Capítulo 3

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A la hora de irme a casa las chicas me dicen de tomar algo pero estoy demasiado cansada, aunque a la vez bastante orgullosa de mi misma.

Miro el móvil y tengo varias llamadas de mi madre. ¿Cómo se tomará que haya bailado delante de tanta gente?

-Hola mamá, lo siento por no llamarte antes, tengo que comentarte una cosa. -Le digo pero antes de contarle toda la verdad me lo vuelvo a pensar.

-¿Qué pasa?-

-Me han llamado para trabajar de camarera.-

-Cuánto me alegro hija. ¿Sólo este tiempo antes de las prácticas,no?-

-Claro. Por nada del mundo cambiaría mi sueño.-Le digo.

Tras un rato de conversación me desmaquillo, me cambio y me acuesto.

Al día siguiente no madrugo y tengo un mensaje de Mario. Me espera en 40 minutos en el local e increíblemente  a esa hora estoy allí.

-Te vuelvo a decir que me encantó lo de ayer.- Me repite y consigue alegrarme el día.

Me comenta que hoy trabajaré en la misma barra que otra chica y juntos vamos a buscarla.

-¡Hola!-Me dice la chica algo tímida.

No me jodas,es la misma tía de ayer... Ni si quiera la miro y me pongo a lo mío. A pesar de lo que me ha dicho mi jefe,me acabo de levantar prácticamente y no me apetece aguantar a ninguna gilipollas.

-Oye,lo siento por lo de ayer.Bueno,empezaré por el principio,soy Paula.- Me dice la chavala pelirroja repleta de tatuajes.

-No te preocupes.- Le digo un poco arrepentida por lo mal que le hablé yo también y sigo colocando botellas en las estanterías.

-¿Qué te depara por aquí?- Se apoya en la barra.

-Supongo que el dinero...como a todos.- Sonrío. -¿Y a ti?-

-Digamos que también.- Contesta.

Me da un par de consejos y cuando el local abre todos nos ponemos manos a la obra. Es gigante y está decorado con muchas palmeras.

Cuando termina mi jornada de trabajo vuelvo en autobús a la que ahora es mi nueva casa. De camino leo los 500 WhatsApp que tengo,entre éstos varios audios de mis amigas diciéndome que estoy desaparecida.

Al llegar le cuento mi día a Carla y después de cenar vemos juntas una peli.

-Nena,nena,¡NENA!- Es lo siguiente que escucho.

-Joder, qué susto,payasa. Ni me he enterado de cuando me he dormido en este puto sofá.-

-Son las 5 de la mañana y mañana a las 13:00h tienes que estar trabajando,vais a dar comida para no sé cuántas personas.-

-¿Y tú cómo lo sabes?- Le pregunto a mi amiga mientras me voy a la cama.

-Tu móvil ha pitado varias y no he podido evitar mirarlo. Ah, y también te ha hablado un tal Pablo que no está nada mal. Dale mi número si no lo quieres para tí.- Es lo último que dice antes de dar un portazo para encerrarse en su habitación.

Uf, qué personaje.

Me desvelo y se me hacen las 05:30h jugando a un juego en el móvil por lo que decido meterme en las redes sociales ocultas y bichear quien es ese tal Pablo.

-Pablo: Devuélveme el corazón, que me lo has robado, bombón!

-Annya: Cúrrate más los piropos o así no follarás en tu puta vida,chaval.

-Pablo: Por lo menos me has contestado...menos es nada,¿No?

-Annya: Bueno, yo soy más de actuar que de hablar, así que ya no sé si te interesaré.

A estas horas una sólo puede estar caliente... así que lo mejor será irse a dormir y pasar de este tío.
Dejo el móvil pero 15 segundos después lo vuelvo a coger para ver por milésima vez su foto. Típico rubio con ojos azules de unos 30 años que además está a 3 kilómetros. Suena demasiado interesante...

Tonteamos durante otro buen ratito y decido acostarme.
Cuando suena la alarma me quiero morir.

Me arreglo y salgo de casa con muy mala leche. Al llegar allí todos llevan preparando las mesas y las comidas un buen rato.

-Lo tuyo es suerte,señorita. Los demás llevamos 3 horas trabajando y tú vienes ahora.- Me dice Paula con una sonrisa de oreja a oreja dándome un beso en la mejilla.
La gente de ciudad y su manía con los besos...
Sé que me lo dice de broma, por lo que me río a carcajadas y pongo cara de angelito.

-Es lo que tiene hacerle un gran favor al jefe nada más llegar.- Comenta Mario uniéndose a la conversación.

Durante el día me presentan a gente nueva y salgo dos chicas, todos son encantadores.

Cientos de personas comen en el local y a media  tarde estoy agotada.

-¿Qué te pasa,cielo?-Me dice Paula.

-Anoche se podría decir que no descansé mucho...-Vuelvo a poner cada de ángel.

-Ay...que no eres buena...¿Ana te llamabas?-Me dice la pelirroja un poco cortada.

-Annya.-Le digo- No te preocupes, suele pasar.-

De vuelta a casa veo que tengo varios mensajes de Pablo y le contesto.

-Pablo: Ya te estaba empezando a echar de menos.

El pique entre ambos es notable y eso me gusta. Horas más tarde de conversación el sexo sale a relucir y la verdad no me disgusta hablar de ésto con él. Parece un chaval experimentado. 

Me duermo pero al rato me despierto y no descanso muy bien. He estado toda la noche soñando con él.

A la mañana siguiente antes de ir a trabajar paso por casa de una de mis amigas ya que hoy cumple sus 23 años.

-Esta noche lo celebraremos por todo lo alto.- Me dice ilusionada antes de darle dos besos y un buen abrazo.

Seguramente yo ni si quiera tenga ganas de fiesta.

-Te noto muy cansada. ¿Has dormido mal?- Me dice mi nueva compañera de trabajo y la pongo al día de mi situación sentimental.

-He descansado muy poco. Toda la noche soñando con el chaval...y no es para menos,porque está buenísimo.- Comento y ríe a carcajadas.

-Pues queda cuanto antes con él,nena,no pierdas el tiempo,te lo digo por experiencia.- Me recomienda.

-¿Y tú no tienes novio?- Pregunto intrigada y de repente su expresión cambia.

-No,yo...ahora mismo no tengo nada.- Me dice poniéndo mala cara.

-Perdona si te ha molestado...no lo pretendía.Lo siento.- Digo apoyando mi mano en su hombro a modo de disculpa.

-No te preocupes,sólo he pasado por un mal momento amoroso, todavía lo tengo reciente.- Me cuenta con una sonrisa falsa.

-Sabes de sobra que puedes contar conmigo para lo que sea.Te conozco poco me inspiras muchísima confianza.- Le digo y se le ilumina la cara.

-La verdad es que se agradece. No llevo aquí demasiado tiempo y conozco a poca gente.-

La verdad es que me quedo intrigada. ¿Qué le habrá pasado?

En cuánto tengo un hueco consulto el móvil y veo que Pablo me ha hablado.

-Pablo: Esta noche saldré de fiesta. ¿Nos veremos por ahí?

Oh Dios, creo que me están entrando las ganas de salir de fiesta...

-Oye, si te apetece te puedes venir esta noche, a mis amigas no les importará.-   Le digo a Paula cuando coincidimos en el almacén.

-No sé tía...-Me responde pero al final consigo convencerla. Me cae demasiado bien para verla tan triste por un gilipollas.

Comemos en un bar cercano junto a otros compañeros y a las 19:00h salimos. El tiempo justo para llegar en bus,ducharme,cenar y arreglarme.

Annya Smith. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora