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Minghao era virgen. En realidad, no era ninguna noticia si ya lo conocías, pero si recién lo veías la verdad es que sorprendía. Parecía esa clase de chicos que tenían un sugar daddy que todavía no le confesaba a sus amigos, o un novio secreto porque todavía no se animaba a salir del closet. Parecía una persona que, callado y todo, tenía cierta vida amorosa que sus amigos trataban de descifrar. Aunque no exista, todo el mundo lo suponía.

La gente se preguntaba a menudo si ese alguien secreto era Jun, y si lo era, ¿por qué tan secreto? No era novedad la confianza que tenían con el otro y lo cercanos que eran, ¿acaso le daba asco admitir que le tiraba el ganzo a un playboy? Porque si hay alguien que no se parece al reservado Minghao en absoluto, era su mejor amigo.

Jun no podía dejar de cojer. A todas horas y con quien sea. Sabía que su amigo no quería saber de sus amoríos, pero amaba asquearlo lo más posible con todos los detalles de la última persona con quien lo hubiera hecho esa semana.

Con el tiempo, el narigón pelirrosa se acostumbró a escuchar las cochinadas del otro, incluso si le dolía saber que nunca iba a ser él quien esté debajo suyo. Sin embargo, no le preocupaba: tal vez no esté listo para ser pasivo.

Pero Jun estaba extraño el día que no le contó más historias al otro chino. Se veía perdido, pensando muy serio en asuntos que nunca se había planteado con tanta preocupación, sólo en broma, haciendo que su amigo también se sienta así por lo que sea que le estara pasando a su apagado compañero.

Lo vio desde el parque saliendo tarde de la empresa donde entrenaron, y corrió a detenerlo.

-JunHui - Minghao le agarró el hombro y le dió vuelta para parar su caminata - ¿estás bien?

-Si, si - le contestó sacudiendo sus ojos confundidos y suplantándolos con una sonrisa - Estoy bien. ¿Vamos a comer?

-No mientas.

-¿Por qué creés que miento?

-Porque todavía no me dijiste a quién llevaste a la cama ayer ni a quién te gustaría llevar mañana.

Ah, ya no sabía cómo salir de esta. Jun quería gritarle «A VOS, A VOS TE QUIERO EN MI CAMA» y cortar de una vez todo lo que le perturbaba. Desde que papá Scoups le dió una intervención para charlar sobre los motivos que lo impulsaban a ser tan fugaz con todas las personas con las que tenía una oportunidad de relación, se dio cuenta de que no podía tener al lado suyo a la única persona que quería. Ahora que acostumbró a su amigo a su estilo de vida no podía simplemente decirle lo que sentía, porque cualquier cosa que pueda ir en su discurso, iba a sonar como «bueno mira, la cosa va así, traté de llenar el vacío que me daba darme cuenta de que nunca ibas a darme bola con, mmmm, sexo. Mucho sexo. Pero, ¡hey! puedo dejarlo, como todos siempre prometen, y concentrarme en vos, e incluso si perdemos nuestra amistad y la cago y tenés que alejarte de mi para siempre, bueno, no me importa que no tengas más amigos que yo porque yo si, y voy a estar bien».

-Tal vez no haya dormido con nadie esta semana - optó por decir, saliendo de la desesperación de su mente susurrándole cosas estúpidas.

-Eso es todavía más preocupante. ¿Público difícil?

-Capaz no tenía ganas de hacerlo.

Silencio. El pelirrosa entendía cada vez menos.

-Jun, te pasa algo. Y soy tu mejor amigo y me lo vas a decir.

El desesperado agradeció luego a su gran subconsciente por la fantástica idea que lo sacó tanto del apuro como de la depresión repentina que estaba sintiendo. El plan lo llevaba a la cama con Minghao como siempre quiso, y lo sacaba del riesgo de confesarse porque él no haría nada. Brillante. Y lo comenzó:

🌟 Che, ¿soy virgen? 🌟 • [JunHao/China Line] • {One Shot} •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora