En aquella sala , llena de varias sillas de plástico , de un suelo recubierto por una moqueta gris, de una mesa con aperitivos nos encontrábamos varias personas ....
En aquel grupo , supuestamente de liberación de sentimiento , estabas tú , sentado con tu camisa de cuadros , con los botones abrochados y las manos unidas . Tus rasgos demostraban que estabas nervioso, un tanto inquieto, no dejabas de menear los pies y de morderte el labio inferior .
Y allí estaba yo sentada justo enfrente tuya , con el pelo caído al los lados de mi cara , con mi cuaderno en el regazo y mi lápiz en la boca . Estaba empezando a pensar que no tendría que estar allí , no tendría que haber pensado que esto era una buena idea .
La verdad , es que un grupo de 10 , 11 personas en una sala sentados en círculo , contando sus sentimiento a desconocidos , no era una brillante idea para ser sinceros .
De repente, el señor más mayor , comenzó a explicar como seria la reunión de hoy . Todos sacamos las libretas y les pusimos nombre , se las dimos y nos sentamos tal y como estábamos al principio.
Te miré con cuidado de que no te dieras cuenta pero tu ya estabas mirándome ...
El señor Gómez, nos comento que se llamaba Antonio y que no era necesario que lo tratasemos de usted. Habló de que esto nos vendría bien y que estaba orgulloso de que personas jóvenes se hubieran presentado . Sabia que se refería a nosotros pero solo me límite a sonreír le .
Fue preguntando nuestro nombre y edad . Cuando llegó tu turno me comencé a poner nerviosa ... Erick te llamabas Erick... en ese momento me sentí muy orgullosa de que mi madre me hubiera puesto el nombre de aquella princesa con cabello rojo y cuerpo de sirena .
Ambos nos reímos cuando me tocó a mi , " Me llamo Ariel y tengo 19 años " . El señor Gómez, no tardó en hacer una pequeña broma con nuestros nombre para luego comenzar a leer su poema .
Todos comenzamos a levantarnos de uno en uno con los poemas en las manos y la voz bajada .
Me levante y comencé a leer mi poema , al principio era como un susurro y mi voz era un simple hilo que se apreciaba si escuchabas atento..
Te levantas te y comenzaste a leer , tu voz robusta quedaba genial con tus sensibles palabras ...
El grupo cada vez me gustaba más y era por el echo de verte , pero dejaste de ir ... y allí seguía yo , esperando que volvieras. Pero lamentablemente no lo hiciste nunca y no fue porque tu no querías , lo sé , recibí la carta , por eso te escribo yo esta , para que sepas que aquella chica de nombre de sirena sigue sentándose todos los días en una silla de color marrón , en una sala un tanto oscura ...