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Era una tarde más, en donde Xiumin estaba cansado de realizar los pedidos que le ordenaba hacer Satansoo en el mundo de los humanos. Ese día decidió cambiar su rutinario camino, ya estaba aburrido de ver siempre los mismos árboles, las mismas baldosas, las mismas personas que paseaban por allí a esas horas...el nuevo camino le distraia bastante era totalmente distinto y apenas paseaba gente, estaba tan absorbido en sus pensamientos que no se percato por donde andaba y choco con alguien. Una quemazon recorrió su hombro y pecho izquierdo, las zonas donde había recibido el golpe. Acto seguido se giró con mala cara para mirar con que o quién se había chocado. Su cara cambió totalmente al ver a un ser tan divino, sus rasgos eran muy marcados, pero lo que más le llamo la atención eran sus labios, tenían forma de sonrisa de gato. Pasados unos segundos se percató que el otro chico estaba hablando.

-Disculpa, no te vi... ¿oye, estás bien? ¿Hola?...-miraba preocupado el desconocido a Xiumin.

-¿Eh? ¿qué? Sí, solo... solo me lastime un poco el hombro. -Dijo Xiumim con cara de embobado.

-Ah, lo siento, me debo de ir.

El chico salió corriendo. Xiumin vió como se alejaba y desaparecía en la lejanía. Pudo percatarse que el chico también salio lastimado del hombro, pero no le dió tiempo a disculparse.
Decidió volver a las tinieblas, olvidándose de realizar sus recados. No podía quitarse de la cabeza a aquél chico de sonrisa gatuna. Tanto los demonios como los ángeles pueden intuir si están cerca uno del otro, para así no buscarse problemas. Pero algo andaba mal con ese chico, Xiumin no pudo distinguir si se trataba de un ángel o un simple humano, a simple vista parecía claramente un ángel, pero había algo que no cuadraba, Xiumin sentía en su quemazon en el pecho que no era totalmente puro.

Al llegar al infierno Xiumin fue castigado con 10 latigazos por no realizar sus pedidos. En ese momento Xiumin entre gemidos-gruñidos maldecia a aquel chico.

Pov desconocido

Salí corriendo de aquél lugar en cuanto comencé a sentir un aura extraña en aquél chico. Era bastante guapo y de mirada inocente, sus mejillas eran regordetas, daban ganas de achucharlas. A nadie se le ocurriría pensar que era un demonio, ¿o sí? Empecé a tener dudas y cuestionarme cosas sobre él. Al llegar a mi hogar padre, padre de todos me noto estraño y me hizo llamar.

-Me llamó Channy? -así llamaba yo a padre ya que lo apreciaba mucho.

-Te he dicho mil veces que no me llames así.-dijo poniendo una mano sobre su frente.- Bueno a lo que iba. Ven, acercate y muestrame tu hombro.

Al escuchar aquéllo me asusté mucho, Channy no me haría llamar y hacerle enseñar mi hombro si no se tratase de algo malo. Me volví a acordar de aquél chico y me temía lo peor. Me acerqué a padre y me revisó el hombro, su cara se mostraba pacífica cosa que me tranquilizó bastante.

-Ten más cuidado por dónde andas, ¿vale?. -dijo con una sonrisa.

Antes de que pudiese decir algo desapareció, no me dio ninguna explicación y tan sólo me advirtió. Decidí dejarlo pasar y no preocuparme más.

Pov narradora

Pasó más de una semana y ni Xiumin, ni el desconocido se volvieron a topar, cada un siguió haciendo sus respectivos trabajos. Pasaron meses y nada. Xiumin no se quitaba a aquél chico de la cabeza y decidió hacer todo lo posible sin salir de su rutina para encontrarlo.

Era un sábado por la tarde, Xiumin tenía libre y decidió ir en busca de aquél chico. Miró por todas partes, por la ciudad, por las afueras, hasta en el sitio donde se encontraron y nada.
Xiumin tenía prohibido tranformarse en el mundo de los humanos, pero si lo hacía podría localizar de immediate a aquél chico. Corría el riesgo de que el gran Satansoo lo descubriese y lo desterrase, pero eran tantas sus ganas de encontrarlo que decidió transformarse.

Pov Xiumin

Si me transformo tan solo unos segundos, Satansoo no lo notara, o eso espero.

Pov Narradora

Xiumin desplegó sus alas, eran negras como el azabache, recorrían una extensión de dos metros cada una. El rostro de Xiumin se volvió super atractivo, con mirada penetrante, y unos labios carnosos y viscosos que daban ganas de besarlos, su lengua se mostraba juguetona. En cuanto a su torso, era escultural, se le marcaban los pequeños pezones por debajo de sus ropas y sus abdominales definidos pero no muy marcados, y más abajo estaban sus nalgan también bien marcadas y respingonas. Su cambió de aspecto de humano a demonio era muy notorio. Una vez ya transformado pensó en aquél chico y en menos de un segundo localizó donde se encontraba, sus ojos se abrieron tanto al descubrir donde se encontraba el chico que casi se salen de sus orbitas. Volvió a su forma humana de immediato y cayó al suelo de culo. No podía ser o si tal vez, aquél chico era un ángel.

Lo prohibido (CHENMIN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora