Lo inevitable

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En Hogwarts todo ocurría con la normalidad de siempre, el mes de mayo llegaba al final y por lo tanto el fin de curso con él, existía preocupación y emoción a la vez entre los alumnos por la cantidad de exámenes y deberes por entregar, pero dentro del castillo existía alguien a quien los exámenes no le importaban en lo más mínimo, hay que ser justos con el y aclarar que si bien el no presentaría exámenes dada su condición de profesor de Hogwarts, el sí tendría que preparar alumnos para Timo y Éxtasis y por si fuera poco calificar a los demás estudiantes de grado inferior.

El profesor Dumbledore un hombre alto y de edad avanzada, que usaba una barba plateada que le llega a la altura del ombligo  caminaba en círculos en el despacho del Profesor de transformaciones (a decir verdad suyo en esta época), continuamente miraba hacia la ventana como esperando ver en el horizonte la llegada de alguien en su despacho, el cual estaba  lleno de artefactos de plata, los cuales emitían débiles tintineos brindándole al ambiente un clima de tranquilidad. De repente algo  afuera llamo la atención del profesor, porque con grandes zancadas se dirigió a abrir la ventana y en el horizonte se divisaba una ave gris que se aproximaba con  gran rapidez y cuando por fin esta se poso en el alfeizar de la ventana el profesor la acaricio y tomo la carta que traía la lechuza y le dijo.

-Gracias Hochnot puedes comer en la lechuceria del colegio- le dijo El profesor con tono distraído mientras abría la carta con rapidez usando una pequeña navaja del escritorio.

El ave salió volando en dirección a la torre y cuando al fin el profesor  abrió la carta  pudo leer:

Querido Albus.

He recibido tu carta Dumbledore y nada de lo que me digas podrá hacerme desistir y dada nuestra relación en la juventud, te ofrezco de nuevo la oferta de unirte a mí y de esta manera poder gobernar juntos y completar nuestra búsqueda.

Por otra parte si insistes y me temo que es lo que hará, podemos reunirnos este verano y terminar lo que empezó hace años. Comunícame tu respuesta a la brevedad.

Posdata.  Si crees que me encuentro en una ventaja por mi nueva varita puedes llevar  a Fawkes para emparejarnos no creas que he perdido la caballerosidad.

 Tu amigo(o eso desearía) Gellert Grindelwald.

Albus releyó la nota varias veces pero al final supo que debía hacerlo pese a que esto lo obligara a enfrentarse a la persona que en su juventud fue la más importante en su vida. Tomo asiento y con la calma usual en el prosiguió a entintar un pluma y empezó a escribir.

Querido Gellert.

Lo nuestro es inevitable y sabes que lo hago por "el bien de todos" si aun puedo llamarlo asi.15 Julio 1945 En el lugar que solíamos reunirnos cuando practicábamos y mejorábamos nuestra magia.

Albus Dumbledore.

El profesor se levanto de prisa y salió de su despacho para dirigirse a la lechuceria (lamentando no haber retenido a Hochnot para darle la respuesta de la carta), al salir se encontró con un grupo de alumnos de Hufflepuff y se escucho que uno de ellos le decía.

-Profesor Dumbledore la clase de transformaciones es por allá – dijo el alumno con cara de extrañado.

-Gracias Señor Abbott, llegare con un ligero retraso avise a sus compañeros – respondió el profesor Dumbledore sin prestar demasiada atención.

Y salió del pasillo con grandes zancadas. Un instante después estaba observando como salía una lechuza en dirección al noreste, mientras que en su cabeza revoloteaban grandes preguntas como:

¿Estaré haciendo lo correcto al en enfrentarme con él? ¿Realmente esa varita será superior?

¿Y si pierdo? Le que quedaría el camino libre para conquistar Inglaterra. Saco de entre su túnica y observo su varita y se pregunto si esta estaría a la altura de la de sauco, después miro su reloj que no solo marcaba la hora sino le recordaba ciertos deberes que debió anotar mágicamente en el.

El reloj emitía un débil sonido y marcaba Clase de transformaciones, el profesor salió corriendo hacia el castillo y durante el transcurso sintió unas ganas inmensas de ir al baño y al doblar en el siguiente pasillo encontró un cuarto de baño al que según él nunca había entrado, pero como las ganas que lo invadían eran cada vez mayores no le dio importancia. Minutos más tarde se encontraba en el aula de transformaciones frente a los alumnos de primero de Hufflepuff y Ravenclaw.

-Saquen sus varitas por favor y sigan practicando transformando ratones en copas de vidrio, creo que la mayoría ya lo domina pero un poco mas de práctica no le hará daño- dijo el profesor Dumbledore mientras rondaba en entre las bancas.

La clase transcurrió con la normalidad y de siempre y El profesor se dirigió hacia su despacho, una vez en su despacho se dirigió hacia la ventana y apunto con su varita hacia la nada y susurro ¡Expecto Patronum! Y de la punta de la varita salió un humo blanco con tono plateado que se transformo en un ave con una cola y unas alas inmensas comparadas con su cuerpo, el patronus se paro en la ventana y el profesor le dijo ve y busca a Fawkes lo necesito, y el patronus salió disparado al cielo con una velocidad vertiginosa.

Cinco minutos después un ave hermosa volaba con gracia hacia la ventana de su despacho y paso directo a posarse sobre un perchero, el profesor lo acaricio y lo saludo.

-Hola Fawkes te ves bien – dijo el profesor mirándolo con ternura.

-Sabes, el momento ha llegado, tal vez trate de engañarme a mí mismo posponiéndolo creyendo que recapacitaría pero si no lo hago morirá más gente – dijo el profesor mirando a Fawkes como si este fuera capaz de entenderlo.

Fawkes emitió un leve silbido de Dumbledore interpreto como una reafirmación de que el ave estaba con él en su decisión.

-No puedo asegurar que ganare, pero debo intentarlo, si tan solo pudiera examinar de cerca esa varita- dijo el profesor.


Dumbledore vs GrindelwaldDonde viven las historias. Descúbrelo ahora