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Era el primer día de verano, uno muy inestable a decir verdad, con nubes oscureciendo el cielo a pesar de ser temprano por la tarde y la brisa llegaba a ser odiosa por ser caliente. No había forma de refrescarse, rodaba y rodaba por el suelo disfrutando de éste al estar algo fresco pero nunca era suficiente.

Las agujas del reloj debieron de marcar las cuatro de la tarde cuando la música de Nicki Minaj comenzó a sonar a través de los parlantes conectados al computador, interrumpiendo así el tranquilo sueño de BaekHyun.

"¡Por Garfield y todos los santos gatitos del mundo!"

Swalla lo había recibido hace cuatro semanas atrás luego de ser adoptado por esa cariñosa chica llamada JiSoo. Lo había recogido, envolviéndolo en una mantita suave de color azul, y traído a su nuevo hogar, una casa lo suficientemente grande como para evitar a las personas y descansar pacíficamente.

El primer día BaekHyun había recorrido el lugar a pasitos cautelosos, siempre atento a todo, y cuando regresó con la linda chica para ver sí lo alimentaba con algo la encontró arriba de un cómodo sofá en donde hacía twerk al ritmo de la música.

Esa primera impresión había dejado perplejo al pequeño gatito, pasaron los días e intentó acercarse a su dueña pero los invasores no tardaron en llegar.

SeHun, un gato de color blanco y gris, lo miró de mala manera antes de pasar por su lado con la cabeza bien en alto. Lo estuvo ignorando por un tiempo y a BaekHyun eso no le molestaba, le daba igual hasta que ese vil minino con cara de nada se comió su comida. SeHun dormía muchas horas durante el día y el nuevo integrante de la familia aprovechó eso para devolverle el feo gesto, comiéndose ambos platitos rebosantes de comida.

Acabó rodando pero se paseó con su pancita llena por todo el lugar hasta que el sueño lo invadió. Luego de aquello, las peleas siguieron hasta que JiSoo se quejó y los regañó. "¡No puede ser que coman tanto! Dios, ahora tendré que ir a comprar..." había dicho cuando tomó la bolsa de alimento y la encontró completamente vacía. "¡Y ya dejen de pelear!" gritó y los dos gatitos dejaron de rodar por el suelo. Nunca se había enojado y les había gritado antes, por eso mismo ambos se sintieron mal e hicieron el intento de llevarse bien.

Por otro lado, estaba KyungSoo, o sólo Soo para BaekHyun. "El pug más bonito del planeta" dijo JiSoo cuando lo trajo de la veterinaria. Había tenido un pequeño accidente y pasado casi una semana con la doctora de mascotas, al regresar a casa traía un cuello isabelino enganchado a su collar rojo que evitaba que alcanzara a tocar el par de puntos que obtuvo luego de la operación.

Soo, a diferencia de SeHun, lo había recibido moviendo alegremente esa cortita cola con forma de rulito. Intentó lamer su cara pero terminó golpeándolo con ese coso que parecía un velador, entonces BaekHyun lamió su carita cuando se percató de la expresión de arrepentido que había puesto el perrito. Ese bello pug lo dejaba dormir con él, acurrucados en el sofá, y lo buscaba por toda la casa cuando JiSoo abría la puerta para que pudieran salir a hacer sus necesidades y tomar algo de aire fresco.

BaekHyun y KyungSoo se convirtieron en mejores amigos a pesar de ser perro y gato, derribando aquel mito que decía que estos dos tipos de mascotas se llevaban muy mal. Soo era el único que podía mimar al pequeño gatito gris sin recibir queja alguna, como sucedía cuando las amigas de su dueña intentaban acariciar a BaekHyun.

JiSoo trabaja en casa como peluquera, utilizando el salón principal, una habitación bastante grande, para atender a todos sus clientes deseosos por un cambio. Era normal tener visitas en casa, pero sólo Lisa y Jennie buscaban por todas las habitaciones hasta dar con el nuevo escondite del gatito. Llenaban de besos y mimos a un BaekHyun molesto hasta que éste se las arreglaba para librarse de las garras amorosas de esas chicas.

orejitas ; os chanbaekWhere stories live. Discover now