Mensaje recibido

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-¿C...cómo es esto posible?- se preguntó mientras sus ojos comenzaban a llenarte de lágrimas.

Abrió el regalo y adentro encontró una bella pluma de pavo real con una punta de oro y una pequeña carta con la caligrafía del remitente.
Alex sabía de antemano que John no solía escribir mucho pero con pocas palabras podría crear sensaciones inexplicables razón que lo apresuró a leerla:

Mi Querido Hamilton:

Tal vez no viva para ver la gloria, pero con mucho gusto me uniré a la pelea y cuando los niños cuenten la historia de nosotros, contarán la historia de esa noche.

Adieu, mi querido chico. Nunca pierdas tu oportunidad. 

-John Laurens-

Al terminar de leer se derrumbó.

Cada palabra de esa carta se transformó en un puñal clavado en su pecho, lágrimas incesantes recorrían el contorno de sus mejillas y en medio de gritos ahogados buscaba la respuesta a alguna de sus preguntas tanto en la carta como en la pluma hasta que se percató de un relieve irregular en la punta de la pluma, era un grabado "Alex & John" eso decía. 

Ya no había duda su corazón había terminado de hacerse pedazos ¿Qué podía hacer ¿Él ahora? Sobre su cabeza brilló una luz intensa, una estrella fugaz.

Desesperado salió a la terraza en su búsqueda y deseo con todas sus fuerzas algo que le quitará el dolor; de repente alguien tocó su espalda

¿Abría despertado a alguien? 

Seco un poco sus lágrimas e incorporándose dijo - Disculpa si te desperté, no fue mi- se interrumpió al visualizar a la persona frente a el - ¿John... en verdad eres tú? - pregunto débilmente mientras sus ojos se nublaban por las lágrimas otra vez.

En ese momento la figura acarició suavemente la mejilla de Alexander, y este sintió una calidez la cual pensaba que nunca volvería a sentir -No te imaginas lo mucho que te he extrañado- sollozo mientras tomaba la mano de John y la colocaba suavemente en sus labios

-Me ha pasado igual - respondió dulcemente la figura un poco traslucida de John Laurens- Perdón por ocasionarte tanto dolor y tanta tristeza este tiempo.

Sorprendido por el comentario tomó ambas manos de John y las llevo a su pecho- ¡No! Tú nunca me provocarías dolor alguno. Es más, tu sola presencia es una alegría infinita para mí. 

-Mi querido chico -suspiro con una triste sonrisa- Tú sabes muy bien que yo ya no podré volver más- acarició lentamente el cabello de Alexander dejando caer algunas lágrimas sin dejar de sonreír.

-Pero no puedes dejarme, tengo millones de preguntas que hacerte y...y...- no sabía cómo continuar tenía tantas cosas que decirle, tantas cosas que preguntarle, necesitaba su compañía, su apoyo, lo necesitaba a él- ¡John, yo!...

Fue súbitamente silenciado por un beso, el beso de la persona que más amaba y por primera vez se sintió completo, por primera vez se sintió satisfecho.

-Yo también te amo Alexander nunca dudes de ello- dijo al fin un lloroso John Laurens mientras lentamente se desvanecía en el cielo nocturno.

-John, John te amo ¡Por favor no te vayas!- suplicó intentando tomar las ahora poco tangibles manos del mismo.

-Lo lamentó Alexander se me ha acabado el tiempo- y tras pensarlo un momento se acurruco en el pecho de Hamilton- ¿Puedo pedirte un favor?

-Lo que desees, estoy a tu servicio- respondió abrazándolo intentando extraer hasta el más mínimo gramo de su calidez.

-Intenta ser feliz sin mí -susurro con una voz entrecortada- te lo ruego, por favor.

Trago saliva y miro a los ojos de su amado una vez más - te lo prometo. 

- Muchas gracias...- suspiro al mismo tiempo que terminó de desaparecer. 

Alexander se quedó ahí, inmóvil, intentando guardar para toda su vida ese momento en su memoria; entonces unos pasos anunciaron la llegada de alguien a la terraza.

-¿Papá? ¿Te encuentras bien? -pregunto un somnoliento Philip.

-Si - respondió secándose las lágrimas y guardando el regalo recibido en su bolsillo.

-¿Qué haces aquí a mitad de la noche?- cuestiono el infante tomando la mano de su padre para que lo acompañe nuevamente a su cuarto.

-Sólo estaba pensando en lo afortunados que somos de estar vivos en este momento. - le sonríe y lo toma en brazos para luego depositarlo en su cama.

-Si ¿verdad?-sonríe- Buenas noches.

-Buenas noches hijo, te amo.

-Yo también te amo papá.







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Saludos mundanos preciosos!

Ya hemos llegado al final de la historia, espero que les haya gustado :'D

Por mi parte tengo muchos más fanfics para ustedes para subir los próximos días.

Eso es todo por ahora, Gracias por leer!


Aiosh~☆

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