—M E G A N.
En mi vida he hecho cosas estúpidas pero lo que haré hoy sobrepasa el límite.
—Chicos, ya no quiero hacer esto— les digo.
—Ya no te puedes arrepentir— responde Luke.
—Siento que me va a doler.
—Puede ser— dice.
—¿Y si no puedo caminar después?
—No es para tanto, deja de exagerar.
—¡No lo haré!— exclamó
—Ya no hay vuelta atrás.
—No sé cómo me convencieron de hacer esto.
—Tú también lo querías, ahora te aguantas.
—Son unos malditos, no sé cómo me convencieron de hacer esto.
—Cálmate Megan.
Pienso en ¿Porque accedí a hacer esto?, fue una estupidez pero ya estoy aquí, así que me armo de valor para continuar con esto.
—Los odio— les digo a mis hermanos
—Nos vemos en el suelo perras— murmura Ryan
No lo proceso del todo aun y cuando menos lo espero nos estamos aventando.
¡No lo puedo creer, acabo de saltar del avión!
¡Estoy a cuatro mil quinientos metros del suelo!
¡Salte en paracaídas!
El vértigo me invade y mis gritos me ensordecen pero me armo de valor para abrir los ojos quedando maravillada ante lo que veo, no tengo palabras para describir como se ve todo desde aca arriba pero me lleno de y grito.
¡Lo logré, perras!
El paracaídas se abre y siento el tirón que nos eleva de nuevo el cual me recuerda que salté junto a mis hermanos, logró captarlos en mi campo de visión a unos cuantos metros de distancia y me alegra ver que siguen vivos. El tiempo pasa volando y cuando veo que estamos cerca del suelo el miedo se instala en mi de nuevo y trato de recordar lo que me dijeron antes de saltar, así que me preparo mental mente para cualquier cosa.
Pero es todo lo contrario a lo que pensé ya que sentía que el aterrizaje sería turbulento, pero nada que ver y aún no creo que ya estoy en el suelo.
Superé uno de mis miedos.
Quiero llorar de alegría.
—¿Estás bien?— pregunta el instructor.
—¡Si!— chilló de la emoción —. ¡Sigo viva!— concluyó y él rie.
—Me alegró.
Me ayuda a quitarme los arneses y emprendemos camino al centro de la pista mientras charlamos en el camino y nos nos encontramos a mis hermanos en el trayecto.
Pasamos por el mostrador dejando nuestro correo para que nos puedan enviar el video del salto y vamos a los lockers a tomar nuestras cosas para regresar a la ciudad, en el estacionamiento nos esperan dos escoltas nuevos, ya que los F tenían algo familiar que hacer.
Los F son 5 hermanos, los cuales sonnuestros escoltas personales.
Subimos a la camioneta emprendiendo camino a la ciudad.
—¿A la casa o a comer? — pregunta Ryan.
—A comer, obvio— digo mientras me recuesto en los asientos.
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Los hijos del Narco
Action¿Haz pensado que tan difícil es la vida de un hijo de un narco? ¿Cuántas desgracias deben ver? ¿Cuántos peligros deben afrontar? La vida de un narco a veces es como la ley de Herodes "o te chingas o te jodes" Tal vez haya lujos como: Dinero, Drogas...