Extra.

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Este extra pretende responder a ciertas dudas que quería dejar claras. 

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Yuuri se deslizaba con elegancia y lentitud sobre la pista de hielo. Una gran sonrisa dibujada en sus labios chocaba constantemente con la dulce mirada de Viktor, quien lo observaba atentamente desde la distancia y por sobre la barra protectora que los dividía.

Yuuri hacía giros y espirales sobre el hielo que Viktor no sabía reconocer, movía sus manos de un lado hacia el otro, interpretando los sonidos en su cabeza sin necesidad de escucharlos, la melodía era clara dentro de sus memorias.

No eran movimientos agresivos de un patinador profesional, simples desplazamientos y unos cuantos saltos infantiles que a veces le obligaban a tambalear por la inexperiencia adquirida durante todo el tiempo que dejó de patinar. Pero aquellos movimientos, ante los ojos de Viktor, eran perfectos.

Quería colocarse unos patines y saltar con él a la pista de hielo, pero era mejor apreciarlo y sentirlo tan perfecto.

Yuuri dio la última vuelta por la pista y se acercó hasta donde se encontraba Viktor, sonriendo cuando una de sus manos le extendió una toalla. El japonés de forma juguetona rozó la mano con la de su compañero y deslizó sutilmente uno de sus dedos por la palma, haciéndolo estremecer.

-Nunca olvidarás esa maña ¿Verdad? —Preguntó Viktor con un sonrojo en las mejillas.

-Y aunque se haya convertido en maña, tú nunca dejarás de sonrojarte ¿No es cierto?

Ambos muchachos rieron a viva voz. Yuuri se acercó hasta la entrada, limpió las cuchillas plateadas de sus patines y detuvo la mirada en aquellas impresiones tan elegantes que poseían cada uno en el lado derecho, una hermosa "Y" y una perfecta "K", acompañado de una delicada "V" y una marcada "N". Deslizó el dedo por el borde formando una sonrisa. Aún con el paso de los años, las letras, los sentimientos y las emociones seguían igual que en esos tiempos.

-¿Sucede algo?—Preguntó Viktor acercándose hasta donde se encontraba Yuuri, bajando apenas unos centímetros para ver si algo iba mal con sus patines—¿Al fin se dañaron?

-¡Jamás!—Sentenció Yuuri con firmeza—Jamás se dañarán.

La sorpresa de Viktor se hizo notar en sus facciones poco juveniles y más maduras. Luego sonrió.

-Ya veo, con que es así—Murmuró—Bien, entonces ¿Nos vamos?

Yuuri miró unos segundos a Viktor, con los patines en mano y la sonrisa aun dibujándose en sus labios asintió. De forma tranquila pasó los patines de su mano derecha a la izquierda, y ya con la mano libre alcanzó a Viktor por la cintura, deslizando sus dedos por el buzo que llevaba en esa ocasión.

Viktor por su parte aprisionó a Yuuri por los hombros, dio un fuerte apretón y siguió el ritmo de sus pasos en dirección a la salida.

Se despidieron de la amiga de Yuuri, quién, con una sonrisa les deseó una bonita tarde, y dejaron que el fresco del otoño rozara su piel una vez fuera del establecimiento.

Las memorias de Yuuri viajaron a la primera vez que conoció a Viktor, los acontecimientos que vivieron desde ese primer momento. Las locas y divertidas ideas de Viktor Nikiforov para acercarse a él, y muchas más situaciones que de apoco fueron aclarándose entre ellos dos.

La vida desde ese momento había tomado su propio destino, sin que ninguno de los dos se diera cuenta que el final ya estaba escrito. Y eso, por encima de molestarle a Yuuri, le encantó. Pues ¿Qué mejor final feliz que permanecer por siete años al lado de aquel arrebatado muchacho que muchas veces, y sin darse cuenta, le robó el corazón?

¡Quiero un amor cliché! [COMPLETO] [#PREMIOSKATSUDON2018]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora