Luego de unas cuantas horas de diversión en la alberca, por fin regresamos a la habitación un poco antes de que anocheciera y nos colocamos ropa seca.
Me vestí con un short de mezclilla, un abrigo azul con diseños en blanco y mis zapatillas grises con lilac.
- Chicas, iré a patinar, ¿quién se anima a ir conmigo? -pregunté mientras sacaba mi patineta del armario.
- Yo estoy agotada. -May hizo un puchero mientras se tiraba de espaldas en el sofá.
- Yo iré al gym. -dice Melody.
Miro a las chicas con expresión de niña que le ruega a su padre por un cachorrito.
- Yo no tengo nada que hacer, así que iré contigo. -dice Caro y se sienta en el suelo para ponerse sus zapatillas.
Buscó su patineta y salimos de la habitación y cuando cerramos la puerta a nuestras espaldas, escuché que la puerta de la habitación de Frank se abría. Corrimos hacia el elevador antes de que alguien nos alcanzara a ver.
Una vez dentro del elevador, no dejaba que el elevador cerrara sus puertas, pues quería ver si era Frank quien salía de aquella habitación.
- ¿A quién espías? -preguntó mirándome con recelo. Ella obviamente sabía a quién miraba, solo quería hacer que lo admitiera.
- A Frank. -dije.
En seguida recordé que no me importa, o que tal vez no me importa lo suficiente como para espiarlo. Así que decidí presionar el botón de la planta baja.
- ¡Frank, ven al elevador! -gritó Caroline a toda voz.
Le fulminé con la mirada y reí porque sabía que Frank no llegaría al elevador antes de que éste cerrara sus puertas.
Estaba muy equivocada.
Frank entró corriendo al elevador y al verme, sonrió arrogantemente.
- Me parece que me llamabas, ¿me equivoco?
Ni siquiera me miraba, ¡qué arrogante! Aunque debo admitir que agradezco que no me esté mirando, pues hasta en el espejo del elevador he notado que estoy roja cual tomate.
Y sé que si no me ha mirado es porque quiere que yo sepa que él es importante. Importante en su cabeza.
¡Oh Dios! Ha bajado la mirada y me ve arqueando una ceja.
- ¿No me estabas llamando?
Me sorprendí al notar que no lograba hacer que las palabras salieran de mi boca. ¡Las tengo en la punta de la lengua y no se dignan a salir!
- Yo... -miro mis manos, nerviosa y luego levanto la mirada, diciéndome que no es posible que me haga quedar en pena-. Ha sido Caroline quien te ha llamado.
Caroline, detrás de nosotros, no ha sido capaz de contener la risa ni un segundo más, pues ha estallado en una carcajada que ha dejado su rostro casi tan ruborizado como el mío, aunque obviamente por motivos diferentes.
Cuando salimos del elevador, Frank se alejó caminando hacia la oficina del director. Cuando Caroline se subió a su patineta sentí unas intensas ganas de arrojarla de ella y hacerla caer por la grandísima vergüenza que me ha hecho pasar en el elevador.
- Yo me quedaré a comer algo. -le digo a Caro, ya que ella se iba para la habitación.
- Vale, yo ya quiero dormir. -dice ella.
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ACTUALIZANDO ¿Por qué eres tan malditamente perfecto?- YOIDETH CHENIER
Teen Fiction"Cada vez que me sonríe, el mundo se detiene por un instante y me doy cuenta de que es malditamente perfecto." Laia es una chica muy brillante, aunque a veces no logre coordinar su maravilloso desempeño con su comportamiento en general. Y es esa la...