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— ... Choto.

El chico frunce el ceño de como pronuncié su nombre y me vuelvo a él. Ahora lo recuerdo.

— Me conoces, como yo a ti, pero tampoco me recuerdas. Fuimos al mismo colegio en la elemental.

— No te recuerdo.

— Soy la chica del accidente radioactivo, claro que sabes quién soy.

— … ¿la niña…? ¿El demonio rojo?

— Esa misma. Me llamo Tora y me añadieron el rojo por lo de… ya sabes. Tú… eres Todoroki por Endeavor, pero…

No me entiendo ni porqué mencioné esto pero sentí la necesidad de hacerlo. Entonces Todoroki se acerca a mí, haciéndome sombra de la luna pues es más alto que yo. Luego de eso suspira y me invita a sentarme en una banca, aunque el frío comienza a soplar y como la vacaburra de yo no trajo suéter, lo invito a ir a mi casa.

— Si intento secuestrarte puedes incendiarla con facilidad –bromeo, pero él ni siquiera sonríe mientras caminamos a mi casa.

Entramos por la puerta en silencio y ya en la sala enciendo la chimenea pues de verdad hace frío y le invito a cenar, pero lo rechaza.

— A ver, a ver~… ¿ya recuerdas quién soy?

— Tora Aosora. Sólo fuimos en la misma aula durante el primer año y me llamabas “Choto”

— ¡Era una niña y cuando te faltan dientes no puedes pronunciar bien! –me excuso. Él no sonríe, pero su expresión se muestra relajada y parece natural.

Hablamos de diversas cosas al azar hasta que a eso de las 11 vamos al tema principal: mitad y mitad.

— ¿Sabes? Normalmente no te habría reconocido, pero cuando vi que eras un mitad mitad supuse que sabría de ti.

— Ya sé, también dirás que es anormal.

— Verlos comúnmente sí es anormal; bueno, vernos.

— ¿Nos?

— Yo también soy hija de un matrimonio así, aunque ellos ya no viven conmigo.

— … mi madre tenía un fuerte kosei de control del hielo y yo también puedo manipularlo a la perfección con mi lado derecho. Ya conoces el otro.

— En mi caso heredé el elemento tierra de mi padre y mi madre me pasó un kosei de magnetismo –le digo, usando mi kosei para atraer el atizador y remover los leños del fogón, donde mis ojos pasan de castaños a grises como el mercurio, de modo que se identifica mi otra mitad. Cuando diseñe mi traje de heroína, tendré que cubrirme el cuerpo y los ojos o los enemigos van a identificar mis poderes.

Por su parte Todoroki hace una demostración de su poder con la mano derecha, pero cuando le pido con la izquierda se niega. Después de insistirle mucho me cuenta la historia y me ayuda a entender muchas cosas, aunque estoy en desacuerdo.

— Venga Shoto; es como si quisieras ser un héroe y un día antes cortarte el perfil izquierdo. ¿Sabes? Por lo menos deberías entrenarlo por si en una emergencia tu perfil izquierdo no es útil. Contra otro cuyo kosei sea similar, por ejemplo.

— No… ¿Por qué me has llamado Shoto?

— Lo siento; sé que por eso de que no somos muy cercanos debería decirte Todoroki como tú me llamas Aosora a mí, pero eres Todoroki por tu padre y como no te es muy agradable, creí que estaría mejor llamarte por tu nombre. Perdón.

— … no, está bien, de hecho. Si de niños me llamabas así, no me importa si volvemos a hacerlo y además, me gusta tu razón.

— Con una condición.

— No voy a entrenar mi perfil izquierdo.

— No, pero tú llámame Tora. Digamos que… –y entonces entra mi turno de contarle toda mi historia. Sólo omito lo de mis múltiples Particularidades, vida secreta, All Might…

Si Shoto tiene algo que decir, se lo guarda. Al final descubro que es muy noche y supongo debe volver.

— Hey, deberíamos vernos más seguido ¿sabes?

— Sí.

Que mira que me ha tomado la palabra y al día siguiente, durante la tarde, veo una cabellera bicolor en el jardín que separa nuestras casas, cruzando la valla de madera y llama a la puerta de mi casa.

— ¿Shoto? Ah, pasa… ¿ocurre algo?

— Sí, mi viejo hoy está en casa. Tch, debería irse a la agencia.

— ¿Y él sabe que estás aquí?

— No.

— Shoto…

— No.

— Todoroki…

— No le va a gustar la idea.

— … pff, me haré la desentendida. Venga, estaba por comer ¿me acompañas?

Y quien diría que el viernes ya los dos somos muy amigos, como si fuéramos amigos desde siempre. Shoto no habla mucho, pero lo que dice hace las pláticas cómodas y la verdad no puedo juzgarlo; él se las ha visto tan tenebrosas como yo y supongo son estragos de su actitud. Con esos días descubro varias cosas: por ejemplo, cuando se pone a recordar algo muy intenso relacionado con su madre, su perfil derecho empieza a congelarse y cubrirse de hielo y a veces se lleva la mano a la quemadura. Por las noches luego va a entrenar y me invita, donde cada quien se va a un área separada (para no revelarnos trucos) y cuando volvemos vamos a mi casa por algo que tomar.

Como ya me contó el propósito de su padre con él, no insisto en que me invite a su casa, ya que posiblemente su padre me saque de allí diciendo que “las chicas son una distracción” o algo así, creo.

O creía, porque justamente el viernes por la noche, antes de irse a su casa, Shoto me indica su motivo.

— Podrías venir a casa, pero no quiero arriesgarte. Al vivir sola, no vaya a ser que mi maldito viejo quiera forzarte como forzaron a mi madre a casarte conmigo por tener dos Particularidades y tan poderosas. Sé que estoy exagerando, pero es una prevención.

— Lo entiendo. De cualquier modo, no quiero causar molestias…

— Pero aún así, Tora, si algún día necesitas algo, ven. Si mi maldito viejo no se entera de tus habilidades y realmente necesitas a alguien, entonces sí ven sin dudar. No puedes negarte, porque no tienes a nadie.

Sus palabras me golpean; son frías, como él, pero también me reflejan la realidad, como el hielo congelado brilla con la luz.

— Lo haré si acuerdas un trato conmigo.

— No.

— ¡Escúchalo por lo menos! Si un día tu vida está en riesgo, quiero que me llames, no importa dónde estés o qué ocurre. Y mientras tanto, si no es suficiente con el hielo, QUIERO QUE UTILICES EL LADO DEL FUEGO.

— No.

— ¡Joder Shoto, deja de ser infantil y olvida tu maldito orgullo por una vez! Te lo estoy pidiendo sólo si tu vida esta en riesgo. Por favor –le pido. Él se vuelve y me hace frente.

— Si tú me prometes llamarme a mí para cualquier cosa, lo haré.

— Júralo.

— Tora…

— ¡Hazlo!

— … por tu vida, por la mía, por todos los Koseis que existen e incluso por All Might ¿de acuerdo?

— ¡sí!

One for All Donde viven las historias. Descúbrelo ahora