Ya estaba oscureciendo.
- las velas no durarían por siempre o por lo menos hasta que saliéramos de aquí. Pensé
Apague algunas y deje un par cerca del sofá donde estaba Hanna.
Ya era media noche y aun no podía dormir, no puedo decir lo mismo sobre Hanna ya que se recostó sobre mi hombro y se quedó dormida al instante. Hacía mucho frio y estaba temblando. Hana estaba helada pero bueno eso era normal en ella, deje a Hanna suavemente sobre el sofá y subí las escaleras para buscar una cobija o algo. Ya en el segundo piso me dirigí a mi cuarto, me acerque al armario pero me llamo la atención algo en él, este tenía puesto el seguro. Me aterraba el hecho de que hubiese algo dentro, pero necesitaba la cobija y no estaba segura de que encontrara algo dentro de este, lo raro era que en mi cama no tenía nada ni sabanas, ni cobijas, ni siquiera estaban las almohadas. Respire profundamente y conté hasta tres mientras me acercaba al armario. Uno, di un paso y el suelo de la habitación crujió. Dos, al dar el siguiente paso escuche un ruido dentro del armario. Tres, di el último paso y solté una carcajada, me hiso un poco de gracia que me diera miedo mirar dentro del armario. Era reír o llorar en estos momentos, recordé mi niñez cuando pensaba que habían mostros dentro pero esto era real, talvez si había algo dentro y ¿de verdad me iba a arriesgas por una cobija? Bueno ya había llegado hasta aquí y no me arrepentiría hasta ahora, así que acerque lentamente mi mano a la puerta armario, quite el seguro lentamente y abrí la puerta de este mientras se escuchaba el típico rechinido de una película de terror, cuando termino de abrirse vi un del cuchillo clavado en el fondo atravesando la madera del armario y sosteniendo una nota que decía “tu madre ya no está, ¿quién te cuidara ahora de mí?”. Arranque la nota y la rompí, cogí una cobija y me di la vuelta para salir de mi habitación rápidamente y volver al salón, al salir de allí y girar pasando el lumbral de la puerta me di un susto de muerte al ver a Hanna ahí como si nada, sola en la oscuridad.
+ ¿Qué haces aquí?
- He venido a por una cobija, y tu ¿Qué haces aquí sola?
+ Nada. Respondió con un tono de voz un poco raro.
- Hanna ni te imaginas que susto me has dado, ¡deja de aparecerte como si nada!
+ No lo vuelvo a hacer, perdón. Dijo con una sonrisa un poco burlona.
Bajamos juntas por las escaleras y nos sentamos en el sofá, mientras ella se acomodaba a mi lado pensé en que si hirvamos a estar aquí indefinidamente tendría que saber un poco más de ella aparte de su nombre y que le gustaban los sándwiches.
- ¿Cuándo nos encontramos estabas llamando a tu madre, no? pregunte
+ Si. Respondió vagamente.
- ¿Por qué la llamabas?
+ Porque me quede encerrada, me estaba lavando los dientes para ir a la cama pero la puerta se serró. Cuando la intente abrir estaba con seguro, después de eso no recuerdo nada hasta que desperté tirada en el suelo.
Bueno eso no me los esperaba, pero no podía quedarme en silencio después de que me digiera eso así que cambie el tema ya que eso era un poco delicado o eso pensé.
- ¿Te gusta pasar tiempo con tu familia?
Que pregunta más mala le había hecho, me sentí muy mal al sacar ese tema. Que pésima soy para esto de conversaciones en situaciones de estrés.
+ Bueno sí. Me gusta pasar tiempo con mi madre, es muy sobre protectora pero yo la quiero mucho.
Gracias a dios que me había respondido bien, pensé que no le gustaría hablar de su familia en esta situación, así que seguí con esta conversación.
- ¿Y tu padre?
+ No lo sé.
-¿Por qué dices eso?
+ Es que no lo conocí, murió cuando era pequeña.
Se me hiso un nudo en la garganta al escuchar eso, nos quedamos en silencio por un instante hasta que Hanna hablo nuevamente.
+ Mi madre me dijo que era una buena persona y que me quería mucho. Hace poco ella conoció a otro hombre y se convirtió en mi padrastro, no me llevaba bien con él, ya que trataba a mi madre muy mal. Al principio parecía una buena persona pero cundo se mudó a nuestra casa cambió completamente.
- ¿Y el en donde esta?
+ Muerto, dijo ella y sonrió levemente.
Me dio un escalofrió, me dio miedo que digiera eso sonriendo.
- ¿Qué le paso? Pregunte un tanto preocupada.
+ No es necesario que lo sepas, dijo con un tono un poco enojada.
