le tocaba a primera hora. - ¡Vamos corre! La tía esta no dudará en enviarte al aula de los tardones
-¿El aula de los tardones?- Louis se fue de la clase riéndose y negando con la cabeza.
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Un fuerte viento azotaba Barcelona, por la radio y la televisión aconsejaban el quedarse en casa, pero la juventud nunca ha entendido de peligros, se cree inmortal en su inconsciencia, incapaces de concebir la idea de su muerte como una posibilidad. Esto nos deja con una situación, nuestros dos rebeldes, que habían quedado en verse en frente del polideportivo, no hablan el uno con el otro antes de las cinco de la tarde, por lo que los dos entienden que su encuentro no va a ser aplazado.
Louis sale algo tarde de entrenar y tras ducharse apresuradamente y vestirse otra vez de calle, sale apresurado y no puede evitar pararse un momento para observarla a ella. Patricia se encuentra sentada en el suelo, apoyada contra la pared e intentando refugiarse del vendaval encogiéndose de piernas y escondiendo las manos en las mangas de su jersey de punto. Él sonríe al mirarla, es tan tierna, pero ella no lo sabe. De pronto levanta la mirada y lo ve, el sonríe y saluda con un asentimiento y se acerca hasta ella para agacharse.
- Parece que vaya a haber un buen tornado.- dice mientras sube y baja las manos en un intentó por calentarla.
- Ya ves, ¿nos podemos ir a algún sitio porfi?
- Claro, ¿qué te parece si vamos a mi casa?- sugirió él.
- Perfe, vamos.
Podría decirse que Louis procede de una familia acomodada, su madre es heredera y co-propietaria de una de las multinacionales farmacéuticas más importantes del marco mundial. Su padre tampoco se queda atrás, el dirigía una empresa de mismo tipo pero menor, antes de que las dos se fusionaran en una gran potencia. En definitiva, sí, estaban forrados, pero debido a eso casi nunca estaban en casa. Louis había sido criado por una mujer de mediana edad, filipina y que era como su segunda madre. Vivi se encargó siempre de cuidarle y preocuparse por él, de aportarle el cariño que él no recibía diariamente por parte de sus padres y que ella jamás podría dar a un hijo propio por su esterilidad. Su marido Jordi y ella se querían mucho y lograron que este bache no dañara su relación hasta el punto de quebrarla.
- Hola Louis, ¿como fue tu día mi vida? Oh hola Patricia, ¿como estás linda?
- Vivi, bien, todo fantástico, vamos a mi cuarto, ¿vale?- dijo el dándole un beso en la mejilla y apresúrandose a subir las escaleras de dos en dos.
- Hola Viv...- intentó decir Patricia antes de ser interrumpida por Vivi.
- Ah no Lou, la puerta la quiero bien abierta ¿eh?
Se oyó el resoplido de Louis desde el piso de arriba y luego gritó:
- Venga ya Vivi, no seas pesada.
- Ah si, si, claro. Vivi es pesada, Vivi es una plasta, con Vivi no se puede convivir... ¡Ya Lou! Tus padres me consideran responsable de todo lo que te pase en su ausencia así que dejémoslo en entornada, ¿ok?
- Vaaaaale, venga bebé sube.
Patricia subió las escaleras, también de dos en dos ya que parecía que ninguno de ellos podría subir nunca una escalera de forma normal, mientras Vivi, abajo, entornaba los ojos, negaba y murmuraba:
- Estos dos... ¿cuándo se darán cuenta?
Arriba
-Bueno, ¿y qué quieres hacer?- preguntó Patricia en un bostezo.
- Yo estoy bastante bien así, ¿tú no?- dijó el con voz ronca, medio dormido.
Estaban en su habitación, como el había llegado primero se había tirado a su cama de tamaño king y al entrar ella en su cuarto el le hizo un gesto con la mano para que se acercara. Louis se dio una palmada en la barriga y le dijo:
- Pon la cabeza aquí.
Patricia hizo lo que él le dijo y eso provocó una sonrisa en Lou, que pasaba los dedos por su pelo.
- Eres la mejor, ¿sabías?
- ¿Porque? ¿Porque estoy apoyada en tu barriga mientras me acaricias el pelo, como un perrito?
- Ah, pero eres MÍ perrito.
- Más quisieras Tomlinson.
Los dos se rieron y el le preguntó:
- ¿Quieres que ponga música?
- Sí lo haces voy a quedarme definitivamente dormida, no sabes la caña que nos ha dado el entrenador físico hoy.
- ¿Sigue dándote la lata ese gilipollas?
- Para nada, tranquilo. Es sólo que es un pesado, ya sabes como va esto del deporte, a veces el entrenador es el mejor y otras te toca un idiota cómo éste.
Y Louis lo sabía, pero no podía soportar la idea de que alguien molestara a su chica, es decir, eran mejores amigos y los mejores amigos se protegían.. ¿no?
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Y eso es todo por hoy. Espero que os haya gustado. Lo he escrito un poco rápido porque sé que hacía un montón que no actualizaba. Espero que no haya faltas (aunque sé que las habrá) si veis alguna no dudéis en comentarlo para que la pueda cambiar.
Acepto sugerencias, críticas y lo que sea, espero que os este gustando la historia ahora que parece que empieza a perfilarse un poco, esto es una introducción a lo que será el relato.
Besos!
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Mi mejor amigo
Fanfiction"En algun monento en el que te reías , en el que me hablabas de algo con pasion en los ojos o nos peleabamos caí, caí por ti. Me enamoré."