capítulo 3

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Narra Alexa

A paso rápido salí del callejón del terror y me dirijo a mi casa, no quería pensar en lo sucedido allá atrás pero es inevitable, jamas me había pasado algo así, y lo voy a volver a repetir, ni siquiera cuando vivía en Venezuela o en Francia me paso esto.

El chico daba miedo, parecía que me iba a matar y su mirada reflejaba odio puro. El chico nunca hablo, yo lo vi. No se como escuche esas palabras.

Mi cabeza era un torbellino de pensamientos, hasta que llegue a casa. Mamá me recibió feliz, pero yo no le conteste de la forma habitual, solo me fui a mi habitación a meditar.

Me saque mi ropa y me duche como por 10 minutos para relajarme, me puse mi pijama, que consistía en una camisa enorme de Etienne, y me metí a la cama, de la nada mi brazo empezó a arder.

Mi marca estaba roja, tanto así que hasta la podía ver mejor. Mi cabeza daba vueltas hasta que caí en la inconsciencia.

***

Estaba en un bosque, tirada en el suelo. Traía un vestido azul largo, estilo princesa, y mi cabello caía en ondas a mi alrededor.

No sabia donde estaba o que hacía aquí, solo me levante y trate de ver en donde estaba, seguí un sendero que conducía a una vieja cabaña y al lado de esta, un pequeño riachuelo.

La cabaña tenía una puerta de madera con el símbolo de un ave volando, la puerta estaba abierta solo toque.

— Hola, ¿hay alguien allí?— No obtuve respuestas por lo tanto entre en ella, la cabaña en su interior estaba rodeada de muchas telarañas, había una biblioteca con muchos libros, y no llamo mas que todo mi atención.

La cubierta era verde y tenía de nombre "Mythes et légendes magiques",  mitos y leyendas magicas , tome el libro y empecé a hojear lo, en la primera hoja, todo estaba en francés por lo tanto podía entenderlo.

Hablaba de vampiros, lobos y todo tipo de criaturas mágicas, y en lo ultima hablaba de una profecía sobre la luz, mi marca empezó a arder de nuevo, pero solo seguí leyendo.

La luz

Nacerá una madrugada una pequeña con la portadora de la marca de luz, sera la primera descendiente de la luna, traerá la paz a todos los seres mágicos, y le devolverá la luz al ser oscuro.

Tendrá poderes que nadie más podrá tener y los utilizara para el bien...

Debajo de estas palabras estaba un dibujo de mi marca.

Era el dibujo de una luna, la luna significa la luz, la paz y la calma.

No podía creerlo, era mi marca, no se como llego mi marca a este libro, y de la nada escuche la puerta cerrándose detrás de mí.

Era un chico con una mascara, se acercaba lentamente a mí. Por alguna extraña razón no tenía miedo. Sus manos se posicionaron en mis caderas causándome estremecimiento, teníamos nuestras caras a tan solo unos centímetros hasta que vi sus ojos.

Era el mismo chico del parque, parece que se dio cuenta que lo reconocí porque de la nada esbozo esa sonrisa fría.

No deberías estar husmeando en donde no te llaman pequeña — Dijo el chico frío con su voz gruesa.

— ¿Quien eres?— Dije yo en un susurro.

Se acerco más a mí y nuestros labios se rozaron levemente, enviando corrientes eléctricas por todo mi cuerpo, solo estaba segura de una cosa, no sentía miedo, sentía que podía confiar en el, y también estaba cien por ciento segura que quería que me besara.

Pronto pequeña, pronto sabrás quien soy...

Desperté sudorosa y agitada de aquel extraño sueño, mi hermana estaba junto a mí.

— "¡wou!", tranquila, tranquila, solo vengo a ver ¿cómo estas?.
 
Disculpa, es que me asustaste, por cierto ¿qué hora es?.

— Son las 10 pequeña — me estremecí al escuchar esa palabra, "pequeña", mis labios hormiguearon al recordar la cercanía a la que estábamos.

— Oye estas rara, ¿paso algo hoy?.

— Ni te imaginas.

— ¿Por qué no me cuentas?.

— No es nada del otro mundo, oye tengo hambre y si bajas a ver que hay de comer, es mas y si vemos una película o prefieres ver....

— ¡JAJAJA! estas tratando de distraerme para no preguntarte que paso, y de paso estas nerviosa.

— Yo, nerviosa, jamas hermana jamas, ya enserio tengo hambre.

— Okey, mejor vamos a alimentarte, te pones gruñona si no comes.

— Claro que no, me indigna que piensen eso de mí.

— ¡Oh! vamos, ya te molestaste, ven vamos. — Y salió de mi habitación

Tenia  razón, me molesto cuando no como o cundo no duermo. Soy  como un gatito  gordo y dormilón pero que se puede hacer contra eso.

Tenía que buscar la manera de dejar de pensar en el sueño, podía ser cosa de mi mente, jugandome una mala pasada.

Recuperando lo perdidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora