No quiero perder

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Luego del incidente del rechazo amoroso, su hermano había cambiado un poco. Gradualmente se había vuelto más abierto y honesto con sus emociones, y aunque eso era una mejora en opinión de Ritsu, también significaba que le había tocado verlo triste y hasta llorar en un par de ocasiones.

Ya no se guardaba todo. Había hablado de lo sucedido con él y también con sus amigos. Amigos que habían tratado de animarlo de varias formas: con comida, presentándole nuevas amigas, recomendándole entretenimiento como películas, libros y videojuegos... Ritsu se sentía feliz de que su hermano tuviera buenos amigos con los que contar. Si no fuera sólo porque...

Golpeó la puerta de la habitación de su hermano mayor y entró cuando respondieron del otro lado.

- Ah, Ritsu... -tenía aún esa expresión, algo triste en el fondo de sus ojos a pesar de su esfuerzo por sobreponerse hasta un ánimo normal. - ¿Qué te parece? -dijo colocándose unos lentes de sol con los que parecía haber estado jugueteando entre sus manos.

- Ja ja, te ves genial -respondió el menor, invitándose a pasar y sentándose en el piso frente a su hermano.

- Gracias. Ellos me dijeron que me ayudaría con mi timidez para hablar con las chicas y que además se me veía bien.

- ¿Ellos? ¿Tus amigos?

- Sí.

Su hermano y él habían sido invitados por unos amigos a un balneario. Ritsu no había podido ir, así que cuando oyó que estaba de vuelta, quiso ir a preguntar si se había divertido.

- ¿Y funcionó?

- Más o menos. Hablé con una chica.

- ¿Sí? ¿Cómo estuvo eso?

- Bien por un rato -dijo sacándose por fin los anteojos de sol y jugando con ellos entre sus dedos. - Ella halagó mis músculos, pero después de un rato se fue con Hanazawa. ...Él tiene un cuerpo más atlético y es mejor conversando. No tan aburrido.

- ¿Ella se fue con Hanazawa? -repitió Ritsu.

- Sólo un rato. De alguna manera Hanazawa la saludó y regresó a pasar el tiempo conmigo y los demás.

Hanazawa había preferido despedirla y regresar con él. No le extrañaba. El interés de Hanazawa en su hermano siempre lo ponía en guardia, pero aún así, no era su preocupación más grande. Había problemas... "mayores".

Shigeo dejó los anteojos de sol en el piso frente a él y se recargó hacia atrás sobre sus brazos mirando una esquina cerca del techo. Ritsu los tomó sólo para tener algo con qué distraerse.

- Ritsu... ¿A tí se te dificulta hablar con las chicas?

- ¿Mh? N-no... no, no diría que se me dificulta.

- Qué suerte tienes - le sonrió su hermano mayor, volviendo la vista a él.

- No es la gran cosa. Ni siquiera me interesa demasiado...

Su hermano volvió a sonreír.

- No seas modesto. Yo creo que es genial. A este paso, no me sorprendería que besaras a una chica antes que yo -rió.

Ritsu no rió. Solamente lució como si repentinamente se hubiera hecho un nudo en la lengua.

- ¿Ritsu...? -el mayor ladeó un poquito la cabeza.

El menor sólo permaneció congelado, tratando de no verse muy culpable.

- ¿Ritsu, tú... ? - Shigeo se adelantó un poco hacia su hermano, y bajó un poco la voz como si preguntara algo clandestino -¿... Tú ya has besado a una chica?

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