I

637 65 64
                                    

- "¡Mijo, vengase pa'ca!" - Grito Lord Peña Nieto, dirigiéndose a su pequeño niño de tan solo siete años.

El pequeño dejo sus juguetes de lado para acercarse tímidamente a su padre.

Enrique lo levantó en brazos, y juntos miraron el destellante atardecer que se hacía presente ante sus ojos.

- "Algún día mijo..." - Dijo Enrique con una gran sonrisa sin quitar la vista de esa escena digna de una película de romance. - "Seré presidente de México" - Soltó entusiasmado bajando al pequeño Harry de su agarre, casi aventadolo alv. Harry por otro lado, miro confundido a su padre. - "Seré el más guapo y el más inteligente" - Tomó con fuerza el barandal del balcón y lo agitó con alegría. - "Haré que me nombren "Su señor y Amo: Lord Peña Nieto" y entonces todos me amarán." - Harry sabía perfectamente que para ese punto, su padre se había olvidando completamente de él.

◇◇◇

Once años después.

Ahí estaba Harry Edward Peña Styles, junto a su padre y su madre "La gaviota" (seguía sin entender el por qué todo México la llamaba así), dentro del palacio municipal dando un discurso en honor a su nuevo puesto como el mero mero.

Miraba a su padre con orgullo, finalmente había cumplido su meta. Ahora era el hijo del presidente, y no podía sentirse más feliz por toda la familia 'presidencial'.

- "Y así es, como con todo orgullo, les presento a mis mijos..." - Grito mi padre con alegría. - "¡Ay digo, hijos!" - Se aclaró la garganta.

Eso fue suficiente para que mi hermano mayor Liam y yo, saliéramos a saludar a toda la gente que inundaba la plaza del zócalo. Con un simple meneo de mano, la gente nos alabó... Que hermoso.

El discurso tenía que terminar ya, pero papá no dejaba de decir y jurar cuán buen presidente sería y cuán orgulloso estaba de ser mexicano y cosas más.

Espero que lo cumpla.







El resto de la noche, todo se dio tranquilo y acogedor. La cena con los senadores y diputados había salido de maravilla.

Fui hacía el balcón, ese donde papá hace apenas unas horas nos había hecho conocer y me recargue sobre él. Suspire y mire la plaza nuevamente, recordando cuanta gente había hace un rato y cuán sola se encontraba ahora. Trataba de entender que es lo que el hijo del presidente debía hacer, o como debía de comportarse. Nunca había sido malcriado ni nada por el estilo, solo que aún no me hallaba.

- "¿Todo esta bien?" -

Voltee rápidamente con el corazón en la mano, Liam me había dado el susto de mi vida. Soltó una carcajada y pronto se puso junto a mi, imitando mi postura.

- "Si, solo que esto es nuevo, ¿no crees?" - Volví mi vista al frente, esperando la respuesta del menor. Porque sí, Liam era mayor que yo por tres años, pero gracias a los danoninos, yo era más alto que él a mis dieciocho años.

Sonrió y me miró.

- "Ya va siendo hora de que te consigas un novio" - Dijo con toda expresión burlona.

- "¡¿QUÉ?!" - Grite apunto de golpearlo. - "¡A MI ME GUSTA LAS PAPAYAS!" - Gruñi poniendo mi mano indignado sobre mi pecho.

Liam explotó en carcajadas, por un momento creí que su garganta había explotado.

Se separo del barandal y me miró antes de entrar.

- "Vi tu historial de Google y cuenta de Tumblr" - Me guiño un ojo. - "Juan Gabriel se ve masculino a tu lado".

Me quede parado como idiota.

- "No mames" - Pensé.


- "¡MIS PACKS!"









ME GUSTA EL GRINGO. 》L.S《Donde viven las historias. Descúbrelo ahora