Nos quedamos en silencio por un tiempo, Hanna se acercó y se recostó sobre mi hombro nuevamente, la ayude a taparse con la cobija que había encontrado en el armario.
+ Se lo merecía, dijo susurrando y serró los ojos quedándose dormida.
Me quede quieta con un escalofrío que me recorría la espalda después de que ella dijo eso.
Me quede mirándola mientras ella dormía junto a mí me pensando en que no me sorprendía que ella fuese la chica que murió aquí, eso explicaría las apariciones que hace en las que ni la escucho caminar por la casa y que siempre estaba helada pero nunca decía que tenía frio. ¿Y si ella había matado a su padrastro y también a mi madre? ¿Por qué no me había matado a mí? Talvez ella no fue pero no puedo asegurar nada, pero no lo creo ya que aún estoy viva.
Intente no quedarme dormida ya que tenía miedo que me pasara algo mientras estaba allí con Hanna, pero no pude mantener los ojos abiertos, me quede dormida unos minutos después.
Me despertó un ruido pero al abrir los ojos no podía ver nada, las velas se apagaron. Intente sujetar a tientas la linterna que tenía al lado, cuando la encontré ilumine a mi lado para ver a Hanna, pero ella ya no estaba, ilumine detrás mío por miedo más que nada pero, no había nada, no había ni rastro de Hanna. Dirigí la luz frente a mí, lo que vi fue asqueroso, la pared estaba cubierta de sangre pero no solo manchas si no que habían escrito con ella, no tenían orden alguno, eran un par de palabras escritas repetidamente a lo largo de la pared, habían algunas palabras que decían “la luz no dura”, “juega con migo”, “no te resistas”, y unas cuantas más. De pronto mi linterna empezó a parpadear y se apagó intente activarla nuevamente pero no podía, la golpee con la palma de mi mano y sorpresivamente funciono, esta se activó e ilumine nuevamente la pared pero ya no estaban los escritos, las paredes estaban limpias.
Gire rápidamente para ver tras de mí, pero lo que vi me asusto aún más. Pensé que no vería nada pero me equivoque, vi la figura de una mujer colgada en el umbral de la puerta con cortes muy profundos en sus muñecas y en sus brazos, me quede viéndola desde el sofá por un instante pero quería verla más de cerca para averiguar quién era, me levante lentamente y di un par de pasos hacia ella pero cuando solo me faltaban un par de centímetro para estar justo frente a ella el piso crujió la vista se me fue al suelo y cuanto levanté la mirada para ver el cuerpo, ella me miraba con unos ojos macabros, espeluznantes. Empezó a moverse e intentar soltarse de la cuerda que tenía alrededor del cuello.
Cuando menos me lo esperaba la maldita linterna se me resbalo de las manos y al caer al suelo se apagó, intente buscar a tientas pero no la encontraba entonces escuche un golpe en el suelo. La mujer se había soltado y yo no podía hacer nada, escuche pasos acercándose a mí y de pronto vi un resplandor de luz proveniente de la cocina, me levanté rápidamente para correr hacia allí, me quedaba poco para llegar pero metros antes me trómpese y caí, el maldito tapete me hiso caer. Sentí dos manos en mis tobillos que me tiraba hacia el fondo del salón, no podía sujetarme de nada y el tapete estaba entre yo y el suelo, la mujer me estaba tirando incluso con el tapete, no podía hacer nada, entre en pánico y fue ahí cuando sentí una mano en mi hombro que me tiraba hacia la luz, intente patear para poder zafarme de las manos que aún me tiraban de los tobillos hasta que por fin pude librarme de ella, y llegue arrastrándome a la cocina. Levante la mirada y pude ver a Hana mirándome preocupada mientras me ayudaba a ponerme de pie.
- ¿Quién era ella? Pregunte asustada
+ No los sé, pero creo que era una sombra
- ¿Cómo que una sombra?
+ Mi madre decía que las personas que son asesinadas o que se suicidan, no pueden encontrar la tranquilidad
- ¿Y por qué está aquí?
+ También decía que ellas buscan a las personas que están solas por las noches para apoderarse de su cuerpo y así volver a vivir. O talvez porque ella murió aquí.
¿Me quede mirándola mientras me preguntaba? ¿Por qué no me decía que no está viva? O es que ya sabe que yo sé?
Mire el reloj dela cocina este marcaba la una, pero ¿cómo había pasado tan lento el tiempo?
- Hanna.
+ ¿Qué ocurre?
- ¿Tienes alguna idea de cómo podemos salir?
+ Creo que sí.
- ¿de verdad?
+ Hay un túnel en el sótano de la casa, no se hacia dónde lleva pero talvez podamos usarlo para salir.
- ¿Por qué no lo habías dicho antes? espera ¿Esta casa tiene un sótano?
+ No lo había dicho porque mi madre me dijo que no bajara nunca, pero no podemos hacer nada más que intentar por allí.
Me parecía que Hanna era muy madura para su edad, pero que bien que era así ya que me ayuda mucho que ella tuviera esa determinación.
Al abrir las puerta que daba al sótano percibí un olor asqueroso, era un olor a carne podrida o algo así
- ¿Qué es ese olor? Pregunte un poco asqueada
+ No es nada solo camina y mantén la vista recta. Respondió seria
Me pareció un poco raro pero si íbamos a salir le haría caso.
Cada vez que daba un paso se hacía más asqueroso el olor a putrefacción, mire por el rabillo de mi ojo, pero fue inútil no se podía ver nada, la única luz que había era la que llevaba Hanna en sus manos que solo iluminaba unos metros por delante de ella.
Después de dar unos pasos más me empecé a sentir mareada, me empezó a doler la cabeza y tenía un poco de fiebre, fue entonces cuando empecé a escuchar voces que susurraban mi nombre después de eso ya no recuerdo más.
Desperté en el sofá del salón ya de día con Hanna sentada en el suelo mirándome fijamente con una expresión de casi podría ser ternura.
- ¿Qué paso? Pregunte llevándome la mano a la cabeza.
+ Te desmallaste cuando estábamos en el sótano
Seguramente había pasado porque no había comido nada en dos días y por el olor que había allí. Hanna se levantó y se fue a la cocina, después de un rato volvió con sorpresivamente un sándwich en las manos, bueno ¿Que más iba a pedir? ya que no se podía hacer nada mas de comer, la verdad me sorprendía que el pan durara tanto. Me lo dio y se sentó junto a mí.
- ¿Has podido llegar al túnel? Le pregunte mientras comía.
+ Si, cuando te desmallaste me adelante un poco y est…
- ¡Entonces podemos salir! Le interrumpí un poco emocionada.
+ Espera, escúchame, el túnel estaba cerrado. Hubo un derrumbe o algo pero no podemos salir por allí
- Volvemos a estar atrapadas aquí. Dije desanimada
Hana solo se me quedo mirando y asintió con la cabeza
Si no salíamos de aquí lo más probable era que moriríamos, la comida no duraría para siempre, las velas ya se nos estaban acabando y la linterna ni sabía dónde había quedado.
Aun llovía, el sol era obstruido por las nubes negras y no había rastro de que la electricidad volviera pronto. Me sorprendía bastante que no se viera ninguna persona por la calle y ni siquiera pasaban coches. Estaba muy asustada no quería morir aun, no de esa manera. Siempre dije que prefería morir joven pero la verdad que al estar tan cerca de la muerte tengo que admitir que me asusta mucho el hecho de morir como mi madre.
Hanna me miraba en silencio mientras yo estaba hecha un puñado de nervios. Después de unos veinte minutos por fin pude calmarme un poco y asimilar bien las cosas. Intente recordar siquiera un poco de lo que había pasado en el sótano pero solo pude recordar ese asqueroso olor, ¿Qué podría causar? Pensé mucho en eso que hasta inconscientemente ya casi podía volver a olerlo, me empecé a sentir nuevamente mareada por el olor que aparentemente emanaba de la puerta que deba al sótano, entonces no era una ilusión si podía percibir el olor era exactamente el mismo que el de hace rato.
Levante la cabeza para ver a Hanna pero no estaba
-Hanna. Dije con la voz un poco alzada, pero ella no me respondió.
Me levanté y empecé a buscarla por todos lados pero fue inútil, no la encontré.
Estaba sola en la oscuridad del salón cuando sentí una respiración en mi cuello, gire rápidamente para ver de qué se trataba. Al mirar hacia atrás era una criatura con aspecto asqueroso, era horrible. Me dieron nauseas al ver a esta criatura con apariencia humana, tenía sus uñas o se podrían llamar garras ya que estas estaban sumamente largas y asquerosamente sucias, su cabeza era totalmente desproporcionada a su cuerpo. Me quede sin habla cuando este levanto una mano y la dejo caer sobre mi hombro. Después todo se puso negro, no recuerdo más.
Mientras estaba inconsciente escuche una voz que decía “por favor vuelve”, era una voz muy agradable, tranquilizadora, era idéntica a la voz de mi madre pero eso era imposible, solo tuvo que ser producto de mi imaginación.
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Los pasos detrás de mí
Paranormal¿Has tenido alguna vez esa sensación de que alguien te observa? ¿O has visto alguna sombra por el rabillo de tu ojo? ¿O simplemente escuchaste algún ruido y nadie estaba en casa? Pues te contare una historia. Era un día como todos los demás me enco...