Parte 4: Sin miedo a la muerte

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"Que no quisiera enamorarme no significaba que no quisiera que alguien se enamorara de mí. Era verano, tenía 17 años, y en ese momento me sentía como una maldita broma. Sé que suena patético, pero cada vez estaba más harta de todas mis tías de parte de mi familia paterna preguntándome sutilmente si era lesbiana, como si serlo fuera algo malo. Ser mujer, tener 17 años, no tener un novio, y para variar no haber tenido un novio nunca no significaba que era lesbiana. Significaba que los chicos nunca de los nunca me miraban más de un segundo, como si no me encontraran llamativa, significativa, digna de una mirada más detenida o siquiera lo suficientemente bonita para saludarme mientras intentaban ligarse a mi mejor amiga. Me sentía como una mesa o una silla, algo que los hombres sabían que estaba ahí pero nunca le dedicaban más de un segundo de sus pensamientos porque era algo normal, cotidiano, insignificante.

Lucas, por mucho tiempo me mentí a mí misma pretendiendo que me daba igual no tener novio. Pretendía no creer en el amor. ¡Diablos! Que tonta era a los 17 años. Sí que creía en el amor, pero estaba muerta de miedo. Le tenía miedo al amor por la experiencia de mis padres. Tenía miedo de que todo pareciera un encanto y al final darme de bruces como mi madre se dio con mi padre. ¿Qué si encontraba la excepción? ¿Qué si había un hombre allá fuera que me arrebatará el miedo y me enseñará el amor? Y sí que encontré a la excepción, pero a esa edad yo era la persona más aberrante del mundo entero. Soñaba con algún día encontrar a algún chico de cabello oscuro, tez blanca como la nieve, ojos azules como el cielo en medio de una tormenta eléctrica y cuerpo de beisbolista. Vaya, sí que era patética. Sonaba más bien como encontrarme a Jude Martins de Asesinos de lo Oculto. Mis amigas solían decirme que tenía mis expectativas muy arriba, lo que para ser honesta me molestaba mucho. ¿Acaso pensaban que no podía andar con un chico con esas características? Bueno, sabía que la respuesta era que no, pero me gustaba pensar que sí. ¿Por qué tenía que funcionar de esa manera el mundo, la sociedad y el noviazgo? ¿Por qué no podía ser como en los libros?

Lo cierto es Lucas, que sabía que no era fea, pero también sabía que no era bella. Sólo normal. Sabía que los hombres nunca se fijarían en mí teniendo a lado a dos de mis cuatro mejores amigas, que en resumen eran lo que ellos consideraban bella. Siempre que salíamos veía como los hombres las veían con asombro, como si desearan ir con ellas hasta el fin del mundo.

A mis los hombres guapos solo me hablaban cuando necesitaban que los ayudara con una de mis amigas, las cuales yo sabía, jamás se fijarían en ellos. Tú las conoces, Lucas, sabes que les gustan los hombres inteligentes, como a mí. Tristemente, a los diecisiete años, los hombres inteligentes y al mismo tiempo guapos, estaban en peligro de extinción.

El viernes, después de haberme enterado que mi padre había engañado a mi mamá de nuevo fue el comienzo de una bendición. Era adolescente, estaba harta de mis dilemas, de mis problemas existenciales, de la situación entre mi padre y madre, de la reciente incomodidad que sentía cada vez que hablaba con mi hermano y del maldito ciclo de la vida. Así que escribí.

Empecé a escribir historias desde los once años en un intento de escapar de la realidad. Verás, clasifico a las personas en dos grupos: Los que viven dentro de una burbuja porque les parece mejor vivir en la ignorancia y los que viven en su propio mundo porque están hartos de la realidad. Yo soy del segundo grupo y por lo tanto creo que los del primero son en verdad muy, muy estúpidos.

Los del primer grupo suelen ser personas a las que no les interesa la lectura, historia, los hechos. Me he topado con gente que ni siquiera conoce la batalla de Stalingrado. He conocido a gente que su única meta en la vida es estudiar para conseguir un buen trabajo y tener un buen ingreso económico para poder casarse, tener hijos y meterlos a un buen colegio. El maldito ciclo. Respeto todas las opiniones, pero, ¿por qué querer eso? Creo de todo corazón que nuestro propósito en la vida no es ese.

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⏰ Última actualización: Dec 28, 2017 ⏰

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