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¿Por qué?- pregunté tratando de sonar desinteresada.

Cáncer- respondió el chico de ojeras marcadas- ¿y tú?

Estoy loca- musite bajo- por eso estoy aquí.

Seguramente toda esa conversación suena extraña, así es como conocí a Rei Kagene un chico de 15 años, era exasperante, testarudo y aburrido al menos para mi lo era. Cáncer de pulmón ese era su diagnóstico o eso fue lo que él me dijo.

La primera vez que lo ví fue cuando escape del sector de psiquiatría, era bastante aburrido pastillas por acá pastillas por allá aburrido, aburrido, aburrido. Conocía el hospital bastante bien, había pasado los últimos tres meses en él. Él me ganaba había pasado aquí prácticamente toda su vida. Desde los seis años creó.

- IA, IA ¿Me estas escuchando?- el Dr. Kiyoteru me llamaba desde su asiento, me miraba expectante cómo si estuviese esperando una respuesta.

Lo hago Kiyoteru- le sonreí ampliamente- ¿que tal tu día? -pregunté.

Bien IA, ahora dime, ¿has estado bien?- preguntó con cautela, lo que me pareció extraño es cómo si estuviese esperando un no por respuesta.

Excepcional- conteste sonriente.

Tus pastillas ¿te las has tomado?- preguntó lentamente.

No- negué con la cabeza repetidas veces- No las necesito, estoy bien así. Me siento bien, muy bien -dije.

Eso esta mal IA y lo sabes- me reprendió como si fuera una chiquilla.

Ya no los veo Kiyoteru- explique airada- no necesito las malditas pastillas- eleve mi tono de voz. de repente me sentía furiosa, molesta, enojada. Antes me pasaba muchas veces muy seguido, ya no, solo, solo a veces.

Está bien, calmate- dijo Kiyoteru sin siquiera levantar la voz, como si estuviese acostumbrado a estos episodios.

...

¿Como te llamas?- pregunté por casi décima vez.

No te importa- respondió el chico pelinegro rodando los ojos.

Sí preguntó es porque si- dije.

Quieres...- se detuvo para vomitar en un jarrón que tenia entre sus manos.

Quimioterapia, tres veces por semana, una..."Mierda" según Rei. Iba a sus quimioterapias desde la primera vez que lo ví, llamo mi atención rápidamente era el único chico con cáncer que tenía cabello o por lo menos en ese entonces lo tenía.

¿Como puedes tener cabello?- pregunté luego que vaciara su estomago vomitivamente.

Acabo de ingresar, el cabello no se cae en seguida niñita ignorante- me miró molesto casi altaneramente como si fuese tonta, cosa que no soy.

¡No soy una niñita!- chille.

Callate- susurro fuerte.

¡IA!- escuche a lo lejos la voz de Miku la enfermera de turno en el sector psiquiátrico.

Nos vemos luego, gruñón- bese su mejilla y me largue corriendo, hasta entrar en el pasillo que dirigía a las habitaciones de los pacientes, su mejilla estaba cálida pero sus manos eran frías, lo supe unos días después. Dicen que la gente con manos frías tienen un corazón cálido, en ese entonces me preguntaba si era cierto.

Smiles for Rei Donde viven las historias. Descúbrelo ahora