Acendrado

Resiliencia

La resiliencia en psicología es la capacidad que tiene una persona para superar circunstancias traumáticas, como el perder un ser querido.

— Alcohol, medicina, sollozos— mantuve la mirada fija en el suelo mientras escuchaba y percibía los olores del hospital.

— Familiares de la señora Choi EunSun — un escalofrío recorrió mi cuerpo al escuchar el nombre de mi madre.

—Aquí, soy su hija. ¿hay noticias sobre mi madre?

—Así es, por favor pase con el doctor— seguí a la enfermera hasta el consultorio.

Una vez que estuvimos frente a la oficina de mi tío sentí una especie de miedo, sabía que algo malo estaba pasando, pero necesitaba confirmarlo así que ahí me encontraba, en medio de la oficina, mirando fijamente a Jin.

Trate de controlar el nudo en mi garganta antes de hablar— ¿Qué esta pasando?, ¿Cómo esta mi mamá?, ¿Por qué no he tenido noticias? - mis ojos se sentían extraños, mi mandíbula se tenso, yo estaba tensa. 

— Siéntate EunWon, tengo que decirte algo muy importante — el tono de su voz era firme, su mirada triste no hacia más que preocuparme.

— Dime ya, sea lo que sea dímelo ya

—Cariño tu madre ha estado enferma por mucho tiempo, durante ese tiempo no la trataron como era debido y...

— ¿Tú no sabias que estaba enferma, verdad?, ¿ella nunca lo menciono?

— Sí, lo siento. nunca me habló sobre sus malestares, cuando llegó  le hicimos los estudios correspondientes, pero ya no podemos hacer nada por ella — las lagrimas en mi ojos comenzaron a picar — aun si programamos un trasplante de  corazón sus posibilidades son nulas, probablemente no pasara de esta noche.

— ¿Yo- yo puedo verla ahora?

—Claro, es lo mejor. Ve a su habitación y dale fuerza, Ahora te necesita.- salí de la oficina casi de inmediato hacia la habitación de mamá.

Cuando era niña pensaba que había experimentado el dolor mas grande al perder a mi padre, sin embargo, ahora me doy cuenta que el dolor crece con nosotros; hace unos años el dolor se fue con mentiras piadosas, hoy el dolor que siento no desaparece aun cuando en mi cabeza sigo repitiendo "todo va a estar bien". Ahora solo siento frustración, me siento frustrada por no ponerle la suficiente atención a mi mamá, sí tan solo hubiera sido cuidadosa me hubiera dado cuenta de lo que estaba pasando y ella estaría bien ahora. 

Me perdí tanto en mis pensamientos y reproches hacia mi misma que no me di cuenta en que momento llegue a la puerta de mamá, en cuanto entre a la habitación el dolor se hizo mas grande, mi pecho se oprimía y no dejaba de tener esa sensación extraña en mis ojos, esa justo antes de comenzar a llorar. Necesitaba aguantar, no quería verme débil frente a ella. Su rostro era pálido, sus ojos habían perdido el brillo, era mas delgada y sus labios estaban muy partidos ella realmente estaba mal y lo sabia. me regaló una sonrisa, que fue mas dolorosa que tranquilizadora. quería enojarme con ella por no  hablarme sobre su estado, pero en cuanto la vi mi enojo fue remplazado por tristeza.

—hola mamá —me senté a un costado, peinando su cabello delicadamente.

— ya hablaste con Jin ¿verdad?

— Tú... ¿ya lo sabias?

— saber ¿qué?

—Lo de tu corazón, mami no me hablaste sobre eso 

— no tuve el valor de decírtelo mi niña, perdóname.—lagrimas empezaron a caer— mi amor todo va a estar bien ¿ok? Tenemos que hablar de lo que va a suceder después de mi partida -pasó una de sus mangas por sus lagrimas - aun eres muy joven, así que Jin va a cuidar de ti. 

— ya no se si puedo con todo esto, no quiero quedarme sola, no quiero que te vallas.

— mi niña, no vas a quedarte sola. ¿Cómo podría dejar sola a mi bebe? Jin te adora tanto como papá y yo lo hicimos, te va a cuidar y amar como si fueras su propia hija, él me pidió que le dejara tu custodia. Tranquila, piensa  en que ahora estaré con papá.

Mamá paso su mano por mi mejilla dando cálidas y suaves caricias. Las ultimas que sentiría.  Estuve con ella por unas cuantas horas acariciando su cabello y cantándole una de las canciones que solía cantarme cuando era niña, hasta  que su mano dejó de moverse sobre mi mejilla, el momento en el que el sonido agudo y molesto de las maquinas empezó a llenar el cuarto y se combinó con gritos y sollozos. Jin me abrazo, sentí sus brazos rodeándome pero extrañamente no sentí su calor, sabia que estaba ahí, sabia que acariciaba mi cabello aun así no sentía nada. 

—¿mamá?, ¡mamá! despierta, no me dejes sola— los gritos siguieron, lamentos y ruegos eran todo lo que salía de mi. — mamá, responde por favor.

— diez con cincuenta y dos minutos — hablo Jin — día: dos de diciembre... difunto: Choi EunSun 

Ya era oficial, ella se había ido. Aunque Jin es doctor y tuvo que dar noticias tristes un montón de veces, nunca lo vi llorar siempre fue firme con sus palabras, pero en este momento su voz se quebró y lagrimas salieron de sus ojos. 

La ira emano por completo; por mucho tiempo tuve fe en los ángeles e ilusamente invoque día tras día al que se supone debía proteger a mi familia y a mi para que cuidara de mi mamá. Ahora me doy cuenta, yo nunca tuve un ángel guardián y quizá muy en el fondo lo sabia, lo sabia, pero no quería darme cuenta de eso. Sin pensarlo mucho salí corriendo del cuarto, el aire me faltaba, quería gritar, eso hice en cuanto llegue a uno de los jardines del hospital. caí de rodillas.

— Mi mamá se fue — el dolor en el pecho no se iba — y ¿dónde estás?. Primero fue mi papá y ahora mi mamá, durante años hablé con un ser inexistente, rogué por tu protección. Solo fuiste una ilusión infantil, ¿sabes que es lo peor?, aunque quiera dejar de creer no puedo, si de verdad existes quiero una prueba, una prueba de que realmente estas  aquí cuidándome. Una prueba para saber que no me he quedado completamente sola, que hay algo de mis padres aun junto a mi.

Jin llego después de un rato, me abrazo y al parecer escucho mis gritos pues antes de caer en un profundo sueño escuché en un susurro: "no dejes de creer".