Profundo Deseo

Creo que es Melancolía

Meses habían pasado ya desde la muerte el teniente John Laurens, pero dentro de Alexander la tristeza seguía latente ¿Cómo podrá pasar estas fiestas sin su más cercano amigo? Pues dejemos que él lo cuente. 
-¿Estas segura que no necesitas ayuda?
-Si, estoy bien voy a encontrarme con María en el mercado, además voy a llevar a Philip para que me acompañe- respondió con dulzura Eliza.
-¡Si! Ayudaré a mamá a cargar las cosas pesadas, no te preocupes papá -comentó con una amplia sonrisa.
-Claro, nunca dudé de ello- mencionó mientras acariciaba lentamente la cabeza del menor.
"Se parece mucho a él " rebotó un pensamiento en su mente.
-Volveremos dentro de una hora y nos pondremos a cocinar de inmediato para la cena de esta noche, María y su hija Susan nos acompañaran a cenar y ellas se ofrecieron a ayudarnos a preparar el banquete- recitó ella mientras acariciaba el rostro de Alexander - Cariño, no te vez nada bien creo que deberías descansar el día de hoy hasta la noche.
Sosteniendo la mano de su esposa aún en su mejilla, suspiro- Si, tal vez debería, me he estado sintiendo un poco cansado estos días
-Si es así entonces no te preocupes papá - insistió elocuentemente el niño- Nosotros cuatro nos encargaremos de todo, tu solo descansa.
-Lo haré, no te preocupes -respondió esbozando una sonrisa el decaído castaño. 
-Bueno, ya nos vamos -dijo ella para luego besar levemente los labios de su marido y acto seguido paso a dirigirse hacia la salida.
-Descansa papá - se despidió el pequeño para luego cerrar la puerta.
Y ahí se encontró Alexander, sólo con un sentimiento de vaga tristeza, profunda, sosegada e inmutable provocado por él, su mejor amigo, o más bien por la ausencia del mismo. Ya habían pasado meses desde su muerte pero no podía superarlo ¿Cómo una persona tan increíble como John podría haber muerto de esta forma? Era inconcebible.
"A pesar de ser sólo un poco mayor que yo sus ideales eran indiscutibles y su amistad algo que valía la pena"-pensó Alexander mientras se dirigía a su habitación.
-Me gustaría verlo, hablarle o al menos escribirle una carta otra vez...-se interrumpió a si mismo al resaltar otro pensamiento en su mente.- ¡Las cartas!- reaccionó y rebuscando entre sus pertenencias encontró una caja que en ella poseía todas las cartas que había recibido alguna vez de su querido John.
Leyó nuevamente todas ellas mientras que de a poco su rostro tomaba un color carmesí intenso rememorando todos los sucesos juntos, los episodios de celos mutuos, la necesidad de la compañía del otro en la adversidad y aquellas cartas en las que de una manera sutil Alexander le intentaba explicar el amor que tenía hacía él a lo cual John siempre reaccionaba positivamente, al llegar a este punto no sólo todo su ser de encontraba ruborizado sino que también se encontraba lloroso, pero... ¿Por qué? ¿Acaso seria porque ese amor puro que se tenían había terminado? ¿O por el parecido que tenía su hijo a su ser querido mucho más que a su esposa? ¿Sería también porque cada vez que veía sonreír a su amado Philip podría encontrar el rostro de John apoyándolo?
O talvez quizás... Porque nunca definieron realmente lo que sentían y nunca podrá despejar de su mente la incógnita que jamás le respondía en sus cartas ¿Acaso John lo amaba de la misma manera?
Al formularse esta pregunta en su mente partió en llanto y mientras guardaba nuevamente sus tan apreciadas cartas esos cuestionamientos no lograban retirarse de su mente, se mantenían ahí con una sensación de permanencia increíble que parecía que nunca podría despejar su mente de esas dudas, cual era cierto. Pero aun así manteniendo estos melancólicos pensamientos se durmió. 

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Mucho gusto personitas del Internet yo soy Gato Parlante y aquí traigo mi primer aporte al LAMS! Espero que les guste es un fanfic con temática navideña por las fechas que estamos pasando ☆ ☆☆☆

Dentro de un par de días subiré la segunda parte así que estén atentos :'D

Aiosh!