Eran las siete de la mañana y como casi todos los días Thomas pasaba a buscar a Esmeralda para ir juntos al colegio.
Entran al colegio con una falsa sonrisa y de repente se acerca Bruno.
- ¿Podemos hablar a solas?
Thomas lo miró y le contestó. - No tengo nada qué hablar contigo.
- Es importante.
- Esta bien, pero Esmeralda se queda aquí conmigo. Bruno asintió.
- ¿Recuerdas lo que dijo Melanie acerca de...?
-Sí, mejor ni recordarlo. ¿Cuál es el punto?
- El punto es que todo lo que dijo sobre la fiesta, de Camila, no era cierto. Al parecer Melanie estaba más drogada que consciente. No tuviste relaciones sexuales esa noche y menos que menos incendiaste el sillón.
- ¿Estás seguro? ¿Cómo lo sabes? Preguntó sorprendido al mismo tiempo que Esmeralda.
- Me lo dijo Sofía, ha estado sobria toda la noche.
¡Qué bien! dijo Esmeralda.
Escuche todo lo que tenía que escuchar, si no les molesta me voy. Los saludo y se fue contenta a contarle la buena noticia a Stella.
- Que chica rara
- Sí, un poco. Contestó Thomas.
- Pero entonces ¿Qué pasó con el sillón?
- No te preocupes, fue el idiota de Ulises, lo hizo para culparte y para que te echaran de la fiesta. Luego te pusimos en la parte trasera de la camioneta de Lautaro y te llevamos lo más lejos que pudimos. Lo siento - Dijo Bruno con tristeza
- También lamento haberte golpeado, No era mi intensión.
- Entonces ¿Porqué lo hiciste?
- Porque Ulises...
Lo interrumpe.¿Porque Ulises te lo dijo? ¿Solo por eso?
Thomas dio media vuelta y se fue caminando hasta que Bruno lo agarra del antebrazo.
¡¿Y ahora que pasa?!
- ¿Hacía falta que gritaras? Todos los alumnos del pasillo nos están mirando, callate y escucha. Sofía me dijo que nada de lo que había dicho Melanie era cierto, excepto por una cosa.
Tú realmente tuviste sexo con Esmeralda. ¿No te has dado cuenta?
Thomas sonrió y se dijo a sí mismo: "Yo sabía".
- Si, me di cuenta, solo que no quería decirtelo.
- Si quieres puedes contar conmigo. No digo que seamos amigos, pero si buenos compañeros.
- Me parece bien, ¿Pero que hay con Ulises?
- No me importa, solo soy su amigo por conveniencia. Es un tarado además siempre fueron falsos conmigo, en realidad siempre lo son.
- Me gustaría terminar esta conversación, pero hace 15 minutos que tendríamos que tener nuestros traseros pegados a una silla mirando como un idiota nos explica cosas que tendríamos que usar para nuestro futuro.
- Odias la escuela ¿Verdad?
- Sí. Ambos rieron y fueron trotando hacía el salón.
Luego de una larga y aburrida jornada de clases, los tres de siempre y Bruno fueron a una plaza. No era cualquier plaza, precisamente en ese lugar Stella, Thomas y Esmeralda, pasaron la mayor parte de su infancia. Al ver que las hamacas estaban vacías, fueron corriendo para sentarse.
- Todavía no puedo creer que estes hablando con nosotros. Dijo Esmeralda
- Ni que fuera alguien importante.
- No, no lo eres, pero tu grupo de amigos siempre da a entender eso.
- Eso es mentira.
- ¿Mentira? Siempre se creen mejores que los demás. Cuando en realidad todos somos iguales.
- Quizá no nos damos cuenta. Contestó Bruno un poco furioso.
- Me parece que tenemos que cambiar de tema. Dijo Stella.
- Okey. ¿De que quieres hablar? Preguntó Bruno.
- De música ¿Que te parece?
- Esta bien. ¿Que música escuchan?
- Thomas escucha Rock Nacional y es fanático de Nirvana, Stella es más el estilo de The Beatles y yo...
-Bruno la interrumpe- ¿Black Metal?
- ¿Cómo lo sabes? Preguntó Esmeralda Anonadada. Es mi género preferido, pero escucho todo tipo de música. Principalmente desde el Rock hasta el Death Metal.
- Que bien. Lo sé porque el primer día de clases tenías una remera de Dark throne, una de las bandas favoritas de mi primo.
- ¿Tiene mucha memoria no creen? Stella le guiño a Bruno y se rió.
- No digas estupideces Stella. Dijo Esmeralda a las risas.
- ¿Porqué estás tan callado Thomas? Di algo. ¿Sigues drogado?
- No, es que me quede pensando en algo...
Hablaron durante dos horas, dieron 5 vueltas al parque, hablaron, rieron y recordaron. Mientras caminaban hacia la parada del colectivo.
- Fue un placer estar con ustedes. Dijo Bruno
- El placer fue nuestro. Dijeron los tres.
- Es increíble. Dijo Stella
- ¿Que cosa? Preguntaron.
- Que detrás de la sonrisa de Bruno allá una linda personalidad, llena de sentimientos.
- ¿Desde cuando eres poeta? Pegunto Thomas.
- Gracias por lo de la personalidad. Pero creo que lo de los sentimientos está demás. Todos tenemos sentimientos.
- Tu mismo lo dijiste.
Se despidieron y cada uno se fue a su respectivo hogar. Quizá esta nueva amistad cambie al grupo de estos tres adolescentes para bien o para mal.
Bruno aprendió muchas cosas estando con ellos, como por ejemplo darse cuenta de quienes eran realmente sus amigos. En la vida no siempre hay que ponerse en el lugar del otro pero de vez en cuando no esta mal pensar en los demás.
Eran las 12 de la noche y los cuatro, Bruno, Stella, Esmeralda y Thomas no podían dormirse. Aunque parezca raro, los cuatro estaban conectados por la misma cosa, los cuatro pensaban en lo mismo. Pero principalmente en Bruno, él reflexionó sobre que todo el tiempo que estuvo con sus "amigos", nunca se había sentido tan libre de decir o pensar las cosas, puede ser porque las personas o mejor dicho sus amigos, prejuzgan demasiado.
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Nota suicida
Teen FictionTres adolescentes vivirán buenos y malos momentos, luchando por seguir adelante y olvidar el pasado, ¿Podrán estos jovenes encontrar la felicidad?