Secret - l.s.

four

Hay demasiado ruido y la gente se amontona y le empuja de un lado apara otro. Harry odia este tipo de fiestas en las que todos beben hasta vomitar en cualquier rincón. Zayn le sacude pasando un brazo sobre sus hombros haciendo que cargue con el peso de ambos mientras le canta una horrible canción. Puede oler su aliento a cerveza tan cerca de él que le repugna. Todos parecen pasárselo tan bien, y el solo puede contar los minutos que le faltan para poder estar de vuelta en su casa. Liam le pasa otra copa que hace arder su garganta y la amiga rubia de Zayn no para de acariciar su brazo. Le da asco como se insinúa continuamente, aprovechando la mínima ocasión para dejar rozar sus glúteos con el rizado, haciendo que este entorne sus ojos en una mueca de desagrado que, por suerte, nadie capta. Ni si quiera ella, continua con su danza de conquista totalmente inútil. Harry la aparta sutilmente pero el moreno lo toma por su hombro.

-¿No está a tu gusto Harry?- la rabia y el alcohol reinan en su voz- ¿ O prefieres un rubio, marica?

-Yo no...- comienza con furia y para acallar las burlas de Zayn toma a la chica que ha estado reclamando sus atenciones toda la noche por la cintura dirigiéndose escaleras arriba.

La esbelta rubia parece estar en éxtasis por tan solo haber logrado la fingida atención del ruloso. Le arrastra por los pasillos dispuesta a llevar su acometido hasta el final. A Harry a penas se le ve con mujeres, pero eso tan solo da una imagen exigente de él. En realidad trata de pasar por esa tortura el menor número de veces posible. Odia los labiales que suelen usar las chicas, son demasiado fuertes y vivos, odia tener que ser dominante y rudo y odia el sabor que queda en sus labios después de acostarse con ellas. Él quiere ser el que use medias y finas piezas de encaje, a quien se las quiten con delicadeza y a quien le hagan gemir alto y agudo, no con gruñidos graves que tan solo quiere escuchar en su oreja.

Intenta sacar todos esos pensamientos de su cabeza para acabar rápido con la chica y poder alardear con Zayn haciendo que odie todas las feas palabras que dirá sobre ello. La rubia comienza a gimotear con en mero contacto de los labios del ruloso en su cuello, lo cual pone de los nervios a Harry quien la empuja suspirando y pasando las manos por su cara.

-¿Qué pasa? - pregunta la chica- ¿Es qué no te gusto? Soy demasiado alta, ¿verdad?

-¿Qué? No, no, tú... tú estás bien, eres perfecta, ¿sí?

-¿Y cuál es el problema? - se exaspera- ¡Ninguna te vale! No será que prefieres a los maricones como dicen todos-le ataca sacando al ruloso de sus casillas.

- ¡Tú no sabes una mierda! ¡Nadie sabe nada! Y tú no tienes derecho a andar diciendo esas cosas de mí. Lo siento si no quiero estar con una zorra como tú y querer ser un poco caballeroso. ¿A caso te pensabas que yo me fijaría en alguien como tú? Tan solo trataba de hacerte un favor- el lado más cruel de Harry aflora y los orbes de la muchacha comienzan a humedecerse- Digamos que eres mi pequeña buena acción del año-comenta con desdén-. Pero tranquila, podrás presumir con tus amigas, no le diré a nadie que me dio asco hasta acercarme a ti.

La chica sale corriendo de la habitación en la cual se habían colado con lágrimas corriendo por sus mejillas. Harry puede llegar a ser muy cruel, no podría de otra manera sujetar su fachada, la cual empieza a deteriorarse. Sale del habitáculo un par de minutos después tras recomponerse. Cuando habla de esa manera parece abandonar su cuerpo y después le golpea la realidad. Le duele comportarse así, hacerle pensar a esa pobre chica que no es suficiente, cuando el que es una mierda es él. No entiende ni como lo desean con lo odioso que es su comportamiento. Con sus constantes fechorías y su carácter ofuscado. Él se odia a sí mismo. ¿Por qué no lo hacen los demás? ¿Por qué odian en su lugar a quien él realmente es?