Psicópata en Naruto. (Yaoi)

"Prólogo"

—Buahh.— Bostecé al momento de estirar mis brazos que a la vez caminaba en dirección al baño. —Que bien dormí. ¡Ah! Pero falta recoger algo en el sótano.— Dije nervioso al recordar que tenía un cuerpo tirado en el sótano muerto. —Meh, mejor después.

No sé porque la gente grita tanto cuando uno le corta los dedos y te incrustan con unas tijeras grandes en el dorso de la mano. Si es excitante.
Tal vez porque para los hombres y mujeres sean mariquitas y bebés. Hasta yo aguanto con sólo que te traspase el cuerpo.
Y la persona de abajo no era la excepción de todos. Era un total marica de hecho. Si sólo me divertía.

Después de ir al baño y cambiarme con una playera roja con letras negras que dicen “Irresistible” (xD), un pescador blanco un poco holgado, y mis pantuflas de pandita.
Bajé a desayunar, un pan con mantequilla y huevos estrellados junto con un poco de agua.

Tomé unas llaves que quedaban colgadas a un lado de la puerta del sótano para encaminarme a las casi pequeñas escaleras. Con mis ojos bien agrandados abrí la puerta. Encontrándome con cosas: cuchillos, destripadores, cierras, flechas y sin olvidar las tijeras súper grandes.
En resumen: aparatos tortuosos jiji.
En una esquina de la habitación, hay una silla donde está el muchacho, que era mi vecino de al lado quien no dejaba de verme con pena y hacía fiestas para no dejarme dormir, muy fastidioso. Estaba atado de las manos y de las piernas que se veían muy rojas. No me importó y le iba a desatar de las manos pero oí un... respiro

Lo volteo a ver y se movía descontroladamente pero no tenía éxito, jeje. Quiere irse.

—Ahg, mierda... E-Es un sueño, ¿verdad?—. Miró el lugar para después clavar mis ojos con un salto de temor, yo lo miro con la cara ladeada que al mismo tiempo dejo escapar una de mis risas leves. —N-No. ¡NO!—. De nuevo se mueve.

—Vaya, sigues vivo.— El señor me miró y yo sonreí con arrogancia. —Eso significa que...— Tomé un machete para después clavárselo con el pico del píe. —Más diversión y placer.

—Po-Por favor... D-Déjame ir...— Que ingenuo salió el tipazo, ¿eh? Cree que con sólo llorar logrará cambiarme de opinión, pero se equivoca. Solté una leve carcajada.

El señor me mira confundido y atemorizado.

—¿Sabés? Tienes razón, debes sentirte devastado al no ver a tu esposa e hijos, ¿verdad?—. El señor asiente muchas veces, yo lo miré con mis ojos bien opacados, agarré bien el machete donde iba caer y... —Ups.

Se me cayó el machete en el píe del señor ocasionando que gritara infinidad de dolor, yo agarré un trapo mojado que estaba a un lado de él, pero estaba manchado de pipí por el miedo. Y sin dudar se lo amarré en la boca ajustándolo, haciendo que ahogara sus gritos de dolor. Creí que ya había suficiente.

—¡Hmmj, mmHg!—. No le entendí ni un carajo.

—Sabes. Para ser un adulto de 30 años eres muy ingenuo. Y eso que te conozco de a poco.— Vi que en su rostro mostró tensión y nerviosismo al ver que le di en el blanco. —Si hicieras tus fiestas TAN escandalosas, no tuvieras un bebé, o una esposa o hermano que no le gusten las fiestas.

—¡¿HM!?

—¿Creíste que te dejaría ir tan fácil? ¡Jejeh!—. Comencé a besarlo por el cuello que a la vez traía conmigo unas tijeras cortándole el último dedo. —Ups.

Para tener 12 años,soy un loco despistado.

En la actualidad.

—Y así fue como llegué aquí, en la cárcel juvenil.

Vi que muchos estaban golpeados y heridos, uno que otros golpeados por mi culpa. Solté varias carcajadas sonoras al ver la sangre salirse de sus bocas.

Unos policías llegaron y me intentaron atrapar pero yo era más rapido que ellos por que eran unos gordos, no hacían ejercicio. Además... ¿De qué sirve la ley?

Agarré un tornillo medio grande, siguiendo con mi corrido pero de espaldas alcancé ha apuntarle en el pié al policía moreno quien se quejó de dolor y se cayó al suelo. Yo me reí.

(...)