Conoce a Miguel y a Robinsón, dos grandes amigos que se divertían mucho juntos. Pero un día, ocurrió algo que les hizo llevar a una discusión, donde durante todo un mes no se han vuelto a encontrar. Descubre que fue lo que pasó entre ellos y como co...
Por la calle San Juan de Dios, va un chico encapuchado caminando lentamente. Este chico de 15 años se llama Miguel y en su mente una cosa no lo dejaba de dar vueltas por su cabeza.
-Miguel: *La soledad… es tan… deprimente ¿Por qué todo… se ve tan… gris? ¿Por qué todo… es tan lento y aburrido? ¿Por qué?*
En esos momentos hacia mucho frio y se sentía algo mareado. El chico se detiene y va a sentarse en un banco del Parque San Juan de Dios.
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-Miguel: *¿Por qué hace más frio de lo normal? No entiendo. Hace mucho frio. A pesar de que estoy bien abrigado, igualmente hace mucho frio*.
El chico estaba sentado en el banco pensando mucho.
-Miguel: *¿Para qué me siento? ¡No debo perder más tiempo e ir a hacer mi parte del trabajo!*
Miguel se levanta para ir a cierto lugar, pero al instante visualiza en su mente la silueta de alguien, que lo hace sentarse de nuevo.
-Miguel: *¿Qué fue eso? ¿Ese era Robinsón?*
Miguel saca de su bolsillo una memoria flash azul y blanca, de 8GB, la cual observaba confundido.
Miguel sentado comienza a pensar mucho más que antes.
-Miguel: *Es tan difícil escoger ¿Qué es lo que debo decidir? No estoy seguro… Todo comenzó al pasar por esa puerta. Esa misma puerta por la que nos encontramos y por esa misma puerta por la que acabamos así*.
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Hace mucho tiempo atrás, no recuerdo si fueron ya dos o tres años y medio, cuando fui a su casa a conocerlo. Un amigo llamado Piter, que le gustaba mucho el mismo juego que yo llamado “Crafting World”, me había hablado mucho sobre alguien que quería que conociera. Ese alguien al parecer le gustaba también el mismo juego. Hasta que aquel día, decidió llevarme a conocerlo a su casa. Me dio mucha pena, ya que no lo conocía de nada y no éramos de la misma escuela, ni nada, pero aun así, Piter me motivaba a verlo. Tan solo al entrar a la casa, pasamos luego a su cuarto, donde estaba él ahí pegado a su computadora como cualquier persona gamer. Piter nos presento a cada uno, él se llamaba Robinsón y me di cuenta rápidamente que él era una persona hiperactiva e inquieta. Piter le pidió su permiso para jugar al Crafting World en su PC y como si nada dejo de jugar en su computadora para dejarlo. Claramente en algún momento comenzamos a hablar, si recuerdo bien fue poco lo que nos decíamos en el inicio, ya que yo era nuevo. Aunque obviamente comenzamos a animarnos y a hablarnos mucho más cuando tocamos el tema de juegos y anime. En un instante me había caído muy bien mi nuevo amigo: Robinsón. Al rato los tres juntos comenzamos a jugar Crafting World en nuestros teléfonos celulares y a hablar sobre mucho temas de nuestro interés. Lo que no duró para siempre, se iba a hacer tarde y yo tenía una de esas “típicas madres muy preocupadas” a la cual no quería molestarla. Así que me tuve que ir de regreso con Piter a nuestras casas.